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De la gloria al anonimato

Tras llegar a EE UU y firmar un contrato millonario con los Mets, Jorge Luis Toca pasó a las Ligas Menores y todavía espera su regreso a las Mayores.

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Lo peor que le pudo pasar al pelotero Jorge Luis Toca cuando llegó a Estados Unidos fue firmar con el poderoso equipo de los Mets de Nueva York.

Pertenecer a un seleccionado de primera división es un compromiso muy serio, ya que su nómina está repleta de jugadores de clase y ocupar una plaza resulta muy difícil para un novato, como era el primera base del equipo Villa Clara.

Para el cubano recién llegado a Norteamérica, cualquier conjunto servía. No le preocupaba si la novena discutía los primeros puestos o no; lo que importaba era la cantidad de dinero que supuestamente iba a recibir, sobre todo después de jugar por una cantidad insignificante en las contiendas nacionales.

"En 1998 me contrataron y un año después tuve una corta oportunidad de estar en Grandes Ligas. En esos momentos los Mets discutían el campeonato de la Liga Nacional con Atlanta, ganador constante de ese circuito", recuerda Toca en conversación con Encuentro en la Red.

Como otros de sus compatriotas, el villaclareño, nacido en 1975, escapó de la Isla, donde se destacó durante ocho años con Villa Clara y el equipo Cuba. En ocho series nacionales bateó 319, pegó 100 jonrones e impulsó 461 carreras. Su gran ofensiva y la defensa impecable del primer cojín le llevaron a la selección nacional, a los Panamericanos del 95 y otros eventos internacionales.

Ya estaba en su punto para dar el gran salto que ansían todos los jugadores del mundo: competir en la Gran Carpa.

El momento no era apropiado

Al parecer, por ese tiempo Bobby Valentine, manager de los Metropolitanos, quería probar las cualidades del cubano, pero el momento no era apropiado. Para defender la inicial, estaba el estelarísimo John Olerund, uno de los jerarcas de esa posición con el guante y el bate en sus manos.

En los jardines patrullaban entonces Benny Agbayani, Rickey Henderson, Bobby Bonilla, Timo Pérez y Melvin Mora, todos de reconocida calidad. "Me sacaron a batear de emergente en cuatro oportunidades, muy pocas a mi entender. Lo mismo ocurrió en el 2000, en momentos que el inicialista era Todd Zeile, otro reconocido bateador", expresa.

"En el 2001 conecté 3 hits en 17 turnos. De nuevo Zeile estaba en la primera almohada y los bosques estaban patrullados por el japonés Shinjo, Dessi Relaford, Joe McEwing y Lenny Harris. Al año siguiente fue Mo Vaughn quien cogió la guantilla y venía con fama reconocida de ser un gran toletero. Me sacaban a batear de sustituto, casi siempre en momentos difíciles, cuando nadie bateaba, y me tocó enfrentarme a pitchers que todavía son figuras de primer orden, como Greg Maddux y Tom Glavine, Curt Schilling y el zurdo Billy Wagner", cuenta Toca, tras varios años de su debut.

Algo parecido le ocurrió al habanero Andy Morales, que en el juego de exhibición Cuba- Baltimore conectó un cuadrangular y los Yankees de Nueva York le contrataron "para que pegara jonrones". Al respecto, Morales confesaba en una ocasión: "En Cuba yo no era bateador de poder y aquí no podía serlo de la noche a la mañana".


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