Se busca sustituto

Pedro Luis Lazo, uno de los grandes pitchers de una generación prácticamente extinguida, declaró recientemente que colgará el guante cuando finalice la 48ª Serie Nacional, cuyo cierre está previsto para junio de 2009.

Según un despacho de la oficial Agencia de Información Nacional (AIN), antes de retirarse, el "rascacielos pinareño" formará parte del equipo de la Isla que intervendrá en el II Clásico Mundial, a realizarse en marzo venidero, casi a mitad de la actual contienda.

En los torneos internacionales efectuados entre 1969 y 2008, los cubanos siempre han contado con un lanzador superestrella, capaz de abrir, relevar y cerrar juegos casi a diario. Característica esta que no utilizan otros conjuntos, porque confían en el método moderno de emplear a sus tiradores de acuerdo con las tres especialidades específicas.

El procedimiento de utilizar un "tres en uno" es disparatado en el béisbol moderno, aunque el método tiene ventajas en los eventos internacionales donde se compite entre 7 y 10 días y los equipos juegan unas ocho veces como máximo.

Reina la escasez

Al revisar la lista de los miembros del elenco nacional que podrían sustituir a Lazo, sobresale únicamente el nombre del santiaguero Norge Luis Vera, un experimentado y valioso monticulista que por anteriores lesiones requiere de varios días de descanso para subir la lomita.

Los tiradores que, junto a Lazo y Vera, formaron el equipo que representó a Cuba el pasado verano en las Olimpíadas de Pekín, no poseen el aval de estos últimos ni han dado muestras hasta ahora de tener los requisitos para que el alto mando criollo les entregue la bola cuando los corazones laten aceleradamente y las piernas comiencen a ponerse de gelatina.

En la lista estuvieron Miguel Lahera, Jonder Martínez, Elier Sánchez, Yadiel Pedroso, Vicyoandry Odelín, Norberto González, Luis Rodríguez y Adiel Palma —quien hace poco dijo adiós al béisbol—, lanzadores de más o menos el mismo nivel pero sin la maestría y las cualidades de un extraclase, como es el caso de Lazo o Vera.

Una de las causas de que el seleccionado nacional no cuente con otras figuras de resonancia para suplir al máximo ganador de juegos en la pelota isleña, es la salida al exterior de serpentineros más jóvenes o contemporáneos de Pedro Luis Lazo, que no pueden regresar al terruño, y mucho menos al equipo, por la obstinación ilógica de las autoridades cubanas.

Quién podría dudar que entre Danys Báez, Alain Soler, Francisley Bueno, Maikel Quintero, Amaury Sanit, Serguei Linares, Yoslán Herrera, Raúl Valdéz y otros escapados, estuviera el serpentinero adecuado. Todos residen en el exterior y si Cuba tuviera un "gobierno normal", esos jugadores y otros muchos podrían regresar a las lides de ese tipo a representar al país.

Por lo menos 13 de los 16 equipos que lucharán por el cetro en el II Clásico tienen a sus jugadores en ligas foráneas y se les estimula sobremanera en sus países para integren los conjuntos con el beneplácito total de su público.

Fue el prodigioso Servio Borges, en 1969, el primer mentor que se atrevió a confiar con éxito en un lanzador para cumplir ese tipo de función all around en los torneos extramuros, cuando se valió del admirable José Antonio Huelga. Luego lo hizo con Gaspar Curro Pérez, Juan Carlos Oliva, Rogelio García, Jorge Luis Valdés, José Luis Alemán y Omar Ajete, y quizás otros, para que su experimento fructificara.

Hubo monticulistas como Braudilio Vinent, Santiago Mederos, Omar Carrero, Manuel Alarcón, Orlando El Duque Hernández y José Ariel Contreras, que sobresalieron de manera excepcional, sobre todo como abridores.

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