«El cambio a debate»

El número 47 de Encuentro de la Cultura Cubana, correspondiente al invierno de 2007-2008, publica el dossier "Cuba: el cambio a debate", introducido por Pablo Díaz Espí, con ensayos de Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Blanco, Domingo Amuchástegui, Dagoberto Valdés, Carlos Alzugaray, Haroldo Dilla y Antonio José Ponte.

El dossier aborda desde distintas perspectivas el proceso de debate que tiene lugar en la sociedad cubana en esta suerte de castrismo de segunda fase. Desde la Isla, Cuesta Morúa analiza la evolución sufrida por el poder "revolucionario" y su relación con ciertos arquetipos coloniales, así como los grandes retos que se abren ante una posible transición que entraña la apertura de Cuba, ante todo, a sí misma.

Juan Antonio Blanco se pregunta hasta qué punto la nueva incitación al diálogo es un paliativo, un ganar tiempo para evitar los imprescindibles cambios que demanda la sociedad y que el Castro mayor ha bloqueado durante decenios.

Domingo Amuchástegui afirma, en cambio: "En todo esto hay también un sentido de urgencia que no admite escamoteos, retrocesos o medias tintas. La próxima desaparición física de Fidel, seguida inevitablemente por la de Raúl (…) son poderosos acicates para imprimirle ese sentido de urgencia a todo lo que está ocurriendo (…) En sintonía, Raúl Castro explicó que (…) 'Todos queremos marchar más rápido, pero no siempre es posible'. Sin embargo, los niveles de urgencia descritos harán que, ciertamente, se marche más rápido en ir de las palabras a los hechos".

Por su parte, Dagoberto Valdés se concentra en los actores del cambio, fundamentalmente en los miembros de la sociedad civil y la búsqueda de consensos. En lo que constituye un fragmento de su conferencia pronunciada en la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) en 2007, Carlos Alzugaray aborda lo que llama "modelo participativo patriarcal" imperante en los años de Fidel Castro, y en la necesidad de "rearticular el consenso nacional" en las nuevas circunstancias, para conseguir una sucesión sin cambios en el modelo y un traspaso a nuevas generaciones dentro de la misma línea ideológica.

Haroldo Dilla recuerda las diferentes convocatorias al diálogo que se han sucedido en la historia cubana reciente, y cómo todas han sido diseñadas y monitoreadas para "reproducir la gobernabilidad". Según él, en el debate actual se pretende legitimar la agenda del raulismo, tomando la parte conveniente del debate público.

Por último, Antonio José Ponte recuerda "la cuestión de fondo apuntada por uno de los estudiantes de la UCI, Eliécer Ávila: 'Una revolución, un proyecto socialista no puede avanzar sin proyecto. Y nosotros, nosotros estamos seguros de que existe: lo que queremos es saber cuál es'. 'Habría que averiguar qué proyecto sostienen en Cuba las autoridades'", concluye Ponte tras dibujar el divorcio entre una cúpula que propone una "libertad condicional" de ideas, y una sociedad necesitada de expresarse.

Perfil, poesía y narrativa

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El número 47 de la revista publica poemas de Germán Guerra, Efraín Rodríguez Santana, Reina María Rodríguez y Jorge Guitart, así como el cuento Un día en la vida de Juanito Pérez, de Jorge Domingo Cuadriello. Ivette Leyva Martínez presenta los cuentos Patillas de hacha y Oh, Pitágoras!, del desaparecido Guillermo Rosales. Y en la sección En Proceso, aparece un fragmento de la novela inédita La última adivinanza del mundo, de Froilán Escobar.

Francisco Moreno Fernández, para la sección Perfiles, entrevista a Humberto López Morales, lingüista, académico, ensayista y secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española. López Morales habla de nuevos proyectos, como la Enciclopedia del Español en Estados Unidos, sus estudios sobre el español en Cuba, el trabajo de las academias y la enseñanza de la lengua.

En Persona

La sección En Persona ha sido dedicada en esta ocasión al ensayista Iván de la Nuez. La introduce el novelista y editor español Julián Rodríguez, quien afirma con rotundidad que De la Nuez es "uno de los escritores más importantes del presente" y subraya su carácter de "narrador" del ensayo, capaz de involucrar en una misma reflexión lo ideológico y lo visual. En Ensayar es ensanchar, Iván de la Nuez, al dialogar con Antonio José Ponte, habla sobre su generación, la cultura de los ochenta, el exilio, la plástica, las ciudades, la política, el poscomunismo y todo lo que se suma como ingredientes en sus obras.

Anota: "Me gusta entender el ensayo en su aserción teatral, como una aproximación previa e imperfecta a una realidad que no está constituida del todo y, por lo tanto, no es todavía la 'función real'. Entre las tareas de un ensayo, al menos de los míos, están aquellas que te permiten armar los planos de un escenario futuro, de una posibilidad por venir".

Y en su ensayo En paracaídas o con paraguas. Arte, política y supervivencia hay política, arte, mundo visual e ideologías en curso, toda una visión de la modernidad como un modelo para armar con no pocos juegos de instrucciones. Hasta concluir de este modo: "Ahora que los políticos prefieren un museo a un mausoleo, y que las figuras públicas, en lugar de clamar por una estatua, lo hacen por una exposición biográfica, es un buen momento para discernir entre estos mundos y evitar que la política se mantenga como el arte de lo posible… pero sólo para los políticos. También son buenos estos días para oponerse a ese acto narcisista mediante el cual el arte se convierte una y otra vez en la política de lo imposible… aunque sólo para los artistas".

Más literatura y otros ensayos

Aparecen también en esta entrega temas sobre literatura, como "De cuando Gastón Baquero se sentaba a caminar con César Vallejo", de José Prats Sariol; el texto "Habana Abierta: el individuo ante la diáspora", donde Jeffrey Manoel Pijpers trata la neotrova posnacional; la entrevista de Alejandro de la Fuente a El Macho, sobre su obra plástica y su proyecto cultural; un texto de Beatriz Bernal sobre las constituciones cubanas, y "¿Cubanos con doble ciudadanía?", donde Mario Antonio Fernández Pérez revela la contradicción interesada de las autoridades de la Isla frente a la doble ciudadanía, no admitida por la carta magna.

Completa las páginas del número 47 una amplia muestra del trabajo de Baruj Salinas, uno de los grandes referentes de la plástica no figurativa cubana, tal como nos revela Jesús Moreno Sanz en su espléndida reseña "El ángel respondiente: son del color soñado".

En el número 47, Encuentro actualiza su diseño de portada. Además, cambian las tipografías en el interior y, gracias al uso de otro papel, la revista se vuelve más ligera y flexible.

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