Actualizado: 23/04/2024 20:43
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Internacional

Venezuela

Extraña sabiduría

Mientras Chávez criminaliza las protestas estudiantiles, cae su popularidad interna y los vecinos le plantan cara.

Enviar Imprimir

Al chavismo no se le ve hoy el largo aliento que en sus albores algunos le atribuyeron. Su obsesión de hegemonía lo socava, pero también su insólita capacidad para enajenarse aliados y simpatizantes.

Hace apenas unas semanas, el presidente de Venezuela arremetió contra el Senado chileno, que había advertido sobre las consecuencias para la democracia del cierre del canal opositor RCTV. Chávez fusiló entonces a esa instancia legislativa con un adjetivo: "fascista". La socialista Michelle Bachelet, a pesar de sus simpatías de entonces, tuvo que responderle.

Sordo a los reclamos internos y foráneos, el jefe de Miraflores impondría finalmente su objetivo: clausuró RCTV y el previsible efecto fue una oleada mundial de repudio y de protestas nada pasivas en Venezuela. Aún lidia con ambos problemas.

Llama la atención que muchos de aquellos que en la izquierda latinoamericana sonreían ante las descalificaciones de Chávez, con un "todos sabemos cómo es él", hayan decidido no colocar paños tibios ante el cierre del canal.

Rebelión sudamericana

El presidente del Partido Socialista chileno, Camilo Escalona, comparó la acción de Chávez con los tiempos del régimen de Augusto Pinochet, y añadió: "Para nosotros, como fuerzas progresistas y de izquierda que fuimos perseguidos por publicar un diario ilegal —no podíamos publicar uno legal—, la libertad de expresión es esencial".

Estas ideas, más que la vocación totalitaria de Chávez, grafican lo descontextualizado de su política, el desfase de sentido histórico de un proyecto sin real expectativa en el mundo actual.

El senador socialista chileno Jaime Naranjo dibujó exactamente la incongruencia histórica del chavismo durante el debate que antecedió la aprobación de una nueva censura contra la desaparición de RCTV el miércoles pasado, donde, por cierto, también se aprobó un acuerdo que pide al ejecutivo rechazar toda forma de prisión por motivos políticos e ideológicos en Cuba, entre otros aspectos.

Señaló Naranjo que para que "los socialistas del siglo XXI sean creíbles en la sociedad chilena, deben defender todos los derechos humanos y políticos".

No son los de hoy, sin duda, aquellos tiempos en que Fidel Castro vilipendió, silenció y liquidó todo lo que en Cuba oliera a independencia periodística y opinión que no fuera la suya. Chávez vive a caballo entre el presente milenio y la ilusión de imperar a lo Castro. Que le pida a éste que vuelva a ponerse su uniforme verde olivo, es más que anecdótico. En tal descolocación radica su problema. Él no entiende el carácter de los tiempos que corren. A un muerto acaso se le pudiera revivir, pero no una época pasada.

Conste que el rechazo de la izquierda hacia los aliados del chavismo se va ensanchando en la zona. Recientemente, grupos políticos de izquierda en Ecuador retiraron su respaldo al presidente Rafael Correa, al que calificaron de "autoritario", "arrasador" y que pretende una "concentración de poderes".

A pesar de su ya clásica poca suerte para la frase coloreada, el presidente George Bush apuntó no hace mucho al "populismo superficial" de Chávez, una tautología tal vez dicha a conciencia.


« Anterior12Siguiente »