Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Celia, Pacheco, Obituario

Celia & Johnny, dos leyendas

Ha muerto el salsero más cercano al son cubano

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Juan Pablo Pacheco Kniping (Santiago de los Caballeros, 25 de marzo de 1935-Teaneck, Nueva Jersey, 15 de febrero de 2021), conocido y admirado por los bailadores y amantes de las concordias rítmicas afrocaribeñas como el gran Johnny Pacheco. Músico, flautista, compositor, arreglista, director y productor dominicano de música afrocubana. La crítica lo considera como una de las figuras más influyentes de las modalidades sonoras afrocaribeñas. Cofundador junto con Jerry Masucci, del sello disquero Fania. Uno de los creadores del concepto salsa: peculiaridad rítmica hermanada con acentuaciones del Caribe antillano de habla hispana (Cuba, República Dominicana y Puerto Rico): herencia directa del son montuno cubano.

Celia & Johnny (Vaya Record, 1974): álbum que ha estado sonando en estos días de encierro en mi departamento de la Ciudad de México. La muerte de Johnny Pacheco, el pasado lunes 15 de febrero, me hizo revisar mis discos de concordancias afrocaribeñas y poner una y otra vez, varias producciones que el flautista dominicano realizó dentro de las coordenadas del son montuno y otros géneros de Cuba (Pacheco y su Charanga, 1960; Chen Chen: Suavecito de Arcano, 1963; Esenciadel guaguancó, 1969; Tremendo caché, 1975; Fajardo y Pacheco, 1982; De nuevo Los Compadres, 1983…). Escucho y bailo: me detengo sorprendido en los cuidadosos y singulares arreglos.

Diez temas: “Quimbara” (Cepeda), “Toro mata” (D. R.), “Vieja Luna” (Orlando de la Rosa), “El paso del mulo” (Rey Díaz Calvet), “Tengo el Idde” (Curet Alonso), “Lo tuyo es mental” (Anam Munar), “Canto a La Habana” (A. Castillo), “Ño Mercedes” (Curet Alonso), “El tumbao y Celia” (Johnny Pacheco), “El pregón del pescador” (D. R). Muestrario de guaguancó, bolero, guaracha, pregón, plena-bomba, tumbao, son montuno, chachachá…/ Orquestaciones que apelan a instrumentos percutivos del caribe (tumbadora, timbales, maracas…), juguetona sección de metales, piano, bajo, guitarra tres. Armonizaciones que respetan las raíces de las cadencias dilucidadas.

Sobresale el sensual arreglo al bolero “Vieja luna”: Celia lo modula con fraseo preciso en complicidad con trompetas y clústeres de un piano refugiado en lirica dilucidación. “El paso del mulo”: sabroso montuno-chá de contagiosa invitación bailable (“Mulito, camina pa’lante…”). “Tengo el Idde”: guaracha-plena de incitante colorido. “Lo tuyo es mental”: (“Qué pena me da tu caso / lo tuyo es mental…”) plena-guaracha de lúdica consonancia rítmica. “Canto a La Habana”: montuno sustentado en improvisaciones que rematan en estribillo contagioso: una de las grandes vocalizaciones de la guarachera de Cuba (“…pero Pacheco, La Habana no tiene comparación”). “Ño Mercedes”: bomba de sabrosa costura que Celia pregona con cabal oficio.

El disco se calienta con “El tumbao y Celia”, composición que Johnny Pacheco escribió especialmente para la cubana. Desborde de compases con introito de mambo que da entrada a un incitante tumbao (“Ahora sí, que sí, llegó para gozar…”). Metales y percusiones en connivencia con las improvisaciones de Celia que se monta en los arpegios en la conformación de una atmósfera singular. “El pregón del pescador”: son-pregón secundado por ecos de una guitarra tres de oficiosos trinados montuneros. Este fonograma es un puerto clave en la prodigiosa trayectoria de Celia Cruz.

“Me encanta trabajar con Celia: ella y yo estamos conectado por la tradición, por el tumbao de la música cubana; nos entendemos muy bien”, decía Pacheco con frecuencia. Por su parte, la intérprete de “La negra tiene tumbao” proclamaba: “Con Pacheco me siento como si estuviera con la Sonora Matancera, él conoce muy bien los sigilos del son oriental y la guaracha. De toda la gente de la Fania, Pacheco es el más cercano a nuestros ritmos”.

Johnny Pacheco produjo otras placas para la intérprete de “El yerberito moderno”, entre las cuales sobresalen Tremendo caché (1975), Celia, Johnny and Pete (1982) y Celia, Johnny, justo & Papo (1982). El músico dominicano siempre estuvo seducido por la música cubana: en las colaboraciones con Celia Cruz encontró la reafirmación de sus convicciones soneras dentro de la salsa newyorkina. Sigo las cifras de los conformes del tumbao de Pacheco: bailo en los ribetes de sus tentadoras propuestas. Ha muerto el salsero más cercano al son cubano.


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