Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Venezuela

A las puertas de la reelección

De cara al 3 de diciembre, Hugo Chávez lidera las encuestas de intención de voto pero teme un repunte de Manuel Rosales.

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A unas dos semanas de las elecciones presidenciales en Venezuela se nota cierto nerviosismo entre los seguidores de Hugo Chávez, a pesar de que las encuestas le dan una ventaja de entre el 15 y el 20 por ciento sobre su adversario, el gobernador de Zulia, Manuel Rosales.

Chávez trata de combinar el chantaje abierto contra los empleados públicos, con la zanahoria de ofrecerles por adelantado el pago del aguinaldo de las fiestas navideñas, que normalmente se recibe en el mes de diciembre.

Chávez aparece como favorito a la reelección, incluso con el desgaste de ocho años en el poder, mientras el opositor Rosales apela a millones de indecisos para acortar distancia y modificar el mapa político. Rosales, de 52 años —la misma edad que Chávez—, sacó en tres meses a la oposición de la desmoralización en que la dejó el boicot de los comicios legislativos de diciembre, cuando entregó todo el poder legislativo al oficialismo, y el abstencionismo marcó un 75 por ciento.

Ocho meses después, en un engorroso proceso, el gobernador reelecto del estado de Zulia logró un acuerdo para una candidatura unificada y movilizó a multitudes opositoras, lo que hizo recordar los momentos más álgidos de 2002.

El pasado 4 de noviembre, el candidato presidencial opositor recorrió Caracas en una multitudinaria "Caminata por los 26 millones (de venezolanos)", la cual inundó las principales avenidas de la ciudad en un ambiente colorido y festivo. Las movilizaciones se han repetido en otras grandes ciudades, lo que evidentemente ha preocupado a los chavistas, que se consideraban dueños absolutos de las calles venezolanas.

A diferencia de otros países, en Venezuela no existe la posibilidad de una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados. Simplemente es proclamado presidente quien gane en una única ronda y por cualquier porcentaje y diferencia. Chávez tiene en sus manos todos los resortes del poder y controla el Consejo Nacional Electoral (CNE), por lo que no se deben tener grandes expectativas acerca de un triunfo electoral de Rosales.

Tesitura de los tiempos que vienen

La analista política venezolana Argelia Ríos estima que las elecciones del 3 de diciembre constituyen una oportunidad para reclamar decoro a los actuales administradores del poder, cuyo comportamiento en la campaña anuncia la tesitura de los tiempos que vienen, independientemente del resultado de la contienda. Por eso, parece claro que lo que estamos presenciando es un peligroso torneo del que difícilmente emergerá una luz estabilizadora.

A juzgar por la evolución de los hechos, en el país se baten dos vertientes con percepciones opuestas, que no pueden expresarse a través de las encuestas. Una parte del electorado, agrega Ríos, sigue y cree con firmeza los dígitos y proyecciones de estas empresas. Otra, en cambio, los desconoce por completo, al amparo del grueso sentimiento de sospecha que ha venido anidándose entre los ciudadanos, a causa de su propio desamparo. La Venezuela descreída de hoy es consecuencia de las mutaciones ocurridas en sus viejas élites, que no disimulan la búsqueda afanosa de su tajada petrolera.

Chávez ha explotado al máximo esta desconfianza de los venezolanos hacia los partidos tradicionales, lastrados por grandes escándalos de corrupción.

"El presidente y candidato a la reelección de Venezuela, Hugo Chávez, muy probablemente ganará las elecciones del próximo 3 de diciembre, pero luego deberá desactivar una bomba de tiempo de sectores populares descontentos con su gobierno". Así lo vaticinó el director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schémel, al presentar el pasado 9 de noviembre en la Asociación de la Prensa Extranjera los resultados de sus últimos sondeos, que coinciden con la mayoría de los difundidos en los últimos días: sitúan en al menos 15 puntos porcentuales la ventaja del ex coronel golpista.

"El presidente está muy amenazado; triunfante, pero amenazado (...) dado el gran descontento por el incumplimiento de promesas", aunque la mayoría de los seguidores de Chávez, dijo, "le disculpan sus errores" y responsabilizan "a su entorno".

Schémel añadió que la "grieta profunda en el liderazgo del presidente" se evidencia en la inseguridad ciudadana, que la mayoría señala como el principal problema del país, por encima del desempleo (54%) y la vivienda (19%).


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