¿Degüello de la democracia?

Más inconvenientes

Como si fuera poco, otro tema ocupará a los artesanos de la Carta Magna. Como el Senado cuenta con mayoría opositora, muchas veces se barajó un Congreso unicameral, pero el MAS —mayoritario como totalidad en el Parlamento— recapacitó y admitió la posibilidad de un foro bicameral.

La celeridad con que deben trabajar quizá obligó a rebajar el texto constitucional de 408 a 350 artículos, que si bien serán aprobados uno por uno, se agruparán en bloques y por campos temáticos, dijo Raúl Prada, constituyente del MAS.

El apuro —no propicio para una labor de semejante envergadura— llevó a decir a Prada de manera bastante poco seria: "Vamos a entrar para acabar". Esto suena a algo así como a entrevista a un boxeador, que subirá al ring para acabar con su contrario.

Con el agua al cuello, aún prosiguen negociaciones para tratar que, en el bando contrario al oficialismo, algunos constituyentes abandonen sus partidos y salgan los anhelados dos tercios.

Por lo que se sabe de toda esta confusión, el congresista del Movimiento Nacionalista Revolucionario, Guillermo Richter, afirmó que existe una posición "orgánica" en su partido para asistir a un diálogo, pero —y aquí viene un estorbo del porte del Aconcagua— "siempre y cuando el MAS deje sin efecto la aprobación en grande del texto".

Esto sería, ni más ni menos, que volver a foja cero. Lo que sin embargo parece más real es que la consulta se efectúe para marzo de 2008, luego que Morales haga la convocatoria el 15 de diciembre.

Política y violencia

Waldo Albarracín, que ocupa la Defensoría del Pueblo y disfruta de respeto general, advirtió recientemente sobre la violencia imperante en Bolivia y señaló: a través de ella "nos están llevando por la ruta inevitable del despeñadero". Albarracín exigió un diálogo nacional y criticó la "confrontación sañuda y la falta de voluntad política para consensuar".

No falta en estas palabras un átomo de razón. La sociedad boliviana se ha dividido de forma tajante, en primer lugar por la manera de hacer política en La Paz. Basta un botón de muestra.

Santa Cruz —y no solamente sus autoridades— desde hace mucho no se siente cómoda como parte de Bolivia y, por ahora, exige la autonomía, además de ir a la vanguardia en la lucha contra la política de un Morales que no se ha mostrado como el presidente de todos los bolivianos y coloca constantemente a los indígenas como su única prioridad.

Si es verdad que hace poco llamó al diálogo y al mismo no asistieron los gobernadores de Tarija, Cochabamba, Beni y Santa Cruz, la actuación del 24 no dejó prácticamente opción, éticamente hablando. Aquel día la izquierda se burló de todas las fuerzas políticas que actúan en el escenario nacional.

No por gusto, el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, el empresario Branco Marinkovic, le espetó a "Morales que no degüelle la democracia", y a poco aseguró que "no bajarán los brazos" frente al oficialismo.

Estas declaraciones se lanzaron en el contexto de un paro cívico de 24 horas que se desplegó mediante bloqueos de calles, enfrentamientos, heridos y detenidos en seis departamentos del país.

A semejante situación se sumó el anuncio de la "resistencia civil y una huelga de hambre indefinida". Con 70 personas se inició esta última en tres regiones de liderazgo opositor.

El pastel amarrado

El gobierno, por otra parte, lamentó que gobernadores viajaran a sedes de organismos internacionales como la OEA para plantear la falta de democracia en Bolivia.

Según diversos informes, el ex cocalero tiene bien amarradas las cuerdas de la institución que en crisis tales asegura el pastel: las Fuerzas Armadas.

Importantes ex militares —afirma Jorge Marirrodriga en la edición digital de El País— dicen que las Fuerzas Armadas son leales al poder no sólo por las purgas que llevó a cabo Morales tras su arribo a la presidencia, sino también por las "importantes cantidades de dinero que para modernizar la institución han llegado desde Venezuela".

El retirado general de división Gary Prado, famoso por capturar al Che y denunciar su muerte sin proceso judicial, señaló que "Morales ha establecido un sistema de prebendas y tiene totalmente sometido al alto mando".

De acuerdo con Luis Arce, ministro de Hacienda, hasta el momento Venezuela ha donado 80 millones de dólares en cheques para modernizar las Fuerzas Armadas, mientras la oposición denuncia la falta total de control sobre ese dinero que el presidente reparte discrecionalmente, añade el periodista.

A la crisis en que Evo Morales ha hundido a Bolivia no se le percibe, al menos por ahora, el final. Y precisamente esta crisis puede dar al traste con sus ambiciones reeleccionistas.

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