Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Sociedad

La epidemia fantasma

Puertas adentro continúa el silencio sobre el dengue, mientras se extiende el criterio de que pudiera ser otra patología de origen foráneo.

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Los medios informativos nacionales dieron cuenta de que, al finalizar el mes de agosto, se efectuó una "reunión nacional de chequeo de la lucha antivectorial". Es la manera de decir en el lenguaje eufemístico administrativo que el gobierno pasa revista a la marcha de la intensa campaña que trata de librar en todos los frentes, y con todos los recursos a su alcance, para detener la agresiva y extendida epidemia de dengue que, según trascendidos imposibles de confirmar, ha significado miles de enfermos, algunas decenas de fallecidos y una alerta sanitaria generalizada.

La reunión fue presidida por el miembro del Buró Político Carlos Lage Dávila —a la sazón, uno de los ungidos por la proclama del 31 de julio—, vicepresidente del Consejo de Estado y secretario ejecutivo del Consejo de Ministros, acompañado por funcionarios de varios sectores y niveles del partido (único) y el gobierno. Según la reseña transmitida por la televisión nacional, en el cónclave no se mencionó la palabra dengue, ni se ofreció información estadística sobre sus incidencias.

No es primera vez que el país se ve golpeado por este flagelo viral, que de manera intermitente incide en los cubanos desde que en 1981 la enfermedad cobró más de un centenar de vidas. En aquella ocasión, el hecho sí tuvo una amplia cobertura propagandística, en tanto las autoridades cubanas acusaron a los servicios de inteligencia de Estados Unidos de introducir el virus en la Isla.

A pesar de que la dirección del país persiste en no reconocer y declarar la crisis sanitaria que afecta fundamentalmente a Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba, la dimensión y alcance de la movilización actual sugiere que es la peor de las epidemias que hemos sufrido.

Los 'mejores' incapaces

La persecución del mosquito Aedes Aegipty, transmisor de la enfermedad, es tan feroz como el mutismo oficial que cunde sobre la existencia de la peligrosa dolencia: la fumigación manual y mecanizada en los recintos cerrados, y motorizada y aérea en los espacios abiertos, es escena cotidiana en las localidades más sensibles desde que comenzó la campaña. A ello se agregan varios niveles de supervisión, que van desde los trabajadores habituales de salud pública, pasando por los "combatientes" del Ejército Juvenil del Trabajo —brazo laboral y mano de obra bien barata de las Fuerzas Armadas—, alumnos de la enseñanza media, estudiantes de medicina, trabajadores sociales, hasta los miembros y funcionarios del partido en sus diferentes niveles.

A todo lo anterior se agregan multas de monto considerable para los ciudadanos que incumplan las directivas de la cruzada, y se habla incluso de allanar las viviendas cerradas en el momento de la atención antivectorial.

Dando muestras del poco espíritu autocrítico que caracteriza a la élite gobernante, el vicepresidente Lage se prodigó en elogios para el sistema de salud de la Isla, puesto que, dijo, "Cuba es el único país del mundo que puede controlar por tiempo considerable al insecto transmisor y sus terribles efectos".

El alto dirigente trasladó nuevamente toda la responsabilidad a los ciudadanos, orientó hacer un análisis de las causas de esta crisis y exhortó a "ganar la batalla una vez más".


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