Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Béisbol: Grandes Ligas

Vaticinios por la borda

Con 81 juegos celebrados, han vuelto a fallar la mayoría de las predicciones para esta campaña.

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La mayoría de las predicciones que se hicieron el pasado marzo para la campaña de Grandes Ligas 2008, que se juega hasta septiembre, han vuelto a fallar. Por lo menos, es lo que se avizora al arribar a la mitad de la temporada.

Cualquiera se equivoca, pero los aficionados del condado de Miami Dade, que siguen con atención los pronósticos de precontienda, señalan que la mayoría de los cronistas especializados en béisbol en Estados Unidos cometen tantos o más desaciertos que los meteorólogos que año tras año vaticinan los posibles huracanes que pasarán por el sur de la Florida.

Al revisar las profecías de las últimas siete temporadas, se observa que una gran parte de los equipos que concurrieron a las postemporadas no aparecían en los cálculos. Todo parecer indicar que esta contienda no será la excepción, celebrados ya 81 juegos de los 162 del calendario.

Por citar algunos ejemplos, en la lid de 2007 ningún experto concedió oportunidades a los Rockies de Colorado ni a los Cascabeles de Arizona, que terminaron en los puestos uno y dos de la Liga Nacional, y el primero discutió la Serie Mundial con los Medias Rojas de Boston.

Para pelear el banderín de la Liga Americana, los votos de ese año fueron para los Yankees de Nueva York y Chicago Medias Blancas, lo que tampoco sucedió. En 1997, los Marlins burlaron las conjeturas y se alzaron con la corona tras obtener el pase a la etapa clasificatoria por la vía del Wild Card. En 2001, Arizona maravilló a todos al superar a los Yankees. Los Peces asombraron en 2003, al dejar tendidos a los Mulos de Manhattan, que eran los superfavoritos.

En 2004, Boston arrasó en cuatro choques a los Cardenales de San Luis, cuando se presagiaba una pugna cerrada. Chicago pulverizó a Houston al año siguiente y ninguno de los dos era favorito para asistir al gran evento. El año 2006 deparó algo similar: los Cardenales de San Luis vencieron 4 a 1 a los Tigres de Detroit, aunque nadie respaldaba a estos últimos para llegar a las finales.

Que conste, ningún comentarista de béisbol es adivino. Las evaluaciones se realizan casi siempre a partir de los resultados de dos o tres años anteriores y los refuerzos que obtienen los equipos en los meses previos a la temporada, sin que ninguno pueda prever las posibles bajas de rendimiento o lesiones de los jugadores clave, lo que malogra cualquier cálculo.

Los presentimientos para esta justa apuntan que Boston debe anexarse el trofeo en la Zona del Este de la Liga Americana y Tampa Bay debe discutir el sótano con los Orioles de Baltimore. No se han equivocado en relación con los monarcas del torneo pasado, que están en la punta desde el inicio. Es sabido que constituyen una potente maquinaria para jugar pelota. Sin embargo, los tampeños han desconcertado a todos: tienen en su bolsa 48 victorias y 31 derrotas, un solo triunfo menos que los titulares, y han paralizado por ahora a los neoyorquinos, al conseguir 15 conquistas más que las que sumaban en 2007 al finalizar el mes de junio.

Para obtener el grupo del Centro, los expertos daban al Detroit, seguido por los Indios de Cleveland. Ambos están dando tumbos desde que arrancó el evento: los Tigres, que se reforzaron hasta los dientes, tienen acumulados 38 triunfos, siete menos, y los Indios, que ahora tienen 37, acumulaban 49 el año pasado. Sucede lo mismo con los Marineros de Seattle, considerados para ganar el puesto dos en el Oeste por sus 45 ganados hasta la mitad de 2007. Sin embargo, ahora se han quedado bien atrás, con 28.

En el Viejo Circuito, los subcampeones mundiales Rockies de Colorado han salido airosos 32 veces, 7 menos y 6 fracasos más que en el curso precedente. En tanto, los Dodgers de Los Ángeles, con 36 rayitas buenas, han perdido 10 veces más que en el período anterior.

Como faltan 81 programas por desarrollar, los favoritos podrían remontar las desventajas de ahora, aunque eso resulta muy complejo, pues en la práctica se está a merced de los resultados que obtengan los rivales que están por encima.

Los cubanos, a mitad de temporada

El quinteto de jugadores cubanos procedentes de series nacionales andan dispersos por ambos circuitos, sobre todo los jugadores de cuadro: Yunieski Betancourt, Yunel Escobar y el sorprendente Alexei Ramírez, quien le ha quitado el guante a los otros segunda base de los Medias Blancas de Chicago y parece un general en su posición.

Betancourt, short stop del Seattle, es uno de los mejores de su posición en el Joven Circuito, lo mismo con el bate que con el guante. Es cuarto en average entre los 14 torpederos regulares, con 274, ha disparado 75 hits y tiene más imparables conectados que los renombrados toleteros Alex Rodríguez, Edgar Rentería, Mike Lowell y Jason Giambi, entre otros. Es séptimo en fildeo, con 9 errores, pero es el paracorto que más lances ha realizado y, por tanto, susceptible de cometer más pifias.

Escobar tiene 296 de promedio y es tercero entre los 16 torpederos de la Liga Nacional. También es el número tres en defensiva, con siete errores en 350 lances. Ramírez es digno de admirar: no hay rolling o elevado que le pase por el lado y no salga como un felino a buscarlo, lo mismo para la derecha que para la izquierda. Realmente, ha causado asombro en el equipo y entre los exigentes fanáticos de la Ciudad de los Vientos. Como si esto fuera poco, desde que lo dejaron fijo en la intermedia ha mejorado notablemente con el madero, al extremo que entre el 1 y el 26 de junio consiguió 30 imparables en 821 turnos, con cifra elegante de 366.

En relación con los serpentineros, Liván Hernández y José Ariel Contreras cumplen su cometido. El hermano de El Duque sigue como primer tirador del Minnesota, que está en la pelea en la Zona Central, y ha contribuido con 8 triunfos, siendo el sexto tirador más ganador de la Liga entre 50 abridores.

Contreras se tambaleó a mediados de junio en dos de sus aperturas, pero la que hizo el 21 de junio le hizo trizas su excelente promedio de carreras limpias, que de 2.76 subió a 3.99. Era el cuarto en ese importante departamento y ahora se quedó en el puesto 23. El pinareño, que parecía estar entre los tiradores a escoger para el Juego de las Estrellas, fue víctima de una pésima decisión de su manager, Ozzie Guillén, que lo sostuvo en el box frente a sus vecinos, los Cachorros de Chicago, que le hicieron nueve carreras limpias en tres episodios. Ese desaire, por no decir "basura", no se le hace a ningún pitcher.

Así las cosas, junio se ha ido, se llevó la mitad del campeonato de Ligas Mayores. Habrá que ver si en noviembre, que finaliza el evento, los pronósticos se acercan a lo planteado por los gurús del tema.


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