Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Música

Timba cubana y salsa neoyorkina en el DF

El reencuentro con México de dos figuras emblemáticas de la música afrocaribeña a nivel internacional

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El timbero cubano Issac Delgado —el chévere de la salsa—, y el fundador de la Fania All Stars, Adalberto Santiago, pusieron a bailar al DF, el sábado 28 de mayo pasado, a golpe de salsa clásica y retumbos timberos de La Habana. Celebración de 5 años del popular programa radial mexicano: Salsa Jazzeando conducido por Deborah Holtz; pero, más que todo el reencuentro con México de dos figuras emblemáticas de la música afrocaribeña a nivel internacional.

“Hace 8 años que no venía a México. Interpretaré un programa, suerte de un resumen de mis 28 años de carrera musical, y daré una probadita de algunas piezas de mi nuevo álbum que estará listo a principios del año 2012”, comenta el intérprete de “Qué te pasa loco”, Issac delgado. “La salsa y México tienen una relación amorosa de años. Mucho le debo a los sonideros, quienes divulgan mi música en los barrios populares. Vengo con todo”, expresa el salsero portorriqueño de 74 años, Adalberto Santiago, minutos antes de subirse a la tarima.

Dos estilos. Dos maneras de abordar la música afrocaribeña. Dos tonalidades que se complementan en las improntas rítmicas heredadas de África. Adalberto Santiago, experimentado y versátil, abrió el espectáculo y recreó los grandes momentos de la Típica 73 y la Fania. Issac Delgado —legatario de las cadencias de Benny Moré, Miguelito Valdés, Rolando La Serie, Raúl Planas, Miguelito Cuní y Roberto Faz—, tomó la batuta en la segunda parte y desbordó —en casi dos horas— sandunga en planteamientos armónicos/rítmicos de gran novedad.

Sin duda, noche histórica en los anales de la salsa en la capital del país azteca. Dos estrellas: un cubano que lo mismo hace jazz, son cubano, guaracha y timba; y un puertorriqueño de la estirpe de la Fania de Pacheco en aquellos años dorados de Nueva York y San Juan.

“La sandunguita”, “Necesito una amiga”, Qué te pasa loco”, “Qué ganas”, “En primera plana”, “Paquito va”, “La mujer que más te duele”, “La campaña”, “De 2 a 3”, “No vale la pena” y “Tumbaito” fueron coreados por exigentes bailadores mexicanos y cubanos que en mayoría, asistieron al recién remozado centro de espectáculo Premier al norte de la ciudad capital mexicana. “Interesante la respuesta de los bailadores. Ejecuté números viejos y nuevos y me llamó la atención la recepción del público. Yo cerré el baile, la gente ya estaba caliente por la actuación de Adalberto, pero rápido entraron en sintonía con la propuesta nuestra que no es propiamente salsera”, comenta el intérprete de “La Formula”, después de concluido el baile. El cantante, que comenzó su carrera con NG La Banda/José Luis Cortés hace más de 20 años, se muestra complacido del viaje realizado a México.

La gente preparó botines, ensayó pasos y rutinas de la rueda de casino. Adalberto Santiago y su imprescindible “Aguacero no me moja”, en trazas del conguero Ray Barreto, y grata reminiscencia de la salsa clásica de los 70, llenó de nostalgia el ambiente. Issac Delgado confirmó que la timba habanera no es música chabacana y vulgar: el buen gusto de las composiciones, arreglos orquestales modernos y textos de espontáneo lirismo convencieron a los exigentes bailadores (mexicanos, cubanos, colombianos, norteamericanos, portorriqueños, franceses, ingleses, noruegos, holandeses, venezolanos, dominicanos…): mejunje etnográfico en pos de los ritmos afrocaribeños.

La salsa es un aluvión de ritmos que enaltece los corazones; la timba, enjundia de funk, changüí, son cubano y songo que hace bailar al más tieso de los mortales. El sábado fuimos testigos de un acontecimiento único. La noche entró como si nada, a la madrugada del domingo. “Como se toca se baila…”, gritaba un grupo de mexicanos, en una conga santiaguera improvisada a la salida del salón. Cuba, Puerto Rico y México: protagonistas de fraternidades rítmicas.

“Que se repita esto”, decía una muchacha que salía descalza, sudada y satisfecha de lo que ha sido, según me dijo, “el mejor bailongo de mi vida”.


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