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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Bolivia

Operación Morales

Castro y Chávez apuestan por el líder del Movimiento Al Socialismo, quien sigue al frente de las encuestas electorales.

A juzgar por el multitudinario acto realizado en La Paz, capital de Bolivia, la bolsa de Evo Morales para su campaña presidencial está bien abastecida y, desde hace mucho tiempo se sospecha que el dinero procede de Venezuela. El presidente Hugo Chávez está muy interesado en la elección del "dirigente indígena", para seguir afianzando su alianza "bolivariana" en la región.

Morales consiguió reunir aproximadamente a 10.000 personas en la céntrica plaza San Francisco, después de la llegada de columnas de miles de campesinos, mineros y obreros para apoyar al candidato y jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS), quien ya recibió con anterioridad el beneplácito de Chávez y Fidel Castro. Una movilización de esta envergadura no se logra en un país tan empobrecido como Bolivia, sino es con algunos recursos económicos.

Ataviado con un casco de minero y un poncho, y blandiendo un cetro de mando característico de la cultura andina, Morales anunció que su propósito es "refundar" el país. Agregó que "pronto los quechuas, aimarás y guaraníes, la gente digna y sana, gozará del poder político en Bolivia, quitando el poder a las pocas familias que saquearon nuestros recursos por más de 500 años". No faltaron tampoco las reivindicaciones de los indígenas "frente al racismo y la invasión española".

Según el diario boliviano El Deber, apoyan a Evo Morales "izquierdistas clásicos que ven en el MAS una alternativa de resurrección. Igualmente, trotskistas, ex guerrilleros, 'estatistas' a ultranza, neopopulistas y sindicalistas de igual dirección. Todos se igualan en el mismo lenguaje antiimperialista, pero en cuanto a metodología se refiere, la imagen que ofrecen es la de una torre de Babel. Ni Evo ni su candidato a la vicepresidencia, a juzgar por lo que hacen y dicen, andan en la misma ruta programática. A la debilidad e incoherencia se agregará la imposibilidad de controlar una base social de estructura tan compleja como la que apoya al MAS, en la que hay sectores de intereses manifiestamente contrapuestos".

Con una población de 8,6 millones de habitantes, el cuadro demográfico de Bolivia se divide: 30 por ciento de quechuas, 30 de mestizos, 25 de aimarás y otros representan el 15 por ciento. El 70 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Así que el discurso de Morales, ataviado de minero e indígena, tiene garantizado un auditorio receptivo.

Panorama pre-electoral

Las elecciones presidenciales y para gobernadores (prefectos) están marcadas para el próximo 4 de diciembre. El Tribunal Constitucional ya allanó el camino, al rechazar el pasado 13 de octubre dos demandas de inconstitucionalidad.

Sin embargo, todavía falta por superar el obstáculo de la redistribución de escaños en el Parlamento, por razones demográficas. La Cámara de Diputados tiene en la mesa del debate cinco proyectos sobre la distribución de escaños, que según sus proponentes tienen el objetivo de acatar el fallo del Tribunal Constitucional. Éste declaró inconstitucional, el pasado 22 de septiembre, el artículo 88 del Código Electoral, que establece el número de diputados por cada Departamento, y encomendó al Poder Legislativo aprobar una nueva reasignación de escaños parlamentarios sobre la base de los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001.

El Departamento de Santa Cruz, el más rico y próspero del país, exige que la distribución de escaños rija a partir de las elecciones generales del 4 de diciembre de este año, mientras el denominado bloque occidental sostiene que la medida deberá estar vigente para los comicios de 2010.

En lo que se refiere al delicado asunto de los hidrocarburos, Morales ya anunció que si resulta elegido pondrá bajo control estatal los campos de petróleo y gas, aunque aclaró que no pretende la expropiación de las empresas, sino crear una nueva forma de asociación. "Si bien habrá socios transnacionales, estos tienen que subordinarse al Estado boliviano", proclamó. Un lenguaje poco tranquilizador para los inversionistas extranjeros.

Esta posición de Morales —similar a la de Chávez, quien ya controla personalmente Petróleos de Venezuela (PDVSA)— ha despertado preocupaciones en sectores más realistas de la sociedad boliviana, que reconocen que el país no cuenta con medios y técnicos para la explotación de los hidrocarburos.

Recientemente, el diario boliviano La Razón advirtió de que "con la salida de las empresas extranjeras, se paralizaría la producción de hidrocarburos, puesto que no se contaría ni con los conocimientos técnicos adecuados, ni, mucho menos, con los capitales precisados".

¿Acaso no será este el escenario que espera Chávez para entrar en escena, ayudar a Morales y, de paso, controlar nuevas fuentes de energía para sus proyectos regionales?

¿Devolver la vista o lavar el cerebro?

El apoyo de Castro llega a través de la denominada "Operación Milagro", financiada por Chávez para que miles de bolivianos puedan ser operados en Cuba de cataratas y otras enfermedades de los ojos. Esto se hace con las consabidas invitaciones a periodistas. Vale la pena reproducir fragmentos de uno de esos reportajes, tomados de la prensa boliviana:

"Cuando la voz de la azafata da la bienvenida a esa ciudad, cuyo nombre no significa nada para los recién llegados al aeropuerto José Martí (¿qué dijo?, ¿la que?, ¿La bana?, ¿La Habana?), bajan desorientados, tropezando, tanteando con el bastón y con la punta del pie para no trastabillar (…) una semana después (…) se dan el lujo de echar una última ojeada a ese país de verde vegetal y piedra colonial que flota sobre el océano de agua tibia (…) Entonces comprenden por qué el programa de los gobiernos de Cuba y Venezuela, que los trajo desde Bolivia a La Habana para que los mejores médicos del mundo les devuelvan una vista que se habían resignado a perder, se llama Misión Milagro (…) Acompañados por los trabajadores sociales (jóvenes universitarios que estudian para atender al prójimo), son trasladados a buses de última generación con ese aire demasiado frío para esta época del año, y luego son llevados con escolta de tránsito a cuatro hoteles, que de ser lujosas residencias para turistas, se transformaron en bases exclusivas para los pacientes bolivianos. En Villa Mégano hay 103 habitaciones, 217 pacientes bolivianos, 33 trabajadores sociales, seis médicos y 25 enfermeras".

La ecuación es sencilla. ¿Quién es el amigo de los gobiernos de Venezuela y Cuba que produce estos milagros?: el candidato que usa al mismo tiempo casco de minero y poncho. Un Evo Morales que, por ahora, aparece en primer lugar en las encuestas, con un 28 por ciento, por encima del ex presidente Jorge Quiroga (22%) y el empresario del cemento Samuel Doria Medina (19%).

La "Operación Evo Morales", delineada desde hace bastante tiempo en La Habana y Caracas, prosigue a ritmo de victoria. En estos casos, el dinero para la campaña electoral no llega por transferencia bancaria: se traslada por valija diplomática y en efectivo. Un viejo truco para que no deje huellas.

© cubaencuentro

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