Serie Nacional vs. Grandes Ligas

Los cubanos que andan por el mundo y son amantes del béisbol siguen los playoffs de las Grandes Ligas; mientras, los de la Isla esperan con desaliento el inicio de la 49ª Serie Nacional, que arrancará el 1 de noviembre con el juego Habana-Villa Clara, campeón y subtitular del torneo pasado, respectivamente.

Aparte de la atención que genera la postemporada norteamericana, donde se discuten los títulos divisionales y de Ligas, con los cuatro mejores equipos de uno y otro circuito, el interés máximo de nuestros compatriotas gira alrededor de Kendry Morales, que este año robó titulares con los Angelinos, uno de los participantes del evento, y que estará en la búsqueda del banderín de la Liga Americana.

El derrotismo de los que residen en el archipiélago está ligado a la hilera de reveses consecutivos de los equipos nacionales, que ya no regresan "sobre el escudo", con las medallas doradas, como solían hacer, para quedarse a la zaga de los vecinos del norte.

El cascabel al gato

La ultima pérdida "colmó el vaso". No fue el conocido revés doble ante los estadounidenses en la Copa Mundial terminada el 27 de septiembre, sino seis días después, cuando los cubanos cayeron en el juego decisivo del Panamericano Juvenil, desarrollado en Barquisimeto, Venezuela, ante sus indescifrables rivales.

Al certamen, que otorgó tres boletos continentales para el Mundial de 2010, a efectuarse en Canadá, casi no se le proporcionó propaganda en Cuba por los garrotazos anteriores, y mucho menos después de sucumbir los de la Isla en el tope final 6 carreras a 1, maniatados por Jason Taillon, un zurdo fuera de serie que propinó a la novena cubana 16 ponche en 7 y 2/3 con sólo 4 hits.

En la fase eliminatoria también se impusieron los de las barras y las estrella, en esa ocasión 9x5, y finalmente terminaron invictos con 8 ganados sin derrotas. Cuba, que logró 6 y 2, obtuvo la segunda posición y Venezuela fue tercero. El trío consiguió así su clasificación para el torneo del orbe.

No es posible que esta derrota de los menores de 18 y la anterior de 15-16 años, se pueda justificar con el "robo de cerebros o de músculos" y la tentación de empresarios sin escrúpulos, argumentos de los que suelen echar manos las autoridades de la Isla.

Las pérdidas frecuentes del béisbol cubano, han sido tratadas en diferentes espacios deportivos, sobre todo por los cubanos residentes en el exterior, y en casi todos se han dado sugerencias al respecto; pero los responsables de la Isla no se atreven a mencionarlas ni aceptarlas.

En la mayoría de los países, los fanáticos de cualquier deporte exponen sus quejas y criterios claramente y, en ocasiones, sus opiniones son tomadas muy en cuenta. Esto no ocurre en Cuba.

Algunos de esos aficionados consideran que reducir el número de conjuntos en la Serie Nacional a ocho, similar a las Series Selectivas, un tipo de evento de donde salió la flor y nata de los últimos tiempos, sería lo indicado, al topar entre sí los mejores 240 jugadores y no los 480, que proporcionan masividad, pero no la calidad deseada.

Betancourt recuerda a Ordoñez

Entre los peloteros cubanos originarios de las Series Nacionales y que circularon en toda la contienda en Grandes Ligas, estuvo el villaclareño Yunieski Betancourt, que llegó con paso triunfal al big show, pero a quien pudiera sucederle lo mismo que le ocurrió al maravilloso Reynaldo Ordoñez, que después de realizar jugadas prodigiosas en el campo corto, no le quisieron más por su pésimo trabajo ofensivo.

Con cuatro temporadas en la Gran Carpa, Yunieski no ha podido mejorar con el bate en las manos. De los nueve torpederos del joven circuito que jugaron más de 130 juegos, fue último en hits conectados (115), en tubeyes (20), también en bases por bolas recibidas (21), en bases robadas (3), penúltimo en impulsadas (49) y en fildeo, con 18 errores y porcentaje de 968.

Dejado en libertad por los Marineros de Seatlle, fue firmado por Kansas City. En ambos equipos se le pidió que fuera más paciente a la hora de tirarle a los lanzamientos, ya que casi siempre se iba detrás de los primeros envíos. Sin habilidades con el madero, sin obtener transferencias, sin velocidad en las almohadas y sin ser un buen tocador de bolas, difícilmente se mantenga en Ligas Mayores.

Bien pudiera durante los meses de noviembre y diciembre, contratar a un entrenador de bateo de los muchos que existen en Miami, para que le intente superar sus dificultades, si es que desea continuar con su salario de varias cifras y permanecer en la cúspide de la pelota.

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