Un triunfo nacido de la tragedia
En 1980, el grupo australiano de heavy metal se enfrentó al tremendo reto que fue la muerte de su cantante. Sus integrantes supieron salir de aquel mal trance y grabaron un álbum que se convirtió en el segundo más vendido de la historia
En la historia de la música existen historias de grupos que fueron capaces de renacer, después de enfrentar uno de los mayores desafíos: la pérdida de su vocalista y su reemplazo por uno nuevo. Eso inevitablemente trae aparejado varios problemas: que este pueda encajar con sus compañeros, que cante como el anterior, que convenza al público de que la banda mantiene su espíritu original. Un buen ejemplo de lo peor que puede ocurrir lo ilustra lo sucedido a INXS tras la muerte de Michael Hutchence.
Ese tremendo reto lo encaró a comienzos de 1980 el grupo de heavy metal AC/DC. En su caso, además, le tocó resurgir en su clímax artístico de una tragedia: el fallecimiento de Bon Scott, su cantante, el 19 de febrero. La noche anterior había estado bebiendo y al día siguiente lo encontraron muerto en su auto, a causa de una infección etílica (sin embargo, de acuerdo a otras versiones murió de una sobredosis de heroína). Tenía treinta y tres años.
Exponente del heavy metal australiano, AC/DC había sido formado en Sidney en 1973. Nació alrededor de Angus y Malcolm Young, dos hermanos de origen escocés. El grupo lo completaban el batería Phil Rudd, el bajista Mark Evans y Bon Scott. En 1975 lanzaron sus dos primeros álbumes, destinados al público australiano. Dos años después, la compañía Atlantis los refundió en uno solo titulado High Voltage y lo lanzó en todo el mundo. La visita promocional a Europa los dio a conocer en Inglaterra, donde tuvieron un éxito inmediato. Precisamente su siguiente disco, Highway to Hell (1977), tuvo allí una muy buena aceptación y llegó al número 20 de las listas. Fue también su primer trabajo editado en Estados Unidos y las ventas en total superaron los 3 millones de copias. AC/DC se consagró así como una de las grandes bandas del heavy metal.
Donde su propuesta se apreciaba realmente era en los escenarios, pues su fuerza reside en los directos. Ante el público desplegaban una energía en bruto y un sonido crudo y sabroso. El suyo es rock and roll en su forma más elemental y efectiva, y no se dirige al cerebro sino al cuerpo y a la adrenalina. Son coherentes, seguros, demoledores, y contaban con un efecto visual: una excitante guitarra solista siempre en primer plano. La ejecuta el menudo, pero espectacular Angus, que aparece siempre ataviado como un diabólico colegial británico y aporta el elemento humorístico de los conciertos. Fue su hermana Angela quien le sugirió usar su antiguo uniforme escolar. Este pasó a ser el disfraz del personaje que Angus interpreta cuando toca la guitarra, salta por los aires y no está quieto ni un momento. “La gente no me idolatra a mí, sino al tipo de los pantalones cortos”, comentó él en una ocasión. Mas no solo es el centro neurálgico del show: es además un frenético y diestro geniecillo que sabe extraer sonidos increíbles a la guitarra Gibson SG.
Pero mientras Angus era la marca visual indiscutible, Scott era el tótem de AC/DC. Fue él quien definió la banda ante los fans y encarnaba dentro y fuera del escenario la mitología del rock. Era un cantante limitado, pero poseía una voz enérgica, salvaje y algo rasposa. A eso se sumaba su presencia carismática y su gran derroche de intensidad. Era lo que se dice un animal escénico, y la revista Rolling Stone lo considera uno de los mejores frontman del rock, por delante de monstruos como Robert Plant y Freddy Mercury.
El regreso, con más fuerza que antes
Un cantante con una personalidad artística tan particular era difícilmente remplazable. Todo parecía indicar que, tras su muerte, la carrera de AC/DC había terminado. Durante el funeral de Scott, el propio padre de este fue quien animó a la banda a no tirar la toalla: “No pueden parar, tienen que encontrar a alguien”. Finalmente, los miembros se reunieron en Londres y empezaron a hacer audiciones. Después de varias pruebas, sonó el nombre de Brian Johnson, quien había tenido un efímero éxito con un grupo llamado Geordie. Fue mencionado por el productor Robert “Mutt” Lange, quien recordó que poco antes de morir Scott vio actuar a Geordie y, cosa que nunca hacía, elogio al cantante.
En ese momento, Brian Johnson, de treinta y dos años, trabajaba en un taller de autos y tenía una hipoteca pendiente. Cuando lo invitaron a audicionar se mostró reticente, pues terminó quemado por la industria musical. Coincidió que otro motivo lo obligó a ir a Londres y, al final, aceptó hacer la prueba. Para sorpresa de todos, poseía un registro vocal similar en algunos aspectos al de Scott. Los integrantes de AC/DC supieron de inmediato que habían hallado a su nuevo vocalista. El 1º de abril, seis semanas después de la muerte del Scott, anunciaron el fichaje de Brian Johnson.
Para rendir homenaje al compañero perdido, solo existía un modo posible: grabar un álbum donde encauzaran su dolor y su cólera. Un álbum en el cual se despidieran de Scott y dieran la bienvenida al nuevo miembro. Y con ese propósito se fueron a Nassau, en las Bahamas, donde pensaron que iban a tener tranquilidad para trabajar. Así fue, en efecto, aunque durante las seis semanas que estuvieron una tormenta tropical azotó la isla caribeña. Eso se coló en la letra de una de las canciones: “I’m a rolling thunder, a pouring rain./ I’m comin’ on like a hurricane” (Soy un trueno, una lluvia torrencial./ Estoy llegando como un huracán.)
La primera canción que grabaron fue Back in Black, que da título al álbum. Alude a la determinación del grupo de continuar, tras la muerte de Scott. Posee un matiz optimista y de confianza en el regreso, con más fuerza que antes. Incluye uno de los riffs más memorables y conocidos de la historia del rock, interpretado con su destreza característica por Angus. En la lista de las 100 mejores canciones del hard rock del canal VH1, Back in Black ocupó el segundo puesto. Y en la selección de las 500 mejores canciones de todos los tiempos hecha por Rolling Stone, se situó en el 187. Foo Fighter, Carlos Santana, Skid Row y Shakira son algunos de los que la han versionado. Asimismo, esa canción forma parte de la banda sonora del filme Iron Man 2.
En total, Back in black contiene diez canciones, que aparecen en este orden: Hells Bells, Shoot to Thrill, What do you do for money honey, Given the dog a bone, Let me put my love into you, Back in black, You shoot me all night long, Have a drink on me, Shake a leg y Rock and roll aint’ noise pollution. Todas fueron compuestas por Angus, Malcolm y Brian. El álbum fue lanzado el 25 de julio, con una cubierta negra, en la que figura el logo del grupo. La compañía Atlantis Records trató de cambiarla, argumentando que no era comercial. Pero la banda se negó, pues al igual que todo el disco era un tributo a Scott. Únicamente accedieron a añadir un contorno gris alrededor del logo. El resultado fue una portada completamente inescrutable, que no daba ninguna pista de lo que cabía esperar.
Cuando Back in Black salió en el verano de 1980, la crítica se mostró dividida: para un sector, era un disco genial; para el otro, crudo e inocuo. Pero eso importó poco. A nivel comercial fue una bomba. Fue el mayor éxito de AC/DC y los 50 millones de copias que acumula hasta hoy lo sitúan como el segundo álbum más vendido de la historia, solo superado por Thriller de Michael Jackson, que tiene 66 millones. Un dato curioso a resaltar es que, a pesar de esas ventas millonarias, en las listas de los países más importantes Back in Black solo llegó al primer puesto en Inglaterra. Allí la popularidad fue tal, que hizo que volvieran a las listas Highway to Hell, You want blood you’ve got it y Let there be rock, tres de los discos anteriores de la banda. Semejante proeza no la había conseguido ningún otro grupo desde la época de los Beatles.
Brian Johnson había llegado para quedarse
Cuando hicieron las audiciones, los hermanos Young tenían claro que no buscaban otro Scott. En ese sentido, en su elección apostaron no por lo que se esperaba, sino por lo que se necesitaba. No se equivocaron: Johnson demostró ser un magnifico sustituto y los fans reaccionaron favorablemente desde el inicio. Probó que sabía desgañitarse con la misma vehemencia que su predecesor. Su aspecto rudo y su voz potente y cascada, capaz de alcanzar unos extraordinarios agudos, eran evidencias de que había llegado para quedarse. Contribuyó además a redondear el sello distintivo del grupo, que con Back in Black logró su sonido más potente hasta entonces. A que en ese álbum AC/DC alcanzara su punto artístico más alto, también ayudó decisivamente la producción de Lunge, que es técnicamente impecable. Un hecho que lo ilustra es que en muchos estudios de grabación se hace sonar ese disco para probar la acústica.
Entre las canciones del álbum, las más exitosas han sido Hells Bells, Shoot to Thrill, Given the dog a bone, You shook me all night long y Back in black. La primera comienza con cuatro campanadas de iglesia, a las cuales sigue el icónico riff de Angus. Con otro riff suyo más sosegado se inicia Shoot to Thrill, que luego se transforma en dinamita pura con la entrada de la sección rítmica. Es verdad que no todas las canciones han perdurado, y en los discos posteriores hay algunos temas mejores. Pero en conjunto, Back in black es una notable muestra de rock potente, interpretado con una energía impresionante y en el que, como es marca de la casa, sobresalen los explosivos solos de Angus. Es otro mérito a sumarle al disco, pues hay que tomar en cuenta que se trata de una banda que se preocupa más por los singles. En ese sentido, su trabajo más emblemático viene a ser, sin proponérselo, una suerte de compilación de Grandes éxitos.
Los cuarenta años de la salida de aquel álbum fueron celebrados por los integrantes de AC/DC que hoy quedan. El pasado 24 de julio hicieron una celebración virtual, como corresponde a los tiempos pandémicos que vivimos. Asimismo, en YouTube fue estrenada la miniserie The Story of Back in Black, que recorre el proceso de creación a través de entrevistas e imágenes. Se han vuelto a escribir numerosos artículos acerca del que ha sido uno de los grandes regresos de la historia del rock y sobre cómo el grupo australiano supo salir de un mal trance y convertir la tragedia en su triunfo más rotundo.
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