El reto de Liván

Durante los últimos 35 años, los equipos de la Liga Americana han tenido, colectivamente, mejores promedios ofensivos que los de la Nacional, debido a la utilización del bateador designado.

Como se conoce, el designado ocupa el turno del pitcher en la alineación de los conjuntos y los hombres que se utilizan en ese rol son generalmente excelentes con el madero en la mano. Eso constituye un reto grande para los lanzadores del viejo circuito que se atreven a incursionar en la Liga Americana.

Este desafío lo afrontará Liván Hernández en la temporada de 2008. Un contrato de cinco millones de dólares, ofrecido por el Minnesota, y la probabilidad de embolsarse otros dos millones por rendimiento, fueron suficiente para convencerlo. Pero la tarea no será fácil para el hermano de El Duque Hernández.

Hay que tener en cuenta que durante las 30 o más salidas al box tendrá que enfrentar a unos 100 jugadores —probablemente tres por cada presentación— que en la Liga Nacional casi siempre él los sacaba outs, porque esas comparecencias las ocupaban pitchers pésimos con el bate en ristre.

En el grupo donde juegan los Gemelos de Minnesota aparecen también Chicago Medias Blancas, con quien jugará 16 veces y que cuentan con el designado Jim Thome; Tigres de Detroit (16), que utilizará a Gary Sheffield; Indios de Cleveland (16), que dependerá de Travis Hafner, y Kansas City (16), que presentará a Billy Butler. Todos son tercero y cuarto bate de sus conjuntos.

Con los restantes seleccionados jugará de 7 a 8 partidos. Sus oponentes designados serán, entre otros, David Ortiz, Garret Anderson, Hideki Matsui y Frank Thomas. Casi nada.

Por tanto, no es descabellado pensar que Hernández va a sufrir en el viejo circuito, si se tiene en cuenta que ha trabajado 11 campañas completas y 3 innings más, tras debutar en 1996.

El hueco de Santana

No puede ser el mismo monticulista de "I Love Miami", en 1997, porque los 2.371 innings que ha tirado, con 200 o más por cada contienda del 2000 hasta la fecha, no lo ha logrado ningún otro serpentinero. Esa titánica labor se refleja en su organismo, que ya cumplió 32 años de edad el pasado el 20 de febrero.

Que casualidad. El puesto que ocupará es el que acaba de dejar Johan Santana, el mejor lanzador del momento, que se fue con los Mets para la Liga Nacional por una cantidad que asusta: 137,5 millones por seis temporadas.

El zurdo venezolano deja unos números maravillosos en la Liga Americana: 93 ganados, sólo 44 perdidos, promedio de 3.22, 1.381 ponches propinados en 1.308 entradas lanzadas. Santana consiguió premios extraordinarios por su descollante actuación.

Muchos pueden preguntar: Si Liván fuera castigado por los bateadores designados de la Liga Americana, entonces Santana, al no tener que enfrentarlos, ¿será capaz de "acabar" con los récords de pitcheo existentes en la Liga Nacional?

Los datos dicen que no

Randy Johnson tenía 41 años de edad y 17 contiendas a cuestas, jugaba con el Arizona (Liga Nacional) en 2004 y tuvo números de ensueño: 16 victorias, 14 reveses, 2.60 de efectividad y ponchó a 290 en 245 episodios. En la siguiente contienda vistió la camiseta de los Yankees (Liga Americana) y mantuvo su dominio al compilar 17 éxitos, 8 fracasos y 3.79 en carreras limpias, con 211 ponchetes en 225 innings.

Josh Beckett, una de las grandes estrellas jóvenes del momento, en 2005 proporcionó a los Marlins (LN) 15 ganados y 8 perdidos con 3.38. Pasó en 2006 al Boston (LA), para seguir brillando con 16 y 11, aunque sintió el bate caliente de sus rivales, ya que su efectividad se elevó hasta 5.01. En 2007, al adaptarse mejor a ese circuito, silenció a todo el mundo al llevarse 20 triunfos y perder escasamente en siete ocasiones con 3.27.

Si observamos los datos a la inversa, vemos cómo Pedro Martínez fue dominante en la Americana y también en la Nacional. Ganó en 2004 16 veces con el Boston, y un año después, 15 con los Mets. El dominicano pasó a los Mets con 34 años y 13 campañas.

Claro, Liván Hernández no tiene los números de Randy Jonson, ni tampoco los de Pedro Martínez; pero no ha pasado de un circuito a otro con los 42 años del primero ni los 34 del segundo.

El cubano puede y debe prepararse esmeradamente en febrero y marzo y, si logra situarse en el peso ideal, podría batirse frente a todos esos colosos. Otros lo han hecho. Comoquiera, el convenio con los Gemelos es por un año, si no le va bien podría regresar a la Liga Nacional. Edad y valor tiene.

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