Jugadora brasileña espera poder sacarse la espina de Cuba

La jugadora brasileña de voleibol Paula Pequeno, medalla de oro en los Olímpicos de Pekín, en los que fue considerada como la mejor jugadora de la competición, espera que los Panamericanos de Guadalajara 2011 le permitan sacarse la espina que le clavó Cuba cuatro años atrás en Río de Janeiro.

La rematadora, que fue la mejor jugadora en la final de los Juegos Panamericanos de 2007, con 21 puntos, no pudo evitar que las cubanas le arrebataran a Brasil la medalla de oro ante su propio público que, confiado en la presea dorada, había llenado a reventar el gimnasio Maracanazinho, de Río de Janeiro.

“Nuestra expectativa para los Panamericanos es enfrentar un gran campeonato, un gran partido (contra Cuba) y, quien sabe, una gran revancha”, dijo Paula Pequeno en entrevista en el Centro de Entrenamiento de la selección brasileña de voleibol en Saquarema, a 80 kilómetros de Río de Janeiro.

Después de la plata en los Panamericanos disputados en casa, la selección brasileña llega a Guadalajara en su condición de campeona olímpica, subcampeona de la Copa Mundo (Japón, 2007), subcampeona del Campeonato Mundial (Japón, 2010), campeona suramericana (Brasil, 2010) y campeona de la Copa Panamericana (2011).

Pese a admitir que Brasil tiene que cuidarse en Guadalajara de varias selecciones, entre las que citan a Estados Unidos, las jugadoras brasileñas señalan a Cuba como el principal rival a vencer.

“No sólo Cuba sino muchos otros adversarios serán difíciles en estos Panamericanos”, asegura Paula Pequeno, que fue elegida la mejor jugadora de voleibol del mundo en 2005 y en 2008, y que, por su belleza, está considerada como una de las musas del equipo del técnico José Roberto Guimaraes.

“Cuba, en los últimos Panamericanos, estaba muy bien preparada. A pesar de que en la época era un equipo experimentado, hoy está renovado, y muy bien renovado”, agrega la atacante al mostrar que las brasileñas tienen bien estudiada a las isleñas.

Guadalajara también supondrá para Paula Pequeno la oportunidad de volver a brillar en la selección tras superar una cirugía en la rodilla izquierda que la dejó tres meses lejos de los gimnasios en 2009, la pérdida de rendimiento tras su paso por Rusia en 2010 y la nueva lesión que le hizo perderse los partidos decisivos del Gran Prix Mundial de este año, en el que Brasil cayó en la final ante EE.UU.

“Estoy llegando de dos años difíciles. Una cirugía, una contusión... Una contusión que me incomodó durante mucho tiempo”, asegura Paula Renata Marques Pequeno, nacida el 22 de enero de 1982 en Brasilia.

La lesión en la rodilla izquierda, que tuvo que ser corregida quirúrgicamente en mayo de 2009, la obligó a enfrentar momentos difíciles ese año debido a que los médicos tardaron mucho en diagnosticar el problema.

La brasileña admitió que sufrió mucho al tener que lidiar con algo que desconocía, que le impedía tener una temporada normal y por esa razón se perdió las convocatorias de la selección brasileña para la Copa Panamericana, el Montreux Volley Masters y el Grand Prix.

“Para mí, estar de regreso (en la selección) es una motivación pura, es otra superación en mi carrera. Lo considero muy importante y estoy feliz de estar aquí”, asegura la rematadora, para quien las lesiones pasaron a convertirse en una pesadilla.

Una lesión en el tobillo izquierdo le hizo perderse el Campeonato Mundial en Japón en 2010 y un problema lumbar la dejó fuera de los partidos decisivos del Grand Prix de este año.

En 2004, una lesión en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda ya la había dejado fuera de los Olímpicos de Atenas.

“Le pido a Dios que nos bendiga y que, no sólo a mí sino a todas nosotras, nos mantenga saludables y firmes en los Panamericanos. Así, dentro de lo que tenemos que hacer, que es trabajar mucho, podremos seguir adelante y seguir evolucionando”, agregó la actual jugadora del club Volei Futuro de la ciudad de Araçatuba, en el estado de Sao Paulo.

Paula Pequeno espera en Guadalajara nuevamente inspiración de su hija Mel, nacida en 2005 y por quien dice que ha superado todos los percances en su carrera.

“Ser madre es la mejor cosa del mundo. Ella es toda mi energía. Incluso cuando la pierdo (la energía), la sonrisa de mi hija me abastece”, afirma.

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