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EEUU, Biden, Trump

La hazaña electoral de Biden

El Partido Demócrata carga con su tanto de culpa en la llegada de Trump a Washington, por no haber hecho la jugada clásica de nominar al vicepresidente como sucesor del presidente reelecto

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The party is me. Right now, I am the Democratic Party.

Joseph Robinette Biden Jr., 29 de septiembre de 2020.

Uncle o Grandpa Joe impuso plusmarca de favor popular —más de 80 millones de votos— luego de haber sido tirado pa’la tonga en 2016 como sucesor de Obama. Obtuvo 10 millones y pico más de votos que Obama en su elección (2008) y 14 millones y pico más que en su reelección (2012), sin que los electores registrados hayan aumentado —de 2008 a 2020— en más de 6.5 millones.

Así emergió del trance histórico que exigía replicar aquella recurva única de Nixon como simple ciudadano —es un decir— para ganar la presidencia en 1968 tras servir ocho años en la vicepresidencia. Y será el presidente de mayor experiencia (1973-2009) en el Senado y de mayor edad (78 años) al tomar posesión. Otras señas estadísticas engrandecen todavía más esa proeza.

  • Desde hace unos 150 años ha sido el único candidato de la oposición que ha derrotado a un candidato del gobierno que gana más votos en la guerra por su reelección [casi 74 millones] que en su elección [casi 63].
  • Desguazó el mito de los estados bellwheter [1], que son representativos del melting pot americano e indican con suma consistencia el resultado de la única elección nacional. A pesar de tener amplia ventaja en las encuestas perdió por ocho puntos en Ohio y casi cuatro en Florida para ser el primer candidato que, desde JFK en 1960, pierde en ambos estados y gana la presidencia.
  • Grandpa Joe desguazó también el mito de los condados bellwheter. Por vez primera en cuatro o más décadas, 16 condados votaron mayoritariamente por el candidato perdedor y sólo el condado Clallam (WA) siguió la rima de votar por el ganador desde 1980. Aquí Uncle Joe ganó por tres puntos; en aquellos, Trumpoloco ganó por 16 puntos y pico de promedio.
  • Excepto en Nueva York [Manhattan, Brooklyn, Queens y Bronx], Grandpa Joe quedó por encima de Hilaria Clinton en las más grandes áreas metropolitanas [Los Ángeles, Chicago, Dallas-Fort Worth…], pero sobre todo en Filadelfia, Atlanta, Detroit y Milwaukee, que decidieron la voltereta del rojo al azul en Georgia, Michigan, Wisconsin y Pensilvania, respectivamente.
  • La apoteosis de Grandpa Joe sobrevino en Georgia, donde Trumpoloco había ganado por más de cinco puntos en 2016 y quedó medio punto por debajo. Desde Bill Clinton en 1992 por medio punto y un tilín, ningún candidato presidencial demócrata había ganado en Georgia. Uncle Joe vino a hacerlo empinándose como centro de atracción de su partido con 100 mil votos más que John Ossoff, el candidato demócrata más popular para el Senado.
  • En Michigan y Wisconsin y Pensilvania, Trumpoloco había ganado a Hilaria por un tilín. Ahora se viró la tortilla de 46 votos electorales al conseguir Uncle Joe 75 mil votos más que ella en Detroit, 28 mil más en Milwaukee y 20 mil más en Filadelfia, donde Hilaria había sacado ya 27 mil votos más que Obama en 2012.
  • Uncle Joe se empina también por sentar a Trumpoloco en la historia electoral como el único presidente de USA que ha perdido su reelección con su partido (GOP) ganando asientos en la Cámara de Representantes. Aquí The New York Times había marcado 27 escaños sin pronóstico seguro (toss-ups). El GOP se alzó de entrada con 25 y sacó a 12 demócratas del recinto congresional.
  • Grandpa Joe acabó también con la mitología de Trumpoloco como animador del Partido Republicano, aceptada hasta por Christina Polizzi, vocera del Comité de Campaña demócrata para las legislaturas estatales. El partido azul no pudo teñir ninguna legislatura roja, mientras que el GOP sí logró el cambio de color en la cámara y el senado de New Hampshire. Así y todo, Trumpoloco no pudo quedarse en la Casa Blanca.
  • Uncle Joe fijó otro hito histórico aplastando a Trumpoloco. Ningún presidente con más del 75 % de votos en las primarias había perdido su reelección y aquel vino a perderla pese a obtener 94 % de votos en las primarias con récord de asistencia a las urnas de los electores registrados en un partido: casi el doble del récord anterior en poder de Bill Clinton.

Coda

Y todo eso me hace pensar que no han muerto al final las sospechas de que el Partido Demócrata carga con su tanto de culpa en la llegada de Trumpoloco a Washington, por no haber hecho la jugada clásica de nominar al vicepresidente como sucesor del presidente reelecto.

Nota

[1] Ningún término más ilustrativo del electorado como sector humano de la ganadería. Deriva de colocar una campanilla (bell) alrededor del pescuezo de un carnero castrado (wether) que guía al rebaño. Así el pastor puede, por el sonido de la campanilla y sin tener el rebaño a la vista, saber hacia dónde va.


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