Apocalipsis web

Se veía venir, pero nadie lo daba como posible. Era demasiado insulto, inmenso. El Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), a través de una carta oficial firmada por su presidente y enviada a las direcciones informativas de los órganos de prensa de todo el país, ha suspendido desde este 13 de agosto cualquier acceso de sus funcionarios, dígase periodistas, a los servicios de internet.

A partir de ayer, toda comunicación vía email, así como los servicios de noticias, se producirá a través de un enlace con el sitio oficial enet.cu. Con mucho filtro y vigilancia se podrá entonces saber, supuestamente, quién es quién en cada medio de prensa en la Isla.

La nueva carta insta a las direcciones informativas de los medios de comunicación a seleccionar "adecuadamente" el personal que se encargará de la actualización de las páginas web y de la revisión del material informativo al que se tiene acceso.

A pesar de que ya se murmuraba entre pasillos y redacciones, la noticia ha conmovido a muchos. Y es que esta suerte de "regalo" tiene una serie de antecedentes.

Los servicios de internet quedaron limitados desde 2003 a una hora por periodista, en el caso de los medios de prensa escrita, y en el mes de abril de este 2007, se limitó el acceso a las páginas de Hotmail y Yahoo en la prensa radial y televisiva.

Ahora, el supuesto "veneno" de la red —ese que deja abierta la posibilidad de conocer versiones diferentes de los acontecimientos mundiales y de Cuba— pretende ser arrancado "de raíz".

Casi como una "gratificación", los directivos han aconsejado a los periodistas salvar sus direcciones de emails y contactos, en las pocas horas que restaban para el corte definitivo del servicio, y para que se despidieran de amigos y familiares como si de una marcha al otro mundo se tratara.

'Cuidado, te estoy mirando'

Numerosos sucesos recientes podrían ser causas directas de esta suerte de apocalipsis web. Medidas disciplinarias, separación definitiva del centro de trabajo y hasta procesos policiales iniciados contra quienes divulgan información obtenida en la red, han movilizado a las altas fuentes del organismo en diversos territorios del país.

Una medida aprobada por el Comité Central del Partido y adjunta al Código de Ética de los periodistas cubanos desde el año 2000, prohíbe el uso de la red para "asuntos de índole personal", como correo electrónico y chat. Este decreto ha sido aplicado para considerar indisciplina grave, de índole ideológica, las acciones de quienes han sido sorprendidos, o espiados, comunicando al exterior la dura realidad del día a día en el país.

En las televisiones locales de Camagüey y Las Tunas, un administrador de la red y un funcionario de edición web fueron iniciados en procesos policiales por presunta distribución de información, sobre todo de aquella que no se ve ni se escucha por los sistemas de radiodifusión en la Isla y que aclaran el quehacer arrogante de la dictadura. Ambos están separados de sus funciones por tiempo indefinido, hasta tanto la investigación iniciada arroje algún "resultado" concreto.

En la principal emisora radial del Oriente de la Isla, CMKC, hay también procesos abiertos contra dos periodistas por presunto "uso indebido" del correo electrónico que tenían instalado en sus viviendas. Hasta el momento, permanecen separadas de sus puestos de trabajo.

Los servicios de navegación, un privilegio para algunos periodistas supuestamente "más confiables", también están siendo revisados. Se analizará la pertinencia de mantenerlos, en virtud de las decisiones que se deriven de las asambleas extraordinarias que la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) deberá convocar en breve.

Téngase en cuenta que muchos de esos "bendecidos" columnistas han pasado ya al retiro o mantienen una actitud poco colaboradora con sus antiguos centros de labor ideológica, entiéndase medios de comunicación.

El nuevo sistema instalado, casi listo en los telecentros provinciales, es una conexión directa a la llamada "internet de Etecsa" (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba), que ya regula los servicios informativos y de mensajería en las direcciones territoriales de la Agencia de Información Nacional (AIN) y Prensa Latina.

Los corresponsales locales de los diarios Granma y Juventud Rebelde, así como del semanario Trabajadores, también comenzarán a utilizar esta nueva conexión, la que garantiza obviamente vigilancia efectiva en las operaciones de los diversos filtros que tiene instalados.

Las actuales decisiones tienen que ver con las políticas represivas del ministro de Informática, Ramiro Valdés, y sus costumbres de sigilo masivo. Ahora sus ordenanzas han sido aplaudidas por la dirigencia del ICRT. ¡Qué remedio!

Apagón eterno

En una de las más recientes "reflexiones" de Fidel Castro, se puede leer la preocupación del gobernante por la desaparición de la especie humana y sus secuelas para la historia de la humanidad, en virtud de los más acuciantes conflictos mundiales.

Sin embargo, muchos en todo el mundo están esperando el momento en que el dirigente refiera, o al menos haga mención, la desaparición en Cuba, hace casi 50 años, del derecho elemental de los ciudadanos de tener libre acceso a la información.

Habría que ver si cuando eso ocurra, intenta omitir que en Cuba acontece un apagón informativo tan vigoroso y mordaz que violenta el ejercicio de la opinión y fomenta el apoyo ciego de muchos a una forma de poder que obliga simplemente al silencio o la omisión.

Desde este 13 de agosto, de los medios de información están saliendo más parafernalias sobre los "logros del proceso". Y aunque quienes escriben las loas no tienen acceso a internet para contrastar sus ideas, se divulgan de todas formas "deseos de más años de vida" para el opositor mayor del ejercicio pleno de la libertad.

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