Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Béisbol: Clásico Mundial

Un drama sin final

El congresista Díaz-Balart pide al Comisionado de las Mayores que un equipo de jugadores exiliados represente a la Isla.

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Finalmente Cuba aceptó participar de manera oficial en el Clásico Mundial de Béisbol, pero muchos consideran que de aquí a marzo podrían suceder muchas cosas que harían cambiar de opinión al régimen de Fidel Castro: visas que supuestamente no llegaron a tiempo, negativa a asistir porque Liván Hernández lanzará por Puerto Rico, en fin… cualquier cosa.

Por lo pronto, las Grandes Ligas recibieron una carta que no viene precisamente de La Habana en torno a este polémico evento.

El congresista Lincoln Díaz-Balart pidió ayer al Comisionado de las Ligas Mayores, Bud Selig, que retire su invitación al gobierno cubano y que, en cambio, le permita a un equipo compuesto de jugadores exiliados que represente a la Isla en la cita del orbe.

"El béisbol de Grandes Ligas debe apoyar el derecho de los jugadores a competir en representación de sus países de origen, y no en representación de tiranías que oprimen a sus países de origen", explica Díaz-Balart en su misiva.

La carta del congresista es el último acto de un drama al cual todavía no se le ve final y que comenzará el 3 de marzo de 2006, si es que finalmente las autoridades cubanas deciden que el equipo de la Isla asista a la fase clasificatoria en Puerto Rico.

En Cuba, cuya selección nacional ostenta los títulos olímpico y mundial, el gobierno desterró el béisbol profesional a principios de la década de los años sesenta y considera traidores a quienes intentan el sueño de las Grandes Ligas.

En opinión de Díaz-Balart, los jugadores cubanos que militan en los distintos estratos de la pelota profesional son los verdaderos guardianes de una tradición beisbolera que hinca sus raíces en más de un siglo.

"Según tengo entendido, durante la temporada del 2005, había 22 cubanos o cubanoamericanos en los equipos de Grandes Ligas y 62 en las Ligas Menores", afirmó el congresista republicano. "Ciertamente, estos muchachos pueden formar un equipo para competir en representación de su país de origen".

"Estoy seguro que muchos de estos jugadores se sentirían honrados de representar a Cuba, y no a los verdugos del pueblo de Cuba en el Clásico Mundial", agregó Díaz-Balart.

En buenas manos

Aunque es poco probable que esta iniciativa surta efecto en las Grandes Ligas, varios jugadores consideran esta carta un primer paso para tomar en consideración a quienes se encuentran en un limbo deportivo de cara al torneo.

"Ojalá le hagan caso, porque los peloteros cubanos del exilio no tenemos respaldo ninguno", expresó el lanzador Eddy Oropeza. "Sería magnífico que las Grandes Ligas nos dejasen formar un equipo. No conozco a nadie que no quisiera estar en ese equipo".

En principio, la Oficina del Comisionado se aferraría a la invitación al equipo de Cuba, pues tiene interés en reunir a todas las naciones tradicionalmente fuertes en la disciplina en este clásico que se celebrará por primera vez.

Pero una negativa de las autoridades cubanas de última hora, o cualquier otro problema burocrático, podría abrir las puertas a la constitución de una escuadra con jugadores cubanos residentes en Estados Unidos.

"Eso sería lo más hermoso que podría sucedernos a los cubanos del exilio", indicó Juan Iglesias, agente de varios jugadores, entre ellos Liván Hernández y Alex Sánchez. "Un equipo de peloteros cubanos de Grandes Ligas recibiría un apoyo incondicional. Significaría que nuestra bandera estaría en buenas manos. Sería un triunfo ya, antes de que se lanzara la primera bola".