Actualizado: 18/04/2024 23:36
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A debate

Ilusiones y realidades

¿Están exagerados los resultados de la política europea hacia Cuba?

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Diferencias con la España postfranquista

Resulta ilusorio considerar que la política europea aplicada hasta ahora fortalece "el poder de los cubanos para decidir el tipo de democracia y economía de mercado que les convenga". Queda todavía mucho trecho por andar, de manera que este aserto es bastante triunfalista.

En todo caso, los ejemplos basados en el supuesto intercambio o interacción con el mundo democrático, la tecnología, las relaciones entre científicos, administradores y hombres de negocios, no pasa de ser una relación con sectores élites de la sociedad cubana refrendada en grupos empresariales al servicio del gobierno: los "nuevos ricos" con acceso al consumo, al nivel de vida, a la información y a los privilegios que están vedados a la mayoría de la población.

Los intereses de los empresarios europeos son una cosa, y los controles de la política de la Unión Europea hacia Cuba, otra. López Levy parece mezclar ambas cuestiones.

Por último, es preciso considerar que, si bien la comunidad internacional apoyó la reinserción de la España postfranquista en Europa e impulsó diferentes programas que se encaminaron a edificar un nuevo futuro para ese país y evitar encerrarse en el círculo vicioso que supone la solución de los conflictos del pasado, la Isla no cuenta con similar soporte.

Las particularidades de Cuba estriban, entre otras causas, en el férreo centralismo, la destrucción casi total de sus estructuras económicas y en la ausencia de una sociedad civil que sustente los cambios.

De esta manera, los esfuerzos de la política europea deberán continuar encaminándose a fomentar el apoyo, fundamentalmente a las organizaciones que desde el interior de Cuba potencian el desarrollo de la conciencia cívica, con el fin de preparar a la sociedad para los cambios que necesariamente habrán de producirse, lo que constituye el paso previo para enfrentarlos; manteniendo a la vez el diálogo crítico con las autoridades.

Por un apoyo más directo y definido

Sin dudas, la posición de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del gobierno español ha sido audaz y constructiva al impulsar un diálogo más amplio con la oposición interna. El discurso europeo, encaminado a promover y apoyar los cambios graduales, la liberación de todos los presos de conciencia, el desarrollo de la pequeña y mediana propiedad privada, la eliminación de la pena de muerte y el acceso generalizado de la población a Internet, está en consonancia con los programas más avanzados y progresistas de la oposición moderada de la Isla.

Muchos opositores pacíficos ven con aprobación cualquier interés serio de los gobiernos europeos para dialogar, desde posiciones respetuosas, con toda la amplia gama de propuestas de la sociedad cubana, y celebran la firme posición independiente de Europa al negarse a apoyar el embargo norteamericano.

Sobre todo, es muy positivo el reconocimiento de variados sectores del pensamiento progresista cubano que se oponen a los cambios mediante la violencia y que cuentan con programas de democratización.

El apoyo más directo y definido a algunos proyectos de carácter cívico, independiente y plural que se desarrollan desde Cuba podría ser una nueva vía que se agregue a las que ya mantiene la Unión Europea con la Isla. La propuesta de compromiso y diálogo resulta necesaria y positiva para la realidad cubana actual.


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