Actualizado: 02/05/2024 23:14
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CON OJOS DE LECTOR

Timbiando en Miami

La arrolladora irrupción del grupo Tiempo Libre ha significado una saludable infusión de energía y creatividad para nuestra música popular.

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Lograr que la música tradicional suene diferente

Cuatro de las canciones recogidas en Timbiando pertenecen a reconocidos compositores cubanos: Miguel Matamoros ( Lágrimas negras), Luis Marquetti ( El cuarto de Tula), Miguel Portabales ( El guanajo relleno), Guillermo Fife Rodríguez ( Bilongo, o La negra Tomasa, como es realmente su título). A todos esos temas los jóvenes músicos de Tiempo Libre saben darles un toque original y novedoso que hace que suenen remozados y frescos. A esto quiero añadir la presencia de un aspecto que se confirmará y desarrollará en los siguientes trabajos discográficos del grupo y que es una de sus marcas de identidad: la recreación de nuestros ritmos tradicionales con sonoridades y arreglos modernos. Como bien apunta Jorge Gómez, la clave es lograr que ese viejo estilo suene diferente. Y vaya si lo suena.

A esas versiones se suma también el Hey Jude de los Beatles. Más que versión, pienso que debe hablarse de re-creación, pues a partir del original de Lennon y McCartney Tiempo Libre realiza todo un derroche de creatividad. Vamos, una auténtica delicia. Y de tapadillo, como si no quisieran llamar mucho la atención, en Timbiando figuran además dos composiciones originales, Cuando no estoy a tu lado y Mujer de fuego, firmadas por Jorge Gómez, la primera, y por éste y Rafael Serrano, la segunda. En ambas se podía intuir que en los próximos discos Tiempo Libre podía empezar a apostar por un repertorio basado mayormente en los temas propios.

Si Timbiando significó un buen disco, un inicio prometedor, con Arroz con mango y Lo que esperabas el grupo sumó dos trabajos excelentes. Se trata de compactos que se disfrutan de principio a fin, y en los cuales resulta difícil seleccionar qué números son nuestros favoritos. Con respecto a aquel primer compacto, en éstos además el repertorio, en su mayoría original, muestra una mayor variedad. Hallamos boleros ( Tengo que olvidarte), baladas ( Fe), homenajes al chachachá ( Ven pa' Miami), el son ( Un son), la rumba ( Se formó la rumba), el sonido funky de Earth, Wind and Fire ( Manos pa' rriba) y hasta algún guiño rapero ( Ven a bailar), todo ello pasado por el filtro de la estética timbera. Musicalmente, se aprecia un desarrollo y un crecimiento cualitativo notorios, así como una madurez que no lleva al grupo a perder espontaneidad. Por otro lado, varios integrantes se han sumado a Jorge Gómez e incursionan en la composición: Joaquín "El Kid" Díaz, Tebelio Fonte, Leandro González y Ángel "Pututi" Arce.

En estas canciones, los jóvenes de Tiempo Libre demuestran que tienen los pies muy puestos en el presente, lo cual les permite mirar atrás sin nostalgia ni amargura. Revisitan así composiciones como Pare cochero y A Bayamo en coche a partir de una concepción moderna. Son las versiones de músicos que nacieron y se formaron en la Isla, pero que ahora residen en Miami. La expresión arroz con mango ilustra gráficamente la actitud asumida por ellos: como inmigrantes, celebran tanto las raíces cubanas como la nueva cultura dentro de la cual ahora viven. Eso queda resumido, o al menos así lo interpreto yo, en un detalle: en la foto interior del estuche de Arroz con mango se ven varias palmas reales, una imagen que si no fue tomada en Cuba bien pudo serlo; y en el cedé de Timbiando aparece una fotografía de una playa de Miami. Y ahí están, en fin, las letras de canciones como Ven pa' Miami y Arroz con mango, donde se celebra la experiencia de comer lechón asado y hablar inglés, de amar el béisbol y disfrutar también los partidos de la NBA.

Como buenos timberos, los miembros de Tiempo Libre interpretan una música llena de energía y que brinda una gran libertad a quienes la bailen. Se apoyan en unos arreglos muy profesionales y en el bien conjuntado trabajo de cada uno de los integrantes. Su calidad es además proporcional al sentido de diversión que ponen de manifiesto al tocar. Es evidente que se lo pasan muy bien, de ahí que consiguen que quien los escucha sienta lo mismo. Hablé de la estupenda labor que hacen todos, pero me parece ineludible referirme de modo particular a Joaquín "El Kid" Díaz (Santiago de Cuba, 1976), el cantante principal, quien como sonero posee una gracia y una alegría muy naturales y contagiosas, así como una buena voz y una clara dicción. El suyo es un buen ejemplo que prueba que la sabrosura cubana no está reñida con la elegancia. Y una mención para Ángel "Pututi" Arce, quien sabe interpretar con mucha solvencia su balada Tengo que olvidarte.

Además de estupenda música para bailar, la de Tiempo Libre es muy agradable para los oídos. No posee la agresividad y las concesiones al mal gusto de algunos grupos de la timba dura de la Isla. Asimismo y a diferencia de la mayoría de éstos, posee un reducido número de miembros, siete, aunque hay que decir que saben sonar como si fuesen catorce. Y por último, en sus grabaciones la batería y los metales suenan más sutiles y controlados y las canciones son menos largas.

En resumen y como comentó alguien, si esto es lo que estos chicos hacen en su tiempo libre, qué no harán cuando estén ocupados. En los próximos meses, Tiempo Libre tiene programadas actuaciones en el California World Festival, Grass Valley (julio 15 y 16), Seattle (julio 18), Sun Valley, Idaho (Julio 22), Miami Beach (julio 29), Filadelfia (agosto 2), Nueva York (agosto 4), Chicago (agosto 26), Urbana, Illinois (septiembre 9), Elyria, Ohio (septiembre 21), Denver (septiembre 28), Carbondale, Illinois (octubre 3), Flint, Michigan (octubre 20). Dichosos aquellos mortales que tengan la oportunidad de asistir a alguna de ellas. Y sin derecho a perdón aquellos que se la pierdan.


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