Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Artes Escénicas

«El teatro cubano de hoy es de una cobardía total»

Devoción por lo indomable: Entrevista con Víctor Varela, director de Teatro Obstáculo.

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Sin embargo, hay que aclarar que el totalitarismo es paradójico por naturaleza. En su afán de controlarlo todo, genera mucho descontrol. Surgen espacios de libertad intermedios. Gente que pacta con el poder, pero ayuda a los que no pueden pactar. Le debo mucho a Raquel Revuelta, quien fue una intermediaria fundamental entre mi rebeldía y el Estado.

Raquel me sacó de la cárcel cuando la policía me llevó preso. Me programó en el Teatro Nacional, lo cual relajó a la crítica oficialista, que se destapó sacando un artículo diario con titulares muy preocupantes para los secuaces de Castro. Detuvo a los censores cuando me enfrenté a Armando Hart en 1994.

Entonces, ¿por qué, si podía gritar y no me tocaban, me fui de allí? ¿Acaso no tenía una posición envidiable intelectualmente? El castrismo es un desafío a la ley más elemental de la física. Todo se mueve a su alrededor, pero él permanece estático, incólume. El mismísimo Heráclito reventaría como una chirimoya si viera a su río estático en la Cuba castrista. Supe que mi situación no duraría mucho. Desde un lugar inaceptable para el sistema, me había convertido en un personaje demasiado importante para la cultura cubana. Tendría que dejarme asimilar o irme. Preferí la segunda.

¿Qué piensa del teatro cubano de hoy… y de ayer? ¿Existe un gran teatro cubano?

El teatro cubano de hoy es un teatro de una cobardía total. Cobardía totalitarista. No denuncia, ni siquiera da testimonio de las atrocidades del régimen que están presentes en la realidad. Se prefiere montar a los clásicos. Después de todo lo que dijo Shakespeare, ya no se puede censurar. Teatro domesticado por el sistema. Teatro que en algunos casos alcanza un buen nivel, pero se agacha y cierra los ojos al drama real de la Cuba actual para no meterse en problemas.

Hay tres momentos notables para el teatro cubano; grandiosos. El primero se da con Virgilio Piñera en el teatro republicano, sin descartar a José Triana, que despuntará más tarde con La noche de los asesinos. El segundo, con los hermanos Revuelta y Teatro Estudio, en los años sesenta. El tercero, con Teatro Obstáculo, en el período 1985-1995.

¿Por qué Teatro Obstáculo? Háblenos de las diferencias entre la obra que realizó en Cuba y la que hace en Miami…

El Teatro Obstáculo es un teatro de resistencia de todo tipo: estética, política y cultural. Apuesta al teatro como obra de arte, sin medir las consecuencias (la cantidad de público, el éxito mediático e institucional y el mercado le son irrelevantes). "El obstáculo" como motor impulsor abarca todo el proceso de producción, creación y presentación de la obra.

En el principio está el texto escrito. Un "texto imposible de representar", que agrede a su propia naturaleza como texto. Este texto funciona como obstáculo para el director y el actor, quienes imposibilitados de presentarlo por segunda vez, es decir, de presentarlo en el escenario, han de encontrar el modo de alcanzar su presentación. Esto da lugar a una "puesta en suspensión" del texto escrito.