Desde el montículo

Miembros de una peña deportiva radicada en la provincia de Matanzas nos preguntan en una carta cuáles han sido los lanzadores más destacados en los torneos cubanos de los últimos tiempos.

"Supuestamente, en el 2011 se habrán desarrollado 50 series nacionales por las que han desfilado numerosos pitchers. ¿Puede usted indicar o comparar a los mejores?", pregunta uno de los aficionados en su misiva.

Una respuesta precisa es muy difícil de obtener, porque comparar a atletas de diferentes etapas ha sido siempre un tema espinoso. En este caso, las situaciones, los rivales, los implementos, la técnica y un sinfín de situaciones complica ofrecer veredictos exactos y hasta similares.

Los seguidores de la pelota isleña siempre se han inclinado por sus contemporáneos o los integrantes de sus equipos preferidos. El regionalismo válido siempre ha sido un valladar a la hora de integrar cualquier selección.

Cinco décadas en el béisbol representan cuatro generaciones distintas, en el supuesto caso de que las figuras estelares hayan jugado aproximadamente doce temporadas, que en esta disciplina representa la vida deportiva de un jugador.

Acudir a las estadísticas es una de las formas de acercarse a la verdad, pero entre otros índices hay que incluir la permanencia de los serpentineros como peloteros de alta calidad, sus numeritos en los torneos en la Isla, así como en eventos internacionales como parte del elenco nacional.

Contar con la opinión de los que han estado alrededor de los lanzadores es un testimonio extremadamente valioso. "Por orden de aparición, han sido José Antonio Huelga, Braudilio Vinent, Jorge Luis Valdés y José Luis Alemán. Siempre querían abrir los juegos más importantes o salir a relevar en las situaciones complicadas", dijo Pedro Pérez, quien fuera entrenador de lanzadores por más de veinte años con el equipo Cuba.

Han pasado varios años de aquella declaración y, naturalmente, en la lista se deben añadir varios nombres, como los de Orlando El Duque Hernández, Pedro Luis Lazo, Norge Luis Vera, Lázaro Valle y José Ariel Contreras.

Situación irregular

Los torneos cubanos han sido atípicos por completo en relación con los eventos de otros países: entre 1962 y 1976 se jugó con bate de madera, pero de 1967 a 1998 se utilizó el implemento de aluminio, y de 1999 hasta el presente se ha usado el tradicional bate de "palo".

Hubo monticulistas de la primera etapa —frente a bates de madera— que lograron magníficos promedios de menos de dos carreras limpias permitidas por juego. Los que actuaron en la segunda fase recibieron el embate del "vil metal", que les aumentó considerablemente sus averages, y hubo otros que se las vieron con todos los tipos de bates.

A partir de 1987, con vistas a la Olimpíada de Barcelona (1992) y las posteriores, diferentes países comenzaron a entrenar mejores equipos, sobre todo Estados Unidos. Esta mejora en el rendimiento se observó en los topes bilaterales Cuba-EE UU, los enfrentamientos con los Orioles de Baltimore y los siguientes torneos. Todos resultaron muy complicados para los serpentineros cubanos, dada la calidad de los adversarios.

A esto se suma que los pitchers han sido víctimas o victimarios, de acuerdo con el tipo de bola utilizada en los certámenes de la Isla, que van desde la Batos, la Mizuno 150, la fofa Conexión o el regreso de la esférica nipona en los últimos años.

Con todas esas impedimentas, seleccionar a los mejores tiradores resulta una tarea muy compleja y sin veredicto unánime.

De acuerdo con los guarismos que aparecen en diferentes Guías Cubanas de Béisbol, incluida la de 2008, los datos del campeonato de 2009, más los que aparecen en el libro Por Amor al Béisbol, de Marino Martínez, y apuntes del tomo La Gloria de Cuba, de Roberto González Echevarría, se puede seleccionar a un grupo élite y un segundo staff de serpentineros.

Al incluir las temporadas jugadas, juegos completos, victorias obtenidas, lechadas propinadas, los resultados de las 21 series selectivas y de torneos internacionales, en una primera relación estarían Braudilio Vinent, Pedro Luis Lazo, Jorge Luis Valdés, Rogelio García, Norge Luis Vera, Orlando El Duque Hernández, José Ariel Contreras, José Luis Alemán, Julio Romero, Santiago Mederos y Omar Carrero.

Mientras que en la segunda lista podrían aparecer José Antonio Huelga, Manuel Hurtado, Lázaro Valle, Roberto Valdés, Manuel Alarcón, Ormari Romero y Juan Carlos Oliva.

Un segundo trabajo al respecto, con numeritos y datos, permitirá abundar en algunos de los detalles mencionados y dar respuesta a uno de los temas más polémicos de la pelota cubana.

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