Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Música en letras mayúsculas

Bajo el título de Greatest Hits, un disco compacto recoge veinte canciones grabadas por Omara Portuondo entre 1974 y 1997

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De los diecinueve artistas que tomaron parte en Buena Vista Social Club, Omara Portuondo (La Habana, 1930) es quien probablemente más se ha beneficiado del notable éxito internacional que tuvo aquel disco. Lo más curioso es que inicialmente no se había previsto su inclusión en aquel grupo de músicos e intérpretes, integrado en su totalidad por figuras masculinas. Ocurrió, sin embargo, que durante una de las sesiones ella se hallaba trabajando en su próximo álbum en un estudio de la EGREM justo cuando comenzaron las grabaciones de Buena Vista Social Club, y esa feliz coincidencia dio lugar a que fuese incorporada al proyecto. No obstante y a diferencia de Compay Segundo, Eliades Ochoa e Ibrahim Ferrer, su participación se reduce a un solo tema, el conocido y popular Veinte años de María Teresa Vera. En las notas del folleto que acompaña al compacto se apunta que “una rara calma descendió en el estudio cuando ella dictaba el tempo y los arreglos, y en sólo dos horas Veinte años quedó grabado”.

Aquella única canción en Buena Vista Social Club le vino a dar un segundo aire a su carrera. Veinte años bastó para que en el extranjero descubrieran a una intérprete de excelente calidad, que para entonces contaba con una larga trayectoria y una discografía con una decena larga de álbumes. Eso llevó a Nock Gold y Jerry Boys a producir Buena Vista Social Club presents Omara Portuondo (2000), el disco que definitivamente la vino a catapultar a una popularidad y un prestigio internacionales que desde hacía mucho se merecía y que hasta ese momento le habían sido esquivos. Tras ese título, Omara ha sumado a su catálogo tres nuevos compactos: Flor de amor (2004), Omara Portuondo y Maria Bethania (2008) y Gracias (2008). Asimismo y a partir de grabaciones pertenecientes a décadas anteriores, se han lanzado varias recopilaciones de temas suyos: Dos gardenias (2001), Sentimiento (2005), Lágrimas negras. Canciones y boleros (2005), Duets (2007), Singles (2007) y Omara Portuondo (2008), entre otras. Por supuesto, siempre es de agradecer la oportunidad de revisitar esas canciones que brindan esos compactos. Pero de igual modo, tampoco hay que engañarse respecto a la operación de marketing que hay detrás. En definitiva, para las compañías discográficas el principal objetivo es sacarle el efectivo al personal, y en ese aspecto el catálogo de los artistas se ha convertido en una especie de lucrativa gallina de los huevos de oro.

Hace apenas tres meses salió al mercado la más reciente de esas compilaciones, Greatest Hits (Son Records, 2010), que viene a ilustrar lo que antes mencioné. En la misma volvemos a encontrar canciones que ya figuraban e incluso se repetían en varias de las selecciones anteriores: Cómo es posible, Nosotros, Lágrimas negras, Campanitas de cristal, La última noche, Tres palabras, La cumbancha, Este son homenaje, Deja que suba la marea, Ay, caramba, Te dije quédate, Polvo de nuevo amor, La rosa oriental. Tiene además un título engañoso, pues no recoge una selección representativa y abarcadora de las seis décadas de carrera artística de Omara. El más antiguo de los temas incluidos es de 1974; el más reciente, de 1997. Nada, pues, de la década de su etapa del feeling, ni tampoco de sus tres últimos discos. E incluso de los años que comprende Greatest Hits se echan en falta títulos como Y sólo tú, Siboney, Allí, Agua que cae del cielo, Vuela pena, Voy a ser feliz, La era está pariendo un corazón.

Omara Portuondo se destaca como una excelente boleristaFoto

Omara Portuondo se destaca como una excelente bolerista.

Versatilidad, buen gusto y sabiduría musical

Afortunadamente, estamos ante una de las grandes cantantes cubanas de los últimos cincuenta años, y a su obra discográfica le cabe muy bien la frase de que no tiene desperdicios. Incluso cuando Omara ha dado cabida en su repertorio a composiciones menores o de compromiso, ella ha sabido dignificarlas con sus privilegiadas cualidades vocales y su personalidad. No obstante, esos casos son excepciones, pues un repaso a los temas incluidos en el compacto que da pie a estas líneas demuestra que Omara posee un indudable buen gusto para escoger las canciones. Eso se confirma con la presencia de piezas de compositores como Osvaldo Farrés, María Teresa Vera, Isolina Carrillo, Rafael Hernández, Pedro Junco, Miguel Matamoros, Agustín Lara, José Antonio Méndez, Meme Solís y Violeta Parra.

Algo que la selección de Greatest Hits no alcanza a representar cabalmente es la versatilidad del repertorio que Omara ha cantado en las seis décadas de su carrera profesional. Con similar dominio ha transitado por el feeling, el jazz, la canción tradicional, el son y la rumba, el bolero, la nueva trova, géneros a los que ella ha aportado su talento y su personal estilo. En su etapa de plenitud era capaz de pasar así del discurso intimista y el canto del decir, a las exuberancias rítmicas del Caribe y los registros altos. Hoy que su voz no le permite esos lujos, Omara ha sabido adaptar su repertorio y canta con más sobriedad y mesura, pero también con la sabiduría y la seguridad que sólo alcanzan las grandes artistas.

“Los autores crean sus canciones para que uno pueda interpretarlas. Cada canción que yo interpreto la siento como si fuera mía. Por eso les agradezco tanto a los autores de estas canciones. Los textos mismos te ayudan a cantar: te indican si alguna cosa es de alegría o de tristeza. Yo me siento como una pintora, porque voy cantando y viendo las imágenes de los textos de lo que estoy cantando”. Con esas palabras ha explicado Omara cómo asume la interpretación de los temas que conforman su repertorio. Hay que decir que en su caso, la palabra versión adquiere su sentido íntegro. Sus interpretaciones alcanzan elevadas cotas de originalidad, pues ella sabe enriquecer los originales con matices y sutilezas, sumarle otras posibilidades y llevarlas a nuevos terrenos. Como ejemplos, ahí están, para citar piezas que aparecen en Greatets Hits, Gracias a la vida, Hasta siempre, Quiero hablar contigo, Lágrimas negras y Me faltabas tú.

Portada del disco de Omara PortuondoFoto

Portada del disco de Omara Portuondo.

Dije antes que en sus años de plenitud Omara era capaz de alcanzar el cielo de las canciones con sus maravillosos registros. De igual modo, hay que reconocer que pocas artistas han logrado su virtuosismo al cantar a media voz. Lo hace a cámara lenta, como si hablase, en un estilo cercano al susurro, saboreando cada nota, cada palabra. Canta además con una sencillez desprovista de efectismos superfluos y baratos y con una vocalización cuidada, precisa y diáfana. Esa cualidad comunicativa y cómplice que adopta entonces su voz la ha convertido en una de las mejores intérpretes de boleros. Para comprobarlo, basta escuchar la estremecedora melancolía que consigue en su versión de Veinte años.

Por encima de cualquier objeción, Greatest Hits es, por tanto, un disco cuya edición se justifica. Contar con veinte de las canciones del catálogo de Omara Portuondo es un auténtico regalo para los oídos. Se trata de música con letras mayúsculas.

Omara Portuondo se presentará en septiembre en Chihuahua y Ciudad Juárez (México); en octubre, en San Francisco, New Orleáns, Houston, Chico, Arcata, Fayeteville y Austin (Estados Unidos) y Bogotá (Colombia); en noviembre, en Palma de Mallorca (España), Sochaux, Montargis y Saint Maur des Fosses (Francia), Ginebra y Zurích (Suiza), Viena (Austria) y New York, Pittsburgh, Washington DC, Chapel Hill, Boulder y Santa Bárbara (Estados Unidos); y en diciembre, en París (Francia), Bruselas (Bélgica), Estambul (Turquía), Porto (Portugal) y Pamplona (España).