Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Reportaje

¿Cambio de nombre o de concepto?

Las divergencias sobre el Consejo de Derechos Humanos de la ONU amenazan la credibilidad del nuevo organismo.

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El proceso para la formación del nuevo Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que debe sustituir a la desprestigiada Comisión de Ginebra, atraviesa por una fase complicada en el seno de la Asamblea General.

Kofi Annan, el secretario general de la ONU, expresó recientemente: "Estoy consternado por la posición de Estados Unidos. No sé cómo evolucionará o cómo se resolverá el tema".

Antes, el embajador norteamericano ante la ONU, John Bolton, había manifestado que Washington consideraba "inaceptable" la propuesta presentada por el presidente de la Asamblea General, el sueco Jan Eliasson, quien intenta buscar un consenso sobre el asunto, uno de los pilares de la reforma de la ONU.

Como era de esperar, el gobierno de Cuba se atribuyó el papel de representante de todos los pueblos del sur y emitió una solemne declaración, en la cual advierte que se prepara "un nuevo golpe al multilateralismo y a las Naciones Unidas".

¿Por qué todo este enredo? ¿Cuál es el trasfondo del asunto?

Desde septiembre del pasado año, Kofi Annan asumió la complicada tarea de la reforma de Naciones Unidas. Uno de los puntos es la creación de este nuevo Consejo de Derechos Humanos para sustituir a la Comisión de Ginebra, formada por 53 naciones. En esta ocupan normalmente asiento países acusados de violar sistemáticamente estos derechos, como los casos de Cuba, Zimbabwe, Sudán, China y otros. Hasta se produjo el episodio alucinante de que fuese el delegado de Libia el presidente de uno de los períodos de sesiones de la Comisión.

La nueva composición

El pasado 23 de febrero, el sueco Eliasson, después de largas negociaciones, presentó una propuesta acerca de la composición y criterios de elección de los miembros del Consejo de Derechos Humanos.

La entidad estaría formada por 47 países miembros de la ONU, respetando una distribución geográfica equitativa. De este modo, los grupos de Asia y de África contarían con trece miembros cada uno, el de Europa del Este con seis, el de América Latina y el Caribe, con ocho, y el de Europa Occidental y otros países, con siete.

Según analistas diplomáticos, esta composición favorecería al régimen de La Habana, ya que con la influencia que mantiene entre los países del Caribe, más el apoyo de Venezuela y eventualmente de Brasil, Argentina y Bolivia, podría conseguir un asiento en el nuevo Consejo.

Pero la propuesta fija que los miembros pueden ser suspendidos si cometen abusos serios y sistemáticos de los derechos humanos, según la determinación de al menos dos tercios de la Asamblea General de la ONU.


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