Sueños rotos

Las salidas furtivas de peloteros cubanos ha sido novedad en los últimos días. Las noticias presentan a algunos como atletas que podrían escalar las Grandes Ligas en un futuro cercano.

Integrar los equipos del Big Show es la gran ilusión de todos los jugadores en el mundo. Sin embargo, un por ciento ínfimo de quienes entran en la nómina de conjuntos de Doble y Triple A, finalmente logra arribar a Grandes Ligas.

“De cada 20 jugadores profesionales, 19 de ellos nunca entrarán a Ligas Mayores. Entre los que arriban, un tercio no termina una temporada. El promedio de durabilidad en la Gran Carpa es de cuatro temporadas”, dijo Dale Petroskey, presidente del Museo Nacional y del Salón de la Fama del Béisbol en Estados Unidos, durante una conferencia sobre la historia del juego de pelota en República Dominicana.

Es este un dato interesante, pues muchos seguidores del pasatiempo nacional consideran que numerosos jugadores de la Isla tienen las condiciones necesarias para escalar la cima norteamericana, lo que no es real.

Las jornadas del II Clásico Mundial permitieron observar a la mayoría de los 28 atletas que presentó la enseña tricolor. Junto a cinco o seis más, estos peloteros conforman el núcleo de más calidad actualmente.

En la serie nacional juegan más o menos 450 peloteros, que militan en 16 escuadras. Sin contar los 25 miembros del equipo Cuba, estos atletas están muy distantes en cuanto a calidad y experiencia, lo que limita sus posibilidades de llegar en un futuro al béisbol superior, porque los scouts “siguen o se fijan” en los que viajan al exterior en las escuadras de Mayor o Juvenil.

De acuerdo con los datos de Baseball America de 2009, que es una pequeña “enciclopedia” del béisbol mundial, en Estados Unidos existen 1.800 jugadores de las categorías de Triple A, Doble A y A (high class), agrupados en 90 selecciones y casi 2.000 más, desde la A (low class) hacia abajo, integrados en otras 92 novenas del sector rentado, sin incluir miles de universidades o asociaciones independientes.

Ni antes ni después

Todos los equipos están afiliados a las 30 organizaciones de las Mayores. Allí aparecen no sólo jugadores de Estados Unidos, sino también de América Latina, Asia y Europa. Ello dificulta que los cubanos, que no tienen salida libre, puedan integrarse.

La mayoría de los jugadores que escapan de la Isla no reúnen los requisitos para abrirse paso hasta Grandes Ligas. Algunos han llegado demasiado tarde o muy temprano, o no han hecho el grado por incontables dificultades. Es el caso de Maels Rodríguez, Yobal Dueñas, Jorge Luis Toca, Mitchel Abreu, Andy Morales, Maikel Quintero, Alaín Soler, Amaury Cazañas, Alexis Cabreja, Osmany Estrada, Ivan y Luis Álvarez, Jesús Ametller, Roberto Colina, Vladimir Hernández, Jorge Díaz y Adrián Duquesito Hernández, más medio centenar de otros peloteros.

Hasta ahora, ningún cubano de las categorías Juvenil o 15-16 años, que han llegado a este país, han podido establecerse en el Big Show. Esto indica que por lo menos se debe haber militado en las series nacionales entre tres y seis años para intentar hacer el grado aquí.

Radiografía estadística

Según una información dada a conocer recientemente, siete jóvenes peloteros huyeron de la Isla rumbo a Estados Unidos: el jardinero Yasser Gómez, el pitcher Yadel Martí, los lanzadores Deynis Suárez, Reinier Roll, Maikel Torres y Juan Yasser Serrano, así como el inicialista José Julio Ruiz.

Aunque en la noticia se menciona que Serrano es el de mejores numeritos entre los fugados, en realidad el único con un aval de alta categoría es Ruiz. Primer pelotero activo de Santiago de Cuba en abandonar la Isla en más de 40 años, el espigado inicialista zurdo ha estado generalmente en los últimos tres años como tercer hombre en el roster de las Avispas. Bateador de todos los ángulos del terreno, corre y fildea como un “general”, y hasta su fuga, era el más completo de los inicialistas de la Isla.

Los estadísticas se hacen eco de sus cualidades: en las cuatro series nacionales anteriores su promedio era de 335, con 1.121 turnos al bate, 375 hits, 27 jonrones y 225 impulsadas. En el torneo de 2008, fue líder en bases robadas, con 32, bateó para 341, con 126 hits, 11 de ellos cuadrangulares y 69 remolcadas. Además, fue el primera base de mejores resultados a la defensiva.

En cuanto al lanzador derecho Juan Yasser Serrano, hasta la lid anterior compilaba tres torneos, con balance de 14 victorias y 16 derrotas, y 4.40 de efectividad. En la anterior serie, su saldo fue de dos triunfos y siete derrotas, con 69 innings lanzados, 88 imparables tolerados y 7.22 de promedio. Sin lugar a dudas, altos promedios para un tirador que pertenecía al Villa Clara, uno de los conjuntos más ganadores y de mejor fildeo.

Deinys Suárez, serpentinero derecho de Industriales, integró la selección nacional en el I Clásico Mundial, en 2006, donde actuó como relevista en dos juegos que Cuba perdió frente a Puerto Rico y República Dominicana. En el primero fue el cuarto sustituto y en el segundo trabajó detrás de otros cinco monticulistas.

En siete campañas con los Azules presentaba un historial de 53 victorias y 31 fracasos, y 3.43 de efectividad. En los Play-Offs de 2006, ganados por el elenco capitalino, abrió dos veces y cerró la justa completa con 11 triunfos, 4 descalabros. En la final de 2007, entre los ahora eternos rivales, abrió una sola vez y en el sexto partido no ganó ni perdió, pero tuvo un buen desempeño. Su comportamiento en 2008 fue de tres éxitos y 1 revés con sólo 39 episodios trabajados, al parecer por alguna dolencia.

La presentación de Reiner Roll, tambien capitalino, se limita a tres contiendas donde cosechó 7 y 5, y 5.08 de carreras limpias toleradas, con franca tendencia al descontrol, ya que en 107 entradas lanzadas otorgó 81 bases por bolas. En el pasado certamen relevó 13 veces y un total de 28 capítulos en los que permitió 40 indiscutibles, y su promedio se elevó hasta 7.22.

Ojalá que a los mencionados, y al menos conocido Maikel Torres, les vaya bien en su difícil periplo al futuro y bienvenidos a la libertad, que de hecho constituye su mayor conquista.

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