Actualizado: 29/04/2024 7:40
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Represión, Exilio, Reina Luisa Tamayo

Depositan cenizas de Zapata Tamayo en Miami entre muestras de dolor

Reina Luisa Tamayo expresó su satisfacción porque los restos de su hijo descansen en paz en “un país libre”

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El exilio cubano y familiares del fallecido disidente Orlando Zapata Tamayo participaron este sábado, entre muestras de dolor e indignación, en la colocación de las cenizas del opositor cubano en un mausoleo de un cementerio de Miami (Florida).

Cerca de un centenar de personas acudieron al cementerio Memorial Plan, donde finalmente se depositaron las cenizas de Zapata, quien murió en 2010 en un hospital de La Habana como consecuencia de una huelga de hambre de 85 días.

Los momentos más emotivos se produjeron al final del acto religioso, cuando Reina Luisa Tamayo, madre del fallecido preso de conciencia, dirigió unas palabras de agradecimiento a los presentes y gritó “¡abajo Fidel!”, “¡abajo Raúl!”, “¡viva Cuba libre!”, “¡abajo los asesinos de Zapata!”.

Las palabras de la madre fueron coreadas por los presentes momentos antes de proceder a la colocación de la urna con las cenizas de Zapata en un nicho abierto en el muro del mausoleo de la organización Brigada 2506, compuesta por los veteranos de la fallida invasión de Bahía de Cochinos (1961), en Cuba.

Tamayo y el grupo de familiares residen como refugiados políticos en Miami, adonde llegaron el pasado 9 de junio con las cenizas de Zapata.

Los familiares y allegados de Zapata ocuparon, durante la ceremonia, la primera fila de asientos dispuestos bajo los toldos levantados junto a la pared del mausoleo de la Brigada 2506.

El acto comenzó con las palabras de solidaridad que dirigió Félix Rodríguez, presidente de la Brigada 2506, a la familia Tamayo, especialmente a la madre, de quien dijo que “enaltecía la dignidad de la mujer cubana”.

A continuación, un sacerdote ofició un breve servicio funeral en el que destacó el “coraje y valor de Reina Luisa Tamayo” y clamó contra la “maldad y el odio que cortó los días” de Zapata, para concluir con una oración en memoria del opositor muerto.

Durante el acto, la urna de madera con las cenizas de Zapata permaneció encima de una mesa, junto a un ramo de flores y una fotografía en blanco y negro del disidente fallecido.

Un familiar de Zapata extendió una sábana blanca donde se leía: “Morir por la libertad y la democracia del pueblo cubano es vivir eternamente en ella”.

Los asistentes escucharon emocionados las palabras finales de agradecimiento que pronunció en la ceremonia Reina Luisa Tamayo en las que expresó su satisfacción porque los restos de su hijo descansen en paz en “un país libre, no como en Cuba”, donde hasta “los últimos momentos (sus restos en la tumba) estuvieron custodiados por armados”.

Agregó que su hijo “fue asesinado por los hermanos Castro”, quienes dieron la orden de que le fuera negada el agua con el objetivo de que “desapareciera de su presencia”.

“¡Zapata vive!” y “Orlando, hombres como tú es lo que la patria necesita”, fueron algunas de las frases que pronunció con emoción Tamayo y que fueron coreadas por los asistentes.

Acto seguido, y tras besar la urna con la bandera cubana dibujada en su tapa, Reina Luisa Tamayo y Félix Rodríguez procedieron a depositar las cenizas del disidente en el nicho.

Con el silencio y la emoción contenida sonó el toque de una trompeta mientras la madre de Zapata elevaba los puños cerrados al cielo.

Zapata Tamayo, uno de los 75 disidentes condenados en la Primavera Negra de 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel, murió el 23 de febrero de 2010 en un hospital de La Habana como consecuencia de una huelga de hambre de 85 días que realizó.

Numerosas voces, incluidas las de la disidencia interna y organizaciones opositoras en el exterior, culparon al régimen castrista de la muerte de Zapata.

La disidencia aseguró que fue la privación de agua durante 18 días a que le sometió el régimen lo que agravó su estado de salud y le causó daños irreversibles en un riñón.


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