Actualizado: 25/04/2024 19:17
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CON OJOS DE LECTOR

Retrato del poeta seriamente enfermo

Con 'Scar Tissue', Gustavo Pérez Firmat se suma a los pocos poetas cubanos que han convertido sus vivencias como enfermos en tema central de un libro.

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La realidad cotidiana desde una nueva óptica

Por otro lado, la enfermedad le permite valorar desde una nueva óptica detalles de su vida cotidiana a los cuales no les daba importancia, en los que no se fijaba. Hace así todo un elogio del simple acto de poder orinar como antes lo hacía: " Mear: For the first two weeks, a plastic did it for me. Then it began again. At first it was only pitiful petty peeing, drill and dribble and dry. Then, gradually, peeing rose to mear, a verb with the sea — el mar— inside it. I felt thirty years old again. And then five. And then fifteen. Every morning I filled my bladder, suddenly a fountain of youth, just to see the strem —el chorro— gushing from me". Dedica otro de los textos en prosa a las erecciones, que según comenta representan algo que echa en falta más que al propio sexo. No concibe imaginarse sin ellas, pues como su nacionalidad o su nombre, lo definen. Y no duda en afirmar: "If I had to choose between erectionless sex and sexless erections, I'd take the latter, sacrificing pleasure to hardness".

Como toda persona que a través de una dolencia se ha enfrentado a la posibilidad de la muerte, el sujeto poético de Scar Tissue pasa a ver la realidad con los ojos de Adán, como si experimentara las cosas por vez primera. En "The Case for Impotence" recrea lo que significó la primera vez que hizo de nuevo el amor, "both of you new/ to each other, teenagers in middle age". En "Cut" cuenta su primera salida tras la prostatactomía, cuando fue a la barbería a que le cortasen el pelo. Asimismo todo pasa a ser contado por él a partir de la operación: una semana después su hermana va a quedarse con él, para que su esposa pueda ir a la boda de un familiar; ocho meses después su madre lo visita en North Carolina para asistir a la graduación de su nieto.

Scar Tissue es además, y uno entiende por qué, un libro en el cual la muerte es una presencia constante. Aparece prefigurada en "Last Words", en la carta a sus dos hijos que Pérez Firmat redactó unos días antes de la operación. Está también en "Ashes" y "Conversación a mi padre", los dos textos que dedica a su padre muerto. Es el tema de "A cualquiera se le muere un tío", en donde abandona el inglés para retornar al español: "Existió mi tío y ya no existe mi tío y sólo me queda el desafío de quererlo más en su ausencia. Esto no tiene remedio, ni siquiera alivio. Me extravío. No me soy porque no es. No me estoy porque no está. Me falto porque me falta. Me duelo porque me duele. No habito su ausencia. Habito mi ausencia en él. Si dejara de extrañarlo, me extrañaría. Si empieza a desconocerlo, él no me reconocería. Estoy vacío". Y quiero mencionar, en fin, "My Own Private Cuba", hermoso homenaje a los cubanos que hoy reposan en los cementerios de Miami, quienes para Pérez Firmat son los que han hecho de la ciudad una Pequeña Habana. Los vivos, apunta, siempre pueden mudarse a otro sitio; los muertos son los verdaderos residentes permanentes de Miami.

En el epílogo de su libro, que tiene como título "Suturas", Gustavo Pérez Firmat anota que la enfermedad y el tratamiento cambiaron su existencia. Los cambios físicos son sustanciales, añade, y los correspondientes reajustes mentales lo son más aún. Gracias a esa experiencia pudo escribir Scar Tissue, un libro admirable y lleno de inteligentes reflexiones, excelente cristalización de eso que Pascal llamó el buen uso de la enfermedad. Es además una obra honesta, crítica, escrita con una valentía y una sinceridad impresionantes. De existir, pienso que debería otorgársele un premio que, con permiso de Stephen Crane, podría llamarse la Roja Insignia del Valor.


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