Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Béisbol: Clásico Mundial

Prohíben carteles en el Estadio Hiram Bithorn

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Las autoridades de Puerto Rico decidieron prohibir la entrada de letreros al estadio en el que se juega el Clásico Mundial de Béisbol después de que la delegación cubana amenazara con retirarse porque un aficionado desplegó el jueves una pancarta en la que se leía "Abajo Fidel", informó la AP.

La imagen del hombre con el letrero detrás del home durante el partido contra Holanda fue contemplada el jueves en vivo por millones de telespectadores, incluyendo los de Cuba.

El principal funcionario de la delegación cubana en el juego celebrado en el Estadio Hiram Bithorn, en San Juan, trató de confrontar al fanático. La policía de Puerto Rico intervino de inmediato y se llevó al funcionario cubano —Ángel Iglesias, vicepresidente del Instituto de Deportes de Cuba— a una estación cercana donde se le habló de la libertad de expresión.

"Le explicamos que aquí existía el derecho constitucional a la libre expresión, y que eso no era ningún delito", dijo el coronel de la policía Adalberto Mercado al diario de San Juan El Nuevo Día.

Una página web anticastrista, therealcuba.com, identificó al fanático del letrero únicamente como Enrique, y ofreció su propia versión de lo ocurrido.

Enrique dijo que durante las prácticas, antes del juego, había sacado un primer letrero denunciando al régimen de Castro —éste decía "Peloteros sí, tiranos no"— y que lo vio Tony Castro, el hijo del gobernante cubano, que está en San Juan como el médico del equipo cubano.

"Miró hacia abajo y siguió caminando, y entonces le grité 'Eso es para tu padre'. Estoy seguro de que me escuchó", dijo Enrique, según el relato aparecido en la página web.

La Federación Cubana de Béisbol, en una declaración que dio a conocer después del incidente, dijo que las autoridades puertorriqueñas no brindaron la seguridad necesaria ni mantuvieron el espíritu del evento deportivo. "Evidentemente no tenían ninguna intención de hacerlo", agregó.

Los cubanos consideraron retirarse del campeonato, pero decidieron permanecer después de que los promotores puertorriqueños les aseguraron que no volverían a suceder incidentes de este tipo, dijo la federación cubana en una declaración, sin brindar más detalles.

Cuba chocó el viernes con Puerto Rico luego de que los organizadores anunciaron que habían prohibido la entrada de letreros al estadio.

Minutos antes del partido, los efectivos de seguridad del parque confiscaron todo tipo de pancarta.

Entre las inscripciones de los letreros confiscados estaban: "Cuba, te apoyamos los 364 días…'', otra decía "PR Campeón", con un dibujo de un bateador conectando una pelota con el rostro de Castro, según AP.

"Queremos el Clásico pero también exigimos se cumplan las normas y espíritu por el que fue convocado", indicó la Federación Cubana de Béisbol.

A pesar de la prohibición y las confiscaciones de letreros, dos aficionados lograron desplegar dentro del estadio un cartel que rezaba "Libertad para Cuba" poco antes del primer lanzamiento.

En La Habana, el gobierno cubano movilizó a un grupo de deportistas para una protesta frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos.

Entre los convocados estaban la ex campeona mundial de atletismo Ana Fidelia Quirot, el boxeador Odlanier Solís y cuatro equipos locales de pelota.

Olga Lidia Castillo, madre de Yulieski Gourriel, segunda base del equipo de Cuba en el Clásico, aseguró que su hijo y los peloteros cubanos "con la misma fuerza que salen sus batazos, sabrán defender" a la revolución.

"La patria espera de ustedes la honra y la victoria", añadió.

El periódico oficialista Granma consideró el incidente de la pancarta una "provocación contrarrevolucionaria" que tuvo "el apoyo de autoridades federales de los Estados Unidos y las autoridades estatales y policiales de Puerto Rico, país ocupado por el imperialismo".

El portavoz de las Grandes Ligas, John Blundell, afirmó que los organizadores garantizaron a la delegación cubana que harán todo lo posible para evitar actos similares en los próximos desafíos.

"Los cubanos estaban molestos con el incidente del jueves, y quieren asegurarse de que no ocurra de nuevo", comentó Blundell.