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Literatura, Literatura cubana, Poesía

Otra forma de antologar

Nacida a partir de un proyecto pedagógico, una edición bilingüe recoge una selección de veintiún poetas cubanos. En lugar del habitual criterio generacional, Yoandy Cabrera, su compilador, se ha guiado por las poéticas de los autores incluidos

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Desde el primer tercio del siglo XIX, cuando el espíritu selectivo que caracteriza a las antologías empezó a manifestarse en Cuba, las dedicados al quehacer poético no han dejado de publicarse. Son numerosas y las hay para casi todos los gustos. Unas reúnen la producción más sobresaliente, como las preparadas por José María Chacón y Calvo (Las cien mejores poesías cubanas, 1922) y Cintio Vitier (Las mejores poesías cubanas, 1959). Otras abarcan períodos históricos determinados: La poesía moderna en Cuba (1882-1925), Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952), Poesía cubana de la colonia (2002),

Hay compiladores que toman como premisa el sexo de los autores incluidos (Florilegio de escritoras cubanas, 1910), su raza (Poetas de color, 1878) y hasta su localidad de nacimiento (Aguinaldo habanero, 1837; Aguinaldo matancero, 1847). El asunto tratado en los poemas constituye otro criterio que se aplica. Pueden ser la temática patriótica (El laúd del desterrado, 1858; Los poetas de la guerra, 1893), la religiosa (Golpes de agua. Antología de poesía cubana de tema religioso, 2008), la erótica (La eterna danza. Antología de poesía erótica cubana del siglo XVIII a nuestros días, 2000), la amorosa (Poesía de amor, 1977). No faltan ejemplos curiosos, como Corona fúnebre en honor de María de la Piedad Toca de Togores, duquesa de Frías y de Ulceda, marquesa de Villena (1832). Y para no extender más esta relación, menciono unas pocas que sirven de plataforma de lanzamiento a grupos y generaciones y a movimientos literarios: Diez poetas cubanos (1937-1947) (1948), Poesía joven de Cuba (1959), Los poetas románticos cubanos (1962), Los poetas de los años 50 (1984), y Memorias de la clase muerta. Poesía cubana 1988-2001 (2002).

A esa lista se ha sumado recientemente Poetas cubanos de inicios del siglo XXI/ Misconceptions. Early 21st Century Cuban Poets (Department of Languages, Philosophy, Religion, and Cultures at Rockford University, 2021, 264 páginas). Su compilador es Yoandy Cabrera (Pinar del Río, 1982), quien labora como profesor en esa universidad. A él se deben también compilaciones de textos poéticos de Delfín Prats (Obra poética: 1968-2013), Félix Hangelini (El bosque escrito. Poesía reunida) y Jesús J. Barquet (Los viajes venturosos/ Venturous Journeys).

A diferencia de las obras mencionadas al inicio, el libro cuya publicación paso a reseñar tuvo una génesis distinta. En las páginas introductorias, el compilador anota que nació a partir de un ejercicio pedagógico. Y como su título adelanta, se trata de una edición bilingüe. Precisamente las versiones al inglés de los poemas fueron hechas por estudiantes del curso de Traducción Avanzada impartido por Cabrera en la primavera de 2020 en Rockford University. Esas traslaciones fueron sometidas después a un intenso trabajo de corrección llevado a cabo por profesores universitarios y traductores profesionales. A estos se sumaron otros alumnos y académicos, quienes se responsabilizaron de verter el inglés las introducciones breves que preceden al bloque dedicado a cada autor.

Cabrera expresa que al escoger los textos, tomó en consideración que la selección cumpliera dos objetivos: “(1) que los lectores se familiaricen con algunas de las voces poéticas más importantes del panorama cubano de lo que va del siglo XXI, y (2) que sean textos útiles y adecuados al nivel de una clase de traducción avanzada para alumnos universitarios”. Y agrega que ese sentido pedagógico que dio vida a este proyecto fue también un propósito principal de la antología.

Aplicando ese criterio, el antologador seleccionó veintiún poetas: Magali Alabau, Jorge Luis Arcos, Néstor Díaz de Villegas, om ulloa, René Rubí Cordoví, Ernesto Hernández Busto, Dolan Mor, Janet Batet, Norge Espinosa Mendoza, Aleisa Ribalta Guzmán, Milena Rodríguez Gutiérrez, Joaquín Badajoz, Félix Hangelini, Dashel Hernández Guirardo, Leonardo Sarría, Kelly Martínez-Grandal, Jamila Medina Ríos, Legna Rodríguez Iglesias, Sergio García Zamora, Gelsys M. García e Irán Capote Fuente.

No sigue el usual criterio generacional

Quien esté familiarizado con la poesía cubana, habrá advertido que en esa nómina comparten espacio escritores de diferentes promociones. Junto a veteranos como Alabau, Díaz de Villegas y Arcos, hallamos a otros mucho más jóvenes, como Gelsys M. García y Capote Fuente. Resulta, pues, obvio que al preparar su antología Cabrera no se ha guiado por el usual criterio generacional. Ha preferido optar por lo que Idalia Morejón, en el breve texto que redactó para la contraportada, considera es lo más importante: las poéticas de los creadores seleccionados. Eso le permite “observar, como en una vista aérea, las redes afectivas y estéticas que los autores establecen desde un afuera que es doble: del territorio nacional y de las propias lecturas realizadas por la crítica”.

El compilador, por su parte, aporta un argumento sensato para justificar su pauta selectiva: “El concepto generacional (visto en general dentro de una sucesión cronológica), dada la dispersión y el éxodo de los últimos años, carece de funcionalidad y sentido en el contexto cubano actual. Importa más la convivencia y la movilidad de ciertas poéticas ahora mismo”. Eso lo lleva a reclamar la necesidad de hallar otro modo de sistematización, otro tipo de análisis distinto al generacional, “que se base más bien en la convivencia de autores de distintas edades en un hic et nunc poético, y que aborden y representen la cultura cubana en sus textos”. Una clasificación que nos falta, sostiene Cabrera, y que podría convertirse en un camino más ilustrativo de nuestro panorama poético actual.

De hecho, el concepto mismo de generación viene siendo cuestionado desde hace tiempo. En el libro Nueva literatura cubana (1971), de Julio E. Miranda, se podía leer: “El manejo de toda esta serie de clasificaciones por generaciones y grupos es en cierto modo una fatalidad descriptiva que, en la poesía cubana de 1970, tiene ya poco que hacer. En realidad ha ocurrido en ella una fusión que nos dejaría hoy más bien frente a un panorama amplio”. Y señalaba a varios autores “ajenos a todas estas apariciones más o menos en grupos coincidentes”. Entre ellos, destacaba como las figuras más sólidas a Lina de Feria, Pedro Pérez Sarduy y Delfín Prats.

Esa decisión de pensar la poesía con un criterio diferente al tradicional le ha permitido al compilador reunir a una veintena de autores “desclasados” o “desubicados” dentro del panorama poético insular. En ese sentido son, cito sus palabras, errores del sistema, equívocos ellos mismos. Han quedado así excluidos de la mayor parte de las antologías que hasta hoy se han publicado. Las razones de esa exclusión son varias: se dieron a conocer tardíamente (Alabau), demoraron más que sus contemporáneos en hacerlo (Hernández Busto, Arcos, Rubí Cordoví), aún no han editado su primer poemario (Capote Fuente), o bien fueron publicados póstumamente (Hangelini).

En el texto introductorio, Cabrera resume los temas fundamentales que abordan esos poetas. La dispersión y el éxodo, la búsqueda de un espacio propio, el cuestionamiento de las formas tradicionales, la mezcla de registros y tonos, los nuevos territorios habitados, son algunos de los que enumera. El bloque de poemas de cada escritor va precedido por una breve nota, en la cual se estudia su poética individual. Constituyen un necesario complemento a la visión panorámica y contextualizadora que proporciona la introducción y destilan conocimiento y lectura atenta de la ejecutoria a la cual se refieren.

Equívocos, antes lo he apuntado, nació de un proyecto pedagógico. Las traducciones que aquí se recopilan fueron el resultado final del mismo. Recogidas ahora en una edición bilingüe, añaden un valor adicional: permitir a los lectores de habla inglesa acceder a una muestra de la poesía cubana contemporánea, que desde hace varias décadas ha dejado de ser solo la escrita la Isla.