Actualizado: 28/03/2024 20:04
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¿Antídoto liberal?

El último libro de Carlos Alberto Montaner: acerca de la libertad y a propósito de sus enemigos.

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Con notable éxito de público se presentó en la pasada Feria del Libro de Miami La libertad y sus enemigos (Editorial Sudamericana), el último libro de Carlos Alberto Montaner. En él, el conocido escritor y político cubano retoma una serie de temas centrales en su ensayística: las numerosas —y siempre en progreso— claves del pensamiento liberal, las causas del subdesarrollo regional, el análisis de las tendencias y dolencias que resucitan una y otra vez el cadáver insepulto del populismo latinoamericano.

Desde su título, La libertad y sus enemigos es también, cómo no, un homenaje a Karl Popper y su ya clásico La sociedad abierta y sus enemigos. Conectando el pensamiento del pensador austríaco a la realidad latinoamericana, ha afirmado el autor de Viaje al corazón de Cuba que "Popper alertó mejor que nadie a sus lectores sobre los peligros de los buscadores de utopías, y cómo esas fantasías revolucionarias suelen terminar en sangrientos mataderos".

Con este libro, como con el conjunto de su obra ensayística, Montaner cumple un rol de similar envergadura, llamando la atención sobre los peligros de un fenómeno —el populista— y sobre las virtudes de una corriente —la liberal— simétricamente en las antípodas.

Con este libro, que al momento de su presentación en Argentina desencadenó una suerte de tórrido motín bananero, vuelve por sus fueros un autor cuyas habilidades estilísticas y didácticas parecen ilimitadas. Desde la escritura penetrante, minuciosa, que lo caracteriza, el escritor cubano despliega en cuatro partes, veinte capítulos y trescientas y tantas páginas el cuadro de la enfermedad populista y de sus antídotos liberales, buenos para diseccionar el fantasma de un neopopulismo que recorre América Latina cada vez más en carne y hueso.

Como asegura el propio Montaner al comienzo del libro, los neopopulistas latinoamericanos "se han apoderado de un lenguaje religioso, renunciando al examen de la realidad. Ya no tienen en cuenta los hechos, sino las motivaciones. Han asumido un discurso teológico en el que se valoran las virtudes del espíritu y se rechazan las flaquezas de la carne".

Si el discurso neopopulista es teológico, ¿cree entonces Carlos Alberto Montaner que el discurso liberal en Latinoamérica tiene una matriz revolucionaria?

En realidad, el discurso liberal es el que está en las raíces de nuestras repúblicas latinoamericanas. Simón Bolívar se declaraba liberal y José Martí no era otra cosa que eso.

¿Pero puede liberalizarse una sociedad que, como la latinoamericana, es antiliberal en esencia?

Creo que sí. En algún momento, como ha sucedido en Chile, América Latina pasará el umbral de la sensatez y comenzará a enfrentarse a sus quehaceres con los mismos ademanes que el Primer Mundo.

¿Hacia dónde pueden llevar las nuevas corrientes neopopulistas a América Latina?

Es verdad que el neopopulismo vuelve a tener un cierto auge, pero no creo que sea mayor que en los setenta y ochenta del siglo pasado, cuando gobernaron Allende, Velasco Alvarado, Torrijos, Daniel Ortega y, por supuesto, el eterno Fidel Castro.