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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Venezuela

Sin darse por vencidos

La oposición venezolana intentará mantener la unidad frente a las pretensiones de Hugo Chávez de eternizarse en el poder.

Con siete millones de votos de respaldo, el presidente Hugo Chávez comenzará en febrero un nuevo mandato consecutivo con un piso político que parece seguro, pero con un monumental reto ante sí: atender las crecientes necesidades de una población, mayoritariamente pobre, que cifró sus esperanzas en el carismático líder.

La mayor parte de los electores venezolanos apoyó a Chávez con la confianza de que en los próximos seis años el gobernante solventará los problemas que no pudo resolver en los últimos ocho, a pesar de los millonarios ingresos por las ventas de petróleo. Los diversos sondeos de opinión en las semanas previas a los comicios del 3 de diciembre revelaron que muchos venezolanos, a pesar de apoyar ampliamente a Chávez, se sienten insatisfechos por un cúmulo de problemas, tales como la criminalidad, el desempleo, la pobreza y la escasez de vivienda, y esperan que sean resueltos a corto plazo.

Las promesas programáticas de Chávez durante la campaña electoral fueron suficientemente vagas acerca de esos deseos de los votantes. El ex coronel golpista ha afirmado que a partir del próximo 2 de febrero, fecha de la investidura, se iniciarán unos nuevos tiempos en los que "profundizará en la construcción de la Venezuela bolivariana", según promete.

Postulados oscuros

El analista y periodista venezolano Adolfo Salgueiro advirtió al presidente: "debe tener claro que la gente votó por su persona y su carisma; porque usted los convenció. La gente no votó por ningún proyecto de socialismo del siglo XXI ni por el Castro-comunismo, ni contra la propiedad privada, ni para que siga regalando los reales afuera del país".

En realidad, Chávez nunca ha explicado claramente en qué consiste ese socialismo del siglo XXI y mucho menos el significado de "profundizar la revolución bolivariana", otro de sus postulados.

"En el 2010, cuando cumpla yo los tres años del próximo período (2007-2013), yo mismo voy a llamar a un referendo popular" para preguntar al pueblo "si está de acuerdo en que siga siendo presidente" y que "vuelva a reelegirse para el próximo período (...) Si la mayoría dice que no, pues me voy, pero si dice que sí, habría que modificar la Constitución para que la reelección sea indefinida. ¡Será el pueblo el que diga!", exclamó Chávez, mientras sus partidarios repetían a gritos "¡uh, ah, Chávez no se va!".

Otra de sus "promesas" fue dirigida, el pasado 3 de noviembre, contra las emisoras privadas de televisión, a las cuales acusó de promover su derrocamiento y amenazó con no renovarles la concesión el próximo año. "Algunos medios siguen alebrestando (alborotando) y les recuerdo que a algunas se les vence la concesión el próximo año", dijo Chávez en un acto público. "Que a nadie le extrañe que el 27 de marzo le diga (a las televisiones) 'no hay más concesión'", agregó.

De la prensa brasileña

Después de la victoria de Chávez resultó significativo que los principales diarios brasileños advirtieran en sus editoriales sobre las ambiciones totalitarias del presidente venezolano. El más incisivo en las críticas fue el diario O Globo, uno de los más influyentes y leídos del país, que acusa a Chávez de pretender sustituir la democracia por una "dictadura plebiscitaria".

"El pueblo venezolano le dio a Chávez democráticamente un mandato inequívoco para profundizar su Revolución Bolivariana. Eso es preocupante porque el primer objetivo del presidente es justamente cortar de esa ecuación la palabra democráticamente", comentó el diario. Para O Globo, "la diplomacia continental debería estar alerta para ponerle los límites que merece".

El diario advirtió que la intención de Chávez de alterar la Constitución para permitir la reelección ilimitada neutralizará una de las características básicas de la democracia, que es la alternancia en el poder.

"Uno de los trucos del neo-dictador es, después de una campaña victoriosa, cambiar las leyes en su favor... Es indispensable explicar por qué Chávez eligió al dictador Fidel Castro como su mayor ídolo vivo. Como el maestro, desea ser dictador vitalicio", según Jornal do Brasil.

El editorial del diario Folha de Sao Paulo destacó que cuando Chávez asegura que pretende "profundizar su revolución", está abriendo el camino "para otra escalada autoritaria en Venezuela".

"Chávez dedicó su victoria electoral al amigo Fidel Castro. Bien recordado: después del dictador cubano, su pupilo de Caracas es el jefe de Estado con más tiempo en el poder en Latinoamérica", agregó el diario, que considera la unión de las fuerzas opositoras venezolanas como la mejor noticia de las elecciones para "quien aprecia las libertades democráticas y la alternancia en el poder".

Mantener la oposición

Esta mención a la oposición venezolana por parte del diario brasileño, resulta importante. Recientemente, el ex candidato Manuel Rosales, que obtuvo más de cuatro millones de sufragios en las presidenciales, afirmó que la oposición del país debe seguir trabajando en la búsqueda de la "unificación de criterios de lo que es el país". "El cuento de la guarimba (insurrección urbana) y el golpe de Estado quedó enterrado", dijo, y confirmó que el camino del sector opositor será presentar propuestas serias en beneficio de la democracia.

La analista política venezolana Ana María Valeri comentó: "Manuel Rosales aceptó la derrota y con él muchos venezolanos perdimos en la contienda, sin embargo, en lugar de hacer maletas, es casi obligatorio conservar el deseo de un mañana mejor y en Venezuela. Hay que seguir. Levantar cabeza y seguir. Lo que el candidato opositor logró en apenas tres meses no puede perderse. Ese capital de gente que se lanzó a la calle es una muestra suficientemente representativa de la Venezuela que aún exige cambios, oportunidades y desarrollo".

"No es fácil pero sí posible. Es un camino empedrado y hay que recorrerlo, de otro modo sí que habríamos perdido el tiempo. La posición asumida por Rosales, en la alocución donde aceptó la derrota, mostró a un político que sabe lidiar y seguir. Su deseo de continuar luchando nos exige ser la plataforma política necesaria para engrosar una oposición que respalda un proyecto diametralmente opuesto a la maraña de socialismo del siglo XXI que pretende imponerse. Una cosa es perder y otra muy distinta es darse por vencidos".

La advertencia de Valeri es una clarinada para el futuro.

© cubaencuentro

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