Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Opinión

Entre la piedad y el agua inteligente

La convocatoria del exilio a no cooperar con el Estado, la indefensión de los cubanos y la sucesión del régimen.

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No obstante, cabe preguntarse al tiempo que atravesamos el actual trance: ¿Qué ha pasado con la resistencia cívica llamada a ser el talón de Aquiles del actual gobierno? ¿Queda descalificada la tesis profesada por tanta buena gente en el exterior, de que el cambio hacia la democracia en la Isla —la transición— será obra del cubano de a pie y su mujer, Juana la cubana? ¡Qué poco se estudia y analizan las transiciones que dejaron atrás —y no en todos los antiguos países comunistas— el modelo totalitario!

Desde el pasado 31 de julio se ha oído decir muchas veces que hoy los cubanos tienen más miedo que antes. Se ha dicho que las cosas con el sucesor designado, cuando menos, son impredecibles, y cuando más, de apaga y vamos. Las señales son pocas, y la única que ha sido bien clara nos confirma que el policía-en-jefe, hoy exitoso empresario de la realidad virtual y las comunicaciones, ha sido elevado a Gran Hermano Cibernético del pueblo cubano.

Vulnerabilidad e indefensión

Ante semejantes poderes ostentando la sartén por el mango, "y el mango también", y arreglando el pastel de su continuidad, ¿cómo se mastica eso de la resistencia cívica? De pronto, todo está tranquilo y cada cual en su casa. Hay diversas explicaciones, y todas se resumen en una sola palabra: miedo. Y en otra: vulnerabilidad. Y en otra: indefensión.

Se quiere que en Cuba también se manifieste "el poder de los sin poder". ¡Ah! Pero Santiago de Cuba no es Praga; ni Cienfuegos, Varsovia. Aquellos tenían la presencia amenazante de los tanques soviéticos, es cierto. Pero también es cierto que la resistencia cívica no hizo caer el Muro de Berlín (ver Juan F. Benemelis, Transición: Teorías y Modelos. Ediciones Cuba Futuro, 2006). La caída del comunismo se articuló desde el propio Kremlin, con el incentivo de Occidente y del propio Ronald Reagan. ¿No hay en esto lecciones emulables?

Los cubanos de allá —los llamados a la resistencia cívica insular— enfrentan la realidad amordazadora de estar atrapados en una isla… y, además de la Seguridad del Estado, enfrentan tanques cubanos, que son muchos, y tres ejércitos no de pacotilla, curtidos en combates internacionalistas. Y está "la guerra de todo el pueblo", lo que en otros escenarios —Irak— se denomina guerra asimétrica. Y también la falta de comunicación e información.

"Quieto en base" describe bien el instinto nacional de supervivencia. Nadie sabe a ciencia cierta qué tramas se hilvanan en la cúpula actual. ¿Cobardes, como le llaman muchos? ¿Pueblo de carneros, como le han llamado otros? Sufrimos del grave defecto —machista, además— de culpar a las víctimas de las acciones de sus verdugos.