El derecho a la tierra

Los aloitadores son campesinos especializados en identificar un caballo salvaje, domarlo con sus brazos y su cuerpo, para luego rapar al animal y utilizarlo para que los científicos los estudien y puedan identificar problemas tales como plagas o enfermedades contagiosas que se puedan contraer de estos animales.

La secuencia inicial de Las bestias comienza con unos aloitadores en plena faena, tres de ellos domando a un caballo. Está rodada en cámara lenta y posee una belleza visual indiscutible. No parece tener relación con el resto de la trama, pero es un aviso, nos muestra la lucha por la supervivencia al nivel más elemental, que luego se desarrollará a lo largo de la trama a otro nivel.

En un remoto y empobrecido pueblo gallego, una compañía noruega le quiere comprar la tierra a los habitantes para desarrollar un proyecto de energía eólica. Seis de las nueve familias propietarias firman el acuerdo de venta, pero tres se oponen y la única opción que dan los noruegos es que compran todo o nada. Una de las familias que se opone es un matrimonio francés, de educación universitaria, que han llegado a este pueblo idílico a establecerse y a trabajar en el sueño de su vida, una agricultura orgánica sostenible y de paso desarrollar alojamientos para convertir el área en una zona de turismo ecológico. Han invertido todos sus ahorros para lograrlo.

La hostilidad entre los arruinados gallegos, que apenas sobreviven con su ganado y algunos productos agrícolas, sin educación, comienza a crecer contra la pareja francesa, a los que ven como extranjeros intrusos que les estropean la posibilidad de salir de su miseria. La tensión crece, muestra su rostro la xenofobia y la amenaza de violencia aumenta a cada minuto. Entre otras cosas, los más educados franceses arguyen que lo que quiere pagar la compañía es casi un robo de tierra, es muy poco y no da para nada, pero los gallegos del lugar no ven otra salida para su miseria y ven la venta como la única posibilidad de mejorar sus vidas.

Narrado a la manera de un thriller, el filme es bastante convencional y la trama no ofrece nada novedoso. Resulta lenta y predecible. Lo interesante es el tema que plantea entre líneas. Esa lucha casi animal por la supervivencia. Sin tomar partido aparentemente nos muestra ese conflicto entre el progreso, el progresismo, las buenas conciencias y el desdichado pobre que no sabe cómo salir de su miseria. Es un conflicto muy válido sobre quien tiene más derecho a vivir de su tierra. No escapa, por supuesto, la crítica politiquera barata a los grandes monopolios.

Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981), ganó múltiples premios Goya, entre ellos el de mejor director, en 2019 por El reino, un filme comercial, bien hecho, pero sin nada descollante, en el cual arremetía contra la corrupción corporativa de manera bastante pedestre. Ahora con Las bestias, ha vuelto a arrasar con dichos premios. Este es un filme de cierto modo muy superior al anterior. En este caso, su crítica es más sutil y está mejor presentada. Se cuida mucho de no parcializarse en el conflicto que presenta y no ofrece soluciones, solamente cuestiona.

El guion a veces toma meandros que no llevan a ninguna parte, pero por lo general es sólido y está cuidadosamente elaborado. La narrativa se vuelve lenta, pero creo que está hecho a propósito, porque trata de humanizar a todos los personajes y evita el maniqueísmo en el que a ratos parece que va a caer. Hay momentos de gran tensión que llegan a incomodar intencionadamente. Pero nunca abandona la línea narrativa convencional.

Luis Zahera (Sky Rojo, Xtreme, Canallas) ha hecho una carrera como el gallego malvado y violento. Es un gran actor que se ha convertido en un estereotipo. Aquí sigue mostrando sus mañas de gallego malo, pero el personaje recibe visos de humanidad, es un hombre amargado por su pobreza, atrapado en su ignorancia, pero capaz de cualquier cosa por lograr lo que piensa se merece.

Lo actores franceses Marina Fois (Polisse)y Denis Ménochet (Peter von Kant), dan actuaciones excelentes, con gestos comedidos, como la paciente pareja que lo ha dejado todo para lograr sus sueños. Tratan de mantener el equilibrio en un mundo en el cual rige el impulso y la ignorancia.

La fotografía de Alejandro de Pablo (El reino, La piel que habito), es muy buena. Se las arregla para mostrar la belleza natural del lugar a la vez que muestra su intrínseca tragedia. Convierte al entorno en un personaje importante del filme, una presencia que encanta a la vez que amenaza.

Hablada casi toda en gallego, presenta otro contrapunto entre los franceses y los aldeanos, pues los primeros solamente hablan español para poder comunicarse con los otros, algo que también molesta a los aldeanos.

Las bestias es un filme interesante, que se queda un poco corto en sus pretensiones, pero que enfrenta al espectador ante temas que dan para pensar una vez terminada la cinta.

Las bestias (España/Francia, 2022). Dirección: Rodrigo Sorogoyen. Guion: Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña. Dirección de fotografía: Alejandro de Pablo. Con: Luis Zahera, Denis Ménochet y Marina Fois. Se estrena próximamente en ciudades selectas de Estados Unidos. Disponible en algunos sitios de la red.

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