Chapman impresiona con su recta de “humo”
El zurdo cubano no defraudó a nadie desde el montículo
Todos esperaban el debut del lanzador cubano Aroldis Chapman en las Grandes Ligas y lo hizo por todo lo alto con los Rojos de Cincinnati y su recta de “humo” que impresionó a compañeros y rivales.
Chapman salió de la cueva de los jugadores para pisar por primera vez un campo de las Grandes Ligas, el Great American Ball Park, de Cincinnati, y el zurdo cubano no defraudó a nadie desde el montículo.
El desertor cubano se unió el martes a las filas de los Rojos, antes de su partido contra los Cerveceros de Milwaukee, y todos estaban ansiosos por ver la famosa recta de Chapman, que llegó a alcanzar las 105 millas por hora (169 kilómetros), en las ligas menores.
La gran interrogante era comprobar si podía conseguir lo mismo cuando estuviera en las Grandes Ligas.
Chapman no tardó mucho en dar la repuesta con hechos y, al menos en su primera actuación, la recta que lanzó desde el montículo realmente echó humo.
El lanzador zurdo cubano fue ovacionado de pie por los 19.218 espectadores cuando salió del bullpen, para subir al montículo en la parte alta del octavo episodio y los Rojos ganaron por 8-3.
Se escuchó una reacción masiva de asombro, después de cada tiro de calentamiento.
El primer lanzamiento de Chapman a Jonathan Lucroy registró 98 millas por hora (158 kilómetros) y el tercero alcanzó las 102 (164 kilómetros), lo que provocó una gran ovación por parte de los fanáticos de los Rojos.
Chapman despachó rápidamente a los tres bateadores que enfrentó. Ponchó a Lucroy con un slider y obligó a que Craig Counsell y el dominicano Carlos Gómez pegaran rodados inofensivos.
Tres de sus lanzamientos alcanzaron las 100 millas por hora (161 kilómetros) y el más rápido fue de 102 (164).
Chapman salió del campo aplaudido de nuevo por los espectadores a los que sorprendió, pero no a los que ya conocían de sus grandes cualidades como lanzador.
“No hay nadie como él”, declaró el también lanzador Sam LeCure, quien fue compañero de Chapman en la sucursal de la Triple A en Louisville.
Chapman, de 22 años, quien desertó de Cuba hace apenas 13 meses, llegó a un equipo que está en plena lucha por el banderín de la División Central de la Liga Nacional.
Los Rojos habían ganado 12 de sus últimos 16 encuentros, ampliando a seis juegos su ventaja sobre los Cardenales de San Luis, que son segundos.
En Cincinnati se habla ya de la fase final del campeonato y el nombre de Chapman es parte de la conversación.
Los Rojos confían en que el debutante pueda soportar la presión de subir al montículo como relevista y de mostrarse certero con sus lanzamientos, aún cuando esté en juego la lucha por participar en la Serie Mundial.
“Creo que puede manejar esto”, comentó el piloto de los Rojos, el veterano Dusty Baker. “Porque si estás dispuesto a lanzar para comer, tienes que poder manejar la situación de lanzar en las mayores”.
Baker se refería a los antecedentes de Chapman en Cuba, donde la potencia de sus lanzamientos lo convirtió en un serpentinero codiciado por las Grandes Ligas.
Los Rojos le dieron un contrato por seis años y 30,25 millones de dólares en enero, con la esperanza de que se uniera a la rotación en algún momento de la temporada.
Dado que tenían suficientes abridores, los Rojos enviaron a Chapman al bullpen el mes pasado, y el cubano se ha destacado ahí.
La recta, que alcanzó las 101 millas por hora (162 kilómetros) en las pistolas de radar de los cazatalentos, en los entrenamientos de pretemporada, pareció mejorar.
Chapman no permitió un solo hit en sus últimas ocho apariciones como relevista, y dominó a los bateadores que no pudieron encontrar la flameante recta ni el slider o el cambio de velocidad que completan el repertorio del lanzador cubano.
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