Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Música

¡Vaya magisterio de manos tejanas!

Poncho Sánchez, figura emblemática del latin jazz, explota en un nuevo disco propuestas más universales.

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El 29 de septiembre de 1947 marca un viraje en la historia del jazz: Dizzy Gillespie se presenta en el Carnegie Hall y a su banda se suma el percusionista cubano Chano Pozo (1915-1948). Los golpes polirrítmicos del conguero habanero producen algarabía entre los asistentes. Ella Fitzgerald, entusiasmada, comenta: "ha nacido un nuevo género musical". Manteca (Pozo/Gillespie) se convierte en un éxito: el cubop desplaza al bebop y se escribe el prólogo del jazz afrocubano.

Muchos percusionistas caribeños se establecen en Estados Unidos (Cándido Camero, Mongo Santamaría, Manny Oquendo, Ray Barreto, Sabú Martínez, Patato Valdés, José Mangual, Francisco Aguabella…), y jazzistas como George Shearing, Erroll Garner, Kenny Dorham y Sonny Rollins los procuran para grabaciones de estudio y presentaciones en vivo. Corren los años cincuenta, el hardbop y el cubop suscriben los patrones melódicos y rítmicos del jazz latino y no hay agrupación que soslaye los aires de la música afrocaribeña.

Idelfonso Poncho Sánchez, heredero de esos grandes percusionistas, estudia de joven el sonido de las orquestas latinas (Tito Puente, Machito, Tito Rodríguez…), y muy especialmente los "golpes secos" de su ídolo, el cubano Santamaría, quien será determinante en su carrera como conguero. En 1975 ingresa a la banda del vibrafonista Cal Tjader y años después es acompañante del pianista Clare Fischer. Con más de una veintena de discos grabados, este músico nacido en Laredo, Texas, es hoy por hoy una de las figuras emblemáticas del latin jazz.

En Raise Your Hand (Concord Picante, 2007), Sánchez explota otras coordenadas (boogalo, shing a ling, watusi, soul, funk, rhythm and blues), sin olvidar los patrones del jazz latino y las raíces afrocubanas. Así, composiciones como Raise Your Hand (Cropper/Floyd/Isbell), Shotgun (Dewalt) y Knock on Wood (Cropper/Floyd) se columpian en las fronteras funk/boogaloo, en contrapunto con un rhythm and blues de costura latina desde un ataque hard de sorpresiva consonancia armónica: sax tenor, trompeta, hammond, trombón y percusiones tejen un ripieno de espontánea soflama.

El tumbador de Laredo no olvida las raíces soneras e incluye dos composiciones con orquestaciones de riff que recrean grandes momentos de Puente, Rodríguez y Machito/Bauzá: El agua de Belén (Davidson) —vocalizada con soltura pregonera por Andy Montañez— y ¿Dónde va Chichí? (Gutiérrez) —cantada con fuerza timbera por Perico Hernández— conforman un espacio de presencia muy cubana en una producción que se inclina y reposa en otras rutas musicales.

Tropi Blue (Sánchez/Torres), Maceo's House (Torres) y Gestation (Blake/Veraga) estructuran un bloque que se inscribe en los prototipos comunes del jazz latino: congas, piano, trompeta, trombón, bajo, batá y chékere facturan frases melódicos/rítmicas del swing a que nos tiene acostumbrado Poncho Sánchez. Rosarito (Torres) es una pausa donde se le rinde homenaje al pianista Fischer: vale destacar la suavidad del solo del trompeta Blake y, asimismo, las resonancias tonales en tiempo de chachachá que dibuja el arreglo orquestal. Amor con amor (Sánchez/Torres) es un mambo/chá (modalidad muy explotada por Sánchez en otros discos) que permite al trombonista Torres y al percusionista tejano demostrar sus cualidades de improvisadores juguetones.

Dos clásicos de Poncho Sánchez, Bien Sabroso (1983) —nominado para un Grammy— y Conga Blue (1997) —con Santamaría como invitado—, son obligadas referencias en la crónica de la música afrocaribeña. Raise Your Hand nos regala a un músico con propuestas más universales desde una autenticidad donde lo legendario es un suceso natural. Vaya magisterio de manos tejanas sobre los cueros de las tumbadoras afrocubanas.