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Actualizado: 28/03/2024 20:07

Rusia, Ucrania, Invasión

La Batalla de Donbás

Ucrania y Rusia están ahora involucradas en la que probablemente sea la mayor batalla en Europa desde la Segunda Guerra Mundial

La batalla por la región conocida como Donbás, segunda fase de la invasión rusa de Ucrania ha entrado en la fase decisiva de la guerra total que las fuerzas armadas de Putin libran contra su vecino país.

Ucrania y Rusia están ahora involucradas en lo que probablemente sea la mayor batalla en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Esta batalla probablemente definirá el resultado de la guerra.

En esta oportunidad las jefaturas militares de Occidente incluyendo Estados Unidos y la OTAN como también la comunidad de analistas militares han rectificado los enormes errores iniciales que pronosticaban una fácil victoria rusa a definirse en 72 horas y han sido más objetivos en las predicciones.

Como ya definimos en artículos anteriores, la derrota rusa en la batalla de Kiev a finales de marzo significó el fin del plan del Kremlin de una rápida victoria sobre Ucrania. Contrariamente a lo esperado, el asalto relámpago a la capital de Ucrania fracasó casi al instante. Los avances rusos al este y al oeste de Kiev se estancaron en medio de problemas de logística, suministro, organización y ganancias extremadamente costosas.

Una serie de contraataques ucranianos cerca de Kiev, Chernihiv y Sumy hicieron que las posiciones rusas fueran aún más débiles. Obligando al Kremlin a tomar la decisión de retirarse de Kiev, enfrentando un desastre potencial sin precedentes. Junto con Kiev, que indudablemente era el objetivo principal inicial de la guerra, Rusia se vio obligada a renunciar a la ocupación de las provincias (óblasts) de Chernihiv y Sumy, cuyas operaciones también habían resultado infructuosas.

Rusia subestimó en gran medida el poder militar de Ucrania y su voluntad de luchar, desarticulando la guerra relámpago de Rusia al costo de casi un tercio de sus 120-125 grupos tácticos de batallón (BTG) que tenía disponibles para la invasión, retirándose ineficaces o destruidos en acción.

En particular, muchas de esas maltrechas formaciones de combate formaban parte de la conocida 2ª División Motorizada de la Guardia (“La División Taman”) y la 4ª División de Tanques de la Guardia (“La División Kantemir”), dos de las formaciones más elitistas y capaces de combate de Rusia.

A principios de abril, Rusia se había retirado de casi el 40% de los territorios ucranianos que habían ocupado desde el 24 de febrero. En otros ejes clave, particularmente Mykolaiv y Kryvyi Rih, las ofensivas rusas también se estancaron sin esperanza de ningún progreso, descarrilando cualquier ataque potencial en Odesa y el centro de Ucrania.

Rusia logró apoderarse de las áreas del sur entre Kherson y Mariúpol, así como ganar un punto de apoyo cerca de Kharkiv (Jarkov), aunque nunca llegó a apoderarse de la ciudad, la continúa hostigando con fuego de artillería y misiles para evitar que los ucranianos puedan destinar parte de las tropas que defienden la ciudad y sus alrededores hacia el nuevo teatro de operaciones en Donbás.

Frente al estruendoso fracaso de Kiev y una insuficiente preparación de las tropas y la técnica de combate, el Kremlin cambió a un objetivo menos ambicioso: apoderarse de todo el Donbás. Como por arte de magia, la propaganda estatal rusa se olvidó de la “desmilitarización” y la “desnazificación” de toda Ucrania y, en cambio, comenzó a insistir en “la liberación de Donbás” como el objetivo final de la invasión rusa.

Variantes posibles de la ofensiva

Después de retirarse del norte de Ucrania, Rusia ha pasado las últimas cuatro semanas redesplegando estas fuerzas y aumentando las nuevas reservas para enviarlas al sur este.

A unos 120 kilómetros al sur de la ciudad de Kharkiv (Járkov), el ejército ruso ha ido concentrado sus fuerzas en la región alrededor de la villa de Izum para posteriormente en conjunto con las tropas que ocupan las regiones de Donetsk y Luhansk al sur, iniciar la ofensiva desde el norte y desde el sur para tratar de unirse y cercar a la mayoría de las fuerzas ucranianas que se defienden en sus bastiones altamente fortificados.

Se espera que el eje Izium intente avanzar más al sureste hacia la ciudad de Slovyansk. Al mismo tiempo, otro eje importante que viene del sur en Zaporizhia y partes de las provincias (óblasts) de Donetsk y Luhansk se reunirá en el área de Slovyansk-Kramatorsk en el centro de Donbás.

Aparte de los principales ataques en el sur e Izium, Rusia también está llevando a cabo una serie de ataques secundarios contra el área de Sievierodonetsk-Lysychansk en el óblast de Lugansk y contra Avdiivka en el óblast de Donetsk, donde ha tenido poco o ningún progreso durante semanas.

El mapa muestra los ejes de ataque rusos aproximados (rojo) y los cinturones de defensa ucranianos (azul) en la etapa inicial de la Batalla de Donbás.

En muchos sentidos, el plan tiene un parecido con la Batalla de Kursk de 1943 de la Segunda Guerra Mundial. Durante la fase inicial de la batalla, la Operación Zitadel de la Wehrmacht previó penetrar un bolsón soviético de 170 kilómetros de ancho alrededor de la ciudad de Kursk.

Se suponía que dos ataques alemanes desde el norte y el sur se encontrarían en el medio, atrapando a decenas de tropas soviéticas en el bolsón gigante alrededor de Kursk.

Pero ambos ejes alemanes se agotaron en una lucha feroz y prolongada contra cinturones defensivos profundos y luego fueron destruidos, siendo uno de los puntos de inflexión clave de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, en 2022, a una escala más pequeña en términos de fuerzas militares involucradas en ambos lados, Rusia está tratando de seguir generalmente el viejo plan alemán.

Si Rusia tiene éxito, el grupo militar más grande de las formaciones más capaces de combatir de Ucrania, las Fuerzas Conjuntas, podrían quedar atrapadas en un gran bolsón en Donbás, aislado del resto del país, agotado, destruido u obligado a rendirse.

Tal resultado sería catastrófico para la posición de Ucrania en las conversaciones con Rusia, y mucho menos para la moral de la nación.

También podría dejar la puerta abierta al mayor avance de Rusia dentro de Ucrania hacia Zaporizhia y Dnipro, con el poder militar de Ucrania seriamente disminuido.

Posibilidades combativas de las fuerzas contrincantes

El 18 de abril, el Estado Mayor de Ucrania dijo que Rusia había concentrado 87 grupos tácticos de batallones (hasta 70.000 soldados) en toda Ucrania, incluso en el sur ocupado.

El mismo día, el Pentágono dijo que Rusia, como parte de su redespliegue en el este de Ucrania, había agregado 11 BTC, lo que elevó su número a un total de 76 (casi 60.000 soldados) Más de 22 BTC se posicionaron al norte de Ucrania, probablemente reabastecidos y reacondicionados, según el Pentágono. Al mismo tiempo, el presidente ucraniano Zelensky dijo el 14 de abril que Rusia estaría tratando de rodear a un grupo ucraniano de casi 44.000 soldados en Donbás.

Es probable que este número haya aumentado, ya que, según fuentes independientes de Kiev en varias formaciones del ejército ucraniano, decenas de formaciones de combate ucranianas que habían sido victoriosas en el norte habían sido redesplegadas hacia el este para reforzar el grupo Donbás a raíz de la ofensiva de Rusia.

El campo de batalla

La Batalla de Donbás de 2022 se desarrolla en un área que es tan amplia como el famoso saliente de Kursk de 1943.

Esto, sin duda, indica una gran operación ofensiva que el ejército ruso moderno nunca ha tenido, y para la que nunca se ha preparado, según los analistas que estudian el ejército ruso.

De acuerdo con los fundamentos de la ciencia de la guerra, las fuerzas en la ofensiva deben disfrutar de una triple superioridad sobre las fuerzas enemiga que se defiende para esperar razonablemente el éxito.

Según los datos conocidos sobre cuánto del poder militar Rusia puso a disposición para la invasión de Ucrania, las fuerzas militares rusas y militantes colaboracionistas en Donbás no tienen esta ventaja, aunque probablemente podrían obtener la ventaja en puntos clave. Además, la feroz defensa ucraniana de Mariúpol, que ha durado más de 50 días, también ha impedido que casi 10.000 soldados rusos (casi una docena de BTC) se desplieguen en Donbás.

Rusia, a su vez, tendrá que lidiar con defensas ucranianas firmemente fortificadas y ciudades que estaban preparadas para una guerra larga y agotadora. Las áreas metropolitanas clave de la parte de Donbás controlada por Ucrania, como Slovyansk-Kramatorsk, Sievierodonetsk-Lysychansk, Avdiivka o Kurakhove, se han convertido en fortalezas fuertes que serán difíciles de alcanzar.

Debido al extenso uso ucraniano de armamento antiaéreo y antitanque proporcionado por Occidente, así como a las densas áreas urbanas de la región, la supremacía de Rusia en aire y tierra enfrentará serios desafíos. Además, como indican los monitores occidentales, Rusia continúa enfrentando problemas logísticos y comprometiendo reservas de baja calidad.

Desde la derrota en la Batalla de Kiev, las asediadas fuerzas rusas no han tenido tiempo suficiente para descansar y reagruparse.

“Los rusos no han establecido completamente las condiciones para una operación ofensiva a gran escala”, dijo el 19 de abril el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington. “Los rusos no han tenido tiempo suficiente para reconstituir las fuerzas retiradas de la batalla de Kiev y prepararlas adecuadamente para una nueva ofensiva en el este. Los rusos parecen seguir construyendo capacidades logísticas y de comando y control, incluso cuando comienzan la próxima ronda de combates importantes”.

Múltiples indicios sugieren que Rusia tuvo que formar apresuradamente nuevas formaciones de combate a partir de las rupturas de las fuerzas que aún eran capaces de combatir después de las batallas en el norte de Ucrania.

Muchos expertos dicen que una prisa tan irrazonable podría precipitarse por el capricho del dictador ruso Vladimir Putin de alcanzar sus propios objetivos políticos ganando la Batalla de Donbás para el 9 de mayo, el día en que Rusia celebra el Día de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial.

Innovadores principios empleadas por los ucranianos en la guerra

Primer principio, muchos y pequeños ganan a grandes y pesados. Los ucranianos están operando en unidades de pelotones y escuadras armadas con armas inteligentes que son capaces de destruir formaciones mucho más grandes y derribar helicópteros y aviones. Así que, aunque los rusos les superan en número, los ucranianos tienen muchas, más unidades de acción, normalmente de entre ocho y diez soldados cada una.

Estas pequeñas unidades ucranianas armadas con armas inteligentes de precisión, como drones kamikazes, misiles antiaéreos portátiles y armas ligeras antitanque, pueden acabar con las unidades de tanques de los rusos, mucho más grandes y mejor armadas. Se asemeja mucho a una copia contemporánea de las tácticas utilizadas por los Boers en Sudáfrica durante su guerra de guerrilla que enloqueció y finalmente derrotó al imperio británico en el cono sur africano.

El segundo principio que ha resultado muy exitoso en la doctrina militar de las nuevas generaciones de oficiales ucranianos, es la de anticiparse al enemigo en la detección del adversario. Cuando esto se logra, la balanza en las posibilidades de la victoria estará definitivamente en las manos del que lo logre. Especialmente si el enemigo está formado por unidades grandes, como el convoy de 40 millas de largo en tanques y vehículos blindados de transporte de personal que vimos por las imágenes de satélite que no pudo sobrepasar le distancia de 25 kilómetros de la capital ucraniana. Una prueba fehaciente de esto ha sido también el hundimiento del crucero Moskva, buque insignia de la flota rusa del Mar Negro. Devastador golpe a la moral combativa del ejército invasor.

Los ucranianos están haciendo un uso formidable de los drones, en particular los de fabricación turca, que son muy efectivos. También donde han logrado un éxito extraordinario ha sido en la organización y empleo de los sensores humanos. Y esto está dado por la juventud y creatividad de los jefes y mandos ucranianos en el empleo de las últimas tecnologías de comunicaciones e información.

Comenzando por el joven jefe de las fuerzas armadas ucranianas, el general Valery Zaluzhny, que a sus cuarenta y tantos años de edad encarna a una generación de militares que se han preparado para la guerra total contra Rusia desde 2014. Su estrategia de guerra más ágil y descentralizada cuenta son sus sensores humanos —el cuerpo informal de observadores ucranianos— que están devastando a los rusos. Hasta las abuelitas y los niños están superando a los satélites con sus iPhones. Constantemente llaman e informan donde están las unidades rusas y por donde se mueven.

Esto quizás haya influido en la cólera de los jefes militares rusos llevándolos a cometer más atrocidades en los terribles crímenes de guerra que han perpetrado contra la población civil.

No se puede descartar que la alta jerarquía militar rusa, la mayoría ya entrando en su tercera edad, haya ordenado en su desesperación ejecutar a todo aquel que posea un teléfono inteligente. Puede parecer una exageración, pero cuando se sirve a un régimen absolutista los jerarcas militares prefieren cortar cabezas que perderla ellos a manos de la autocracia. En resumen, si con esta ventaja de recibir inteligencia procesable en tiempo real continúan detectando al enemigo en ese inmenso territorio, superaran al adversario sin volverse decisiva la superioridad numérica de un ejército barbárico.

El tercer principio que ha estado empleando esta nueva generación de militares ucranianos ha estado basada en que la calidad y modernidad se imponen a las oleadas y la barbarie. Mientras la doctrina militar rusa continúa congelada en las oleadas del Arco de Kursk de la Segunda Guerra Mundial y en los métodos de terror de las huestes de Atila, los jóvenes jefes militares ucranianos están demostrando que un montón de pequeñas armas inteligentes han sido capaces de reducir a polvo centenares de modernos tanques.

En el momento en que escribo este articulo a solo dos meses y cuatro días de iniciada la invasión rusa a ucrania, los defensores han destruido 970 tanques y les han ocasionado 22.800 muertos, sin contar los centenares de aviones y helicópteros derribados y los millares de transportadores blindados, camiones, sistemas de misiles y demás medios de combate destruidos.

Los gobernantes rusos se ven muy erráticos y contradictorios. Lo mismo autorizan evacuaciones de civiles y después las paran o las atacan, o el propio dictador Putin declara a la prensa que ha dado la orden de detener los ataques a los ucranianos defensores que por dos meses han resistido el sitio de las tropas rusas en un complejo industrial metalúrgico de Mariúpol, con el fin de rendirlos por la falta de municiones y de alimentos e inmediatamente reanuda los bombardeos con todo tipo de armamento incluyendo la aviación estratégica rusa.

Se entrevista con el secretario general de la ONU, le asegura que permitirá evacuar a los civiles que se encuentran refugiados en ese complejo industrial y al siguiente día cuando el secretario general de la ONU está visitando al presidente Zelensky en Kiev, arremete indiscriminadamente contra la capital ucraniana con una lluvia de misiles.

Pero lo más preocupante ha sido las actitudes que denotan miedo. Constantemente el propio Putin y su ministro de Relaciones Exteriores amenazan con la guerra nuclear, pero lo hacen no con preocupación por la humanidad, sino por alardes y guaperías reflejo de que están perdiendo la guerra injusta en que se metieron y que ahora no saben cómo salir ni como salvar la cara ante la comunidad internacional y ante su propio pueblo.

Cada vez más, se vislumbra que en la batalla por el Donbás está en juego no solo la seguridad de toda Europa sino también de la humanidad.

© cubaencuentro

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