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Actualizado: 29/04/2024 14:55

Chile

Peleas y corrupción

Si vence la imagen de una Concertación 'corrupta', las próximas elecciones chilenas no serán fáciles para el oficialismo.

La política en Chile no se hace con manos de seda. Si los más viejos recuerdan con nostalgia las joyas oratorias de que el Congreso fue testigo, hoy el ademán del servidor público es distinto. Hoy priman, junto a la imposición de la idea propia, la diatriba, la descalificación y la insolencia. Todo lo que apalee al otro resulta válido, y mientras más lo apolisme, mejor.

El resurgimiento de casos de corrupción en la entidad estatal Chile Deportes puso al pie de la derecha —Unión Democrática Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN)— un vasto campo de lidia y, paradójicamente, un manjar servido. La Concertación, un grupo de partidos con 17 años en el poder y aquí llamados "de izquierda", estaba hace dos meses contra la pared.

Después de denuncias de que el gobierno presionaba a parlamentarios de su orilla a obstaculizar la creación de una comisión en el Congreso para investigar a Chile Deportes, finalmente un diputado de la derecha se colocaba al frente de dicha comisión, lo cual parecía muy sensato.

El diputado de RN, Nicolás Monckeberg, apenas alcanzado el puesto, presionó desmedidamente a quienes invitó a comparecer, algo perfectamente creíble dado el talante de la política chilena. Saldría de la posición como consecuencia de un voto de censura emitido por la mayoría oficialista. La derecha renunció, en fin, a la comisión y prometió dedicarse a llevar los casos a los tribunales, adonde un grupo de personas ha ido a parar, y de lo que —otra paradoja— también se ufana La Moneda.

En torno a la elección de Monckeberg se sucedieron discordias —incluidas tachas de traición— entre diputados cercanos al gobierno. Las inquietudes que provocaron los cargos de corrupción, las disputas sobre el aborto entre parlamentarios de la alianza en el poder, las riñas en el seno de los partidos que la integran contra disidentes o implicados en manejo ilegal de dinero, inclinaron a poner en duda la viabilidad de la Concertación, cuyas columnas ideológicas acaso no estallan por la solidez que el antipinochetismo les proporciona.

Operadores políticos

El senador socialista Carlos Ominami asestó el 22 de noviembre pasado que la asociación política atravesaba "una crisis muy profunda", y subrayaba con atrevimiento que el bloque, concebido en los ochenta para derrotar a Pinochet en las urnas, ya "cumplió su tarea".

A quienes la izquierda vincula de manera abusiva o extemporánea con el régimen militar, no les bastó que la presidenta propusiera 30 medidas anticorrupción, con asistencia de Transparencia Internacional. La ira política subiría de tono. La muerte de Pinochet, el 10 de diciembre, vendría a caldear aún más los ánimos.

Al escándalo en Chile Deportes se habían añadido imputaciones respecto a la utilización de planes de creación de empleo y gastos reservados del gobierno para campañas políticas. Entretanto, Jorge Schaulsohn, ex presidente del Partido Por la Democracia (PPD), revelaba que la utilización de dineros estatales con fines electorales se instituyó en "ideología o cultura" dentro del conjunto gobernante.

Añadiría el también ex jefe de la Cámara que la presencia de "operadores políticos", individuos que acceden a cargos de relevancia fruto del 'padrinazgo' de caudillos al interior de los partidos, en compensación por apoyos recibidos en campañas internas o de elección popular, han sido protagonistas de muchos de los hechos de corrupción.

"¿Por qué no lo proclamó antes?", le cuelgan sus propios correligionarios, quienes tratan de individualizar lo que Schaulsohn generaliza, además de injuriarlo. A la enumeración de actuales casos de corrupción en su propio partido, Schaulsohn agregó que en 1994, cuando presidía la colectividad, "existía desde antes y continuó después un sistema de ayuda económica directa que en ese entonces recibían todos los partidos de la Concertación proveniente del Ejecutivo".

Pronto el deslenguado sería expulsado del PPD, lo que desató otra catarata de críticas contra la organización. Voluntariamente involucrado, a Schaulsohn le resta precisar cuánto recibió y quién entregaba el dinero, entre otras lindezas.

Acompañarían a Schaulsohn con denuncias de más bajo tenor, y a veces medio negadas, el ex presidente del Partido Socialista Gonzalo Matner y el ex ministro Edgardo Boeninger, así como el ex mandatario Patricio Elwin. Poco antes que Schaulsohn, el senador, filósofo y lingüista Fernando Flores llamó "pandilla" a la jefatura del PPD y suspendió por más de una semana su militancia en dicha entidad.

La estocada tuvo como causa la que se consideró defensa corporativa por el PPD, de su senador Guido Girardi, metido —y no por primera vez— en meandros del dinero no bien habido.

El grito de la oposición

Las revelaciones, invectivas contra la ilegalidad y apoyos a los autores de las denuncias desde predios clásicos de La Moneda, destaparon totalmente la olla. La oposición fue un grito. El presidenciable y senador por la UDI, Pablo Longueira, pronto cuestionó la legitimidad de las victorias electorales del ex presidente Ricardo Lagos y de la actual mandataria Michelle Bachelet.

Joaquín Lavín —otro UDI y ex candidato presidencial— no descartó que el desvío del dinero de los contribuyentes influyera en su enfrentamiento con Lagos en 1999, a favor de este último por sólo 30.000 votos.

Aunque prefiere distanciarse de lo contingente, la presidenta tampoco es de las que se queda callada luego de recibir un ataque, y menos tan burdo como el que cuestionó la legitimidad de su triunfo electoral. Así, calificó de "falta de respeto tremenda, un tremendo insulto" a los chilenos, "el sugerir tan solo que mi elección tiene que ver con los gastos reservados", pues, enfatizó, "los chilenos no nos vendemos".

Desde finales de noviembre varias personalidades han tratado de poner paños fríos a la oleada de furia, y la propia presidenta afirmó más recientemente que "los chilenos no quieren política pequeña ni odiosidades".

En este orden se expresó la Conferencia Episcopal, que llamó a la unidad del país y a descubrir el don de amor, en tanto el cardenal Francisco Javier Errázuriz, en su misa de Nochebuena, convidó a optar por la paz en la convivencia nacional. El ex presidente Eduardo Frei-Ruiz Tagle abogó por "calmar los espíritus".

Desde Washington, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, criticó los desbocamientos de los políticos y admitió lo que muchos tienen por cierto: que las constantes escaramuzas alejan a la gente de la política.

Limpieza en casa

Al paso de los días, la esperanza era que la Concertación limara asperezas intestinas y recompusiera la autoconfianza, imprescindibles si desea batallar su continuidad en el poder. Pero las denuncias de Schaulsohn y el liderazgo anticorrupción de Fernando Flores bullían en el centro del quehacer político chileno.

Es cierto que la expulsión del primero y la renuncia del segundo afincan un puñal en el hígado del PPD, esencial para cualquier ambición concertacionista. Pero son también un índice contra la corrupción en este partido. Contradictoriamente, la realidad creada entrega muchos metros de ventaja a la oposición.

Peligros aparte, quizá Schaulsohn, Flores y los diputados que los apoyan están salvando al oficialismo de la debacle. Se alzan sino como reserva moral, como decidido impulso a limpiar la casa, inestimable durante el apogeo de incredulidades y desprestigios.

Bajo el nombre de Chile Primero y la advocación de los líderes mencionados, tuvo su cónclave fundacional el embrión probable de un nuevo partido político desprendido del PPD, al que por cierto recibieron con agrado en diversos ámbitos de la Concertación.

Para Jorge Pizarro, senador democratacristiano, si la Concertación de partidos "tiene que incorporar a un sexto o séptimo que se enmarque dentro de sus objetivos, es posible y habría que evaluarlo". De acuerdo con otro senador, el socialista Alejandro Navarro —descamisado defensor de la dictadura cubana en este país—, "Chile Primero es una iniciativa interesante y necesaria, y una gran oportunidad de crear espacios de debate para quienes integran la Concertación".

Legisladores del sector más a la izquierda del oficialismo prefieren un Chile Primero como salón de discusiones más que como flamante —y aguerrido— partido político.

Bachelet sube, la derecha a la zaga

Mientras los arpones iban y venían, el Centro de Estudios Públicos dio a conocer a principios de año una encuesta donde expectativas y augures no quedaron bien parados. La presidenta no recibió heridas por los escándalos y aumentó en seis puntos (52%) en relación con la encuesta de mediados de 2006. La derecha continuó a la zaga y sigue sin capitalizar, sin digerir el manjar que le sirvieron los casos de corrupción.

Aunque bajaron en popularidad casi todos los personajes de la Concertación —y en 19 puntos Guido Girardi—, fue el engranaje político y gran cantidad de instituciones (tribunales, Congreso, municipios, empresas públicas) quienes se ganaron los mejores latigazos. El 82 por ciento del electorado abogó por el diálogo entre dirigentes de la oposición y el ejecutivo.

Para el analista Roberto Méndez, presidente de una importante encuestadora, Bachelet se mantuvo al margen de la política coyuntural —"creó una agenda paralela"—, pero si esto "elevó los niveles de cercanía con la gente y la confianza", generó la "sensación de mano blanda de Bachelet", la que debiera reemplazarse por "una acción más decidida del Ministro del Interior y de otros personeros del gobierno".

Méndez advirtió que "gobernar con una coalición en franco proceso de descomposición será muy difícil".

Amén de estas urgencias, otro hecho parece abrirse paso, y es que las peleas entre izquierda y derecha, y cada una a su interior, aparentan ser más grandes —y estridentes— que el tamaño de la corrupción. Los gastos reservados constituyen solamente el uno por ciento del presupuesto nacional, y hasta ahora la justicia no halla la podredumbre esperada, incluso en Chile Deportes. Además, en comparación con otros países de la zona, los montos conocidos no son notables.

Aunque lo anterior habría que cotejarlo a futuro y en el contexto chileno, si se logra instalar la imagen de una Concertación corrupta, ello actuará en favor del ala que está a la ofensiva e influirá sin duda en los comicios venideros. A la ofensiva está ahora una derecha que ha perdido 14 elecciones desde que el país accedió a la democracia.

Pero estos fracasos no durarán toda la vida. El filósofo cubano Enrique Patterson dijo a Encuentro en la Red que el arribo por un camino u otro de la derecha a La Moneda "ayudaría a completar el proceso de transición en Chile".

Mientras el escándalo sigue su curso en espera de que otro suceso ocupe las primeras planas, no se olvida acá la afirmación de Felipe González, ex presidente del gobierno español, quien señaló durante una visita a Santiago que a los socialistas en su país "no los derrotó la derecha, sino la corrupción".

© cubaencuentro

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