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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Venezuela

A las puertas de la reelección

De cara al 3 de diciembre, Hugo Chávez lidera las encuestas de intención de voto pero teme un repunte de Manuel Rosales.

A unas dos semanas de las elecciones presidenciales en Venezuela se nota cierto nerviosismo entre los seguidores de Hugo Chávez, a pesar de que las encuestas le dan una ventaja de entre el 15 y el 20 por ciento sobre su adversario, el gobernador de Zulia, Manuel Rosales.

Chávez trata de combinar el chantaje abierto contra los empleados públicos, con la zanahoria de ofrecerles por adelantado el pago del aguinaldo de las fiestas navideñas, que normalmente se recibe en el mes de diciembre.

Chávez aparece como favorito a la reelección, incluso con el desgaste de ocho años en el poder, mientras el opositor Rosales apela a millones de indecisos para acortar distancia y modificar el mapa político. Rosales, de 52 años —la misma edad que Chávez—, sacó en tres meses a la oposición de la desmoralización en que la dejó el boicot de los comicios legislativos de diciembre, cuando entregó todo el poder legislativo al oficialismo, y el abstencionismo marcó un 75 por ciento.

Ocho meses después, en un engorroso proceso, el gobernador reelecto del estado de Zulia logró un acuerdo para una candidatura unificada y movilizó a multitudes opositoras, lo que hizo recordar los momentos más álgidos de 2002.

El pasado 4 de noviembre, el candidato presidencial opositor recorrió Caracas en una multitudinaria "Caminata por los 26 millones (de venezolanos)", la cual inundó las principales avenidas de la ciudad en un ambiente colorido y festivo. Las movilizaciones se han repetido en otras grandes ciudades, lo que evidentemente ha preocupado a los chavistas, que se consideraban dueños absolutos de las calles venezolanas.

A diferencia de otros países, en Venezuela no existe la posibilidad de una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados. Simplemente es proclamado presidente quien gane en una única ronda y por cualquier porcentaje y diferencia. Chávez tiene en sus manos todos los resortes del poder y controla el Consejo Nacional Electoral (CNE), por lo que no se deben tener grandes expectativas acerca de un triunfo electoral de Rosales.

Tesitura de los tiempos que vienen

La analista política venezolana Argelia Ríos estima que las elecciones del 3 de diciembre constituyen una oportunidad para reclamar decoro a los actuales administradores del poder, cuyo comportamiento en la campaña anuncia la tesitura de los tiempos que vienen, independientemente del resultado de la contienda. Por eso, parece claro que lo que estamos presenciando es un peligroso torneo del que difícilmente emergerá una luz estabilizadora.

A juzgar por la evolución de los hechos, en el país se baten dos vertientes con percepciones opuestas, que no pueden expresarse a través de las encuestas. Una parte del electorado, agrega Ríos, sigue y cree con firmeza los dígitos y proyecciones de estas empresas. Otra, en cambio, los desconoce por completo, al amparo del grueso sentimiento de sospecha que ha venido anidándose entre los ciudadanos, a causa de su propio desamparo. La Venezuela descreída de hoy es consecuencia de las mutaciones ocurridas en sus viejas élites, que no disimulan la búsqueda afanosa de su tajada petrolera.

Chávez ha explotado al máximo esta desconfianza de los venezolanos hacia los partidos tradicionales, lastrados por grandes escándalos de corrupción.

"El presidente y candidato a la reelección de Venezuela, Hugo Chávez, muy probablemente ganará las elecciones del próximo 3 de diciembre, pero luego deberá desactivar una bomba de tiempo de sectores populares descontentos con su gobierno". Así lo vaticinó el director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schémel, al presentar el pasado 9 de noviembre en la Asociación de la Prensa Extranjera los resultados de sus últimos sondeos, que coinciden con la mayoría de los difundidos en los últimos días: sitúan en al menos 15 puntos porcentuales la ventaja del ex coronel golpista.

"El presidente está muy amenazado; triunfante, pero amenazado (...) dado el gran descontento por el incumplimiento de promesas", aunque la mayoría de los seguidores de Chávez, dijo, "le disculpan sus errores" y responsabilizan "a su entorno".

Schémel añadió que la "grieta profunda en el liderazgo del presidente" se evidencia en la inseguridad ciudadana, que la mayoría señala como el principal problema del país, por encima del desempleo (54%) y la vivienda (19%).

Las presiones chavistas

Una de las pruebas presentadas por la oposición de las coacciones que ejerce el Ejecutivo sobre los trabajadores fue un vídeo en que aparece el ministro de Energía y presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez.

En el mismo, Ramírez asegura a los petroleros: "nuestra PDVSA es roja (el color del partido de Chávez), rojita, de arriba a abajo", y advierte que "a ningún gerente (...) a nadie que esté en la nueva PDVSA le quede una pizca de duda que la nueva PDVSA está con el presidente Chávez".

Tras la denuncia opositora, Chávez respaldó la actitud del presidente de PDVSA y le pidió repetir su discurso a todos los niveles de la neurálgica industria petrolera de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo.

"¿Qué PDVSA es revolucionaria? Claro que es revolucionaria PDVSA, revolucionarios pues, aquí hay una revolución, ¿qué pretenden ellos (la oposición)?", declaró Chávez. La advertencia, convertida en amenaza, va dirigida contra todos los empleados del Estado venezolano, obligados a comulgar con los ideales revolucionarios.

El comentarista político venezolano Manuel Felipe Sierra ha advertido que en las actuales circunstancias una candidatura tendría que asumir el reto de movilizar el país en términos sociales y no estrictamente electorales.

"Una candidatura que luche para que nuevamente el voto elija y no sirva, como ocurriría hoy, para darle nueva legitimidad y prolongar la autocracia; una candidatura que más allá de las promesas incorpore como elementos esenciales del discurso el rescate de la soberanía entregada al régimen de Fidel Castro; el rechazo a una política exterior que asocia a Venezuela al eje del terrorismo mundial; que se comprometa a desmontar el andamiaje institucional que ha permitido a Chávez el control de todos los poderes; que ofrezca el rescate de PDVSA, ahora convertida en un fondo de asistencia social manirroto y corrupto; que garantice la libertad de los presos políticos y el regreso de los miles de compatriotas en el destierro; que no tenga miedo en anunciar medidas contra los culpables de la monstruosa corrupción que asfixia al oficialismo; entre otras cosas, seguramente activaría la protesta popular".

Hay que reconocer que Rosales ha sido coherente con esa estrategia, y en su discurso político ha denunciado en innumerables ocasiones que Chávez dilapida los fondos obtenidos con la venta de petróleo para ayudar a su mentor, Fidel Castro, o apoyar a cualquier candidato que presente una supuesta alternativa "bolivariana" y populista.

Esta denuncia quizás rinda frutos para movilizar a los electores favorables al candidato de la oposición, que también ha aprendido de las lecciones de otros comicios anteriores. El comando de campaña de Manuel Rosales está preparado para "enfrentar democráticamente las tácticas dilatorias que el oficialismo intentará poner en marcha el 3 de diciembre", con el propósito de retardar el acto de votación, aseguró Eliseo Fermín, jefe de asuntos electorales.

Explicó que en anteriores elecciones, incluso en el referéndum revocatorio, el gobierno asaltó comandos de la oposición y puso en marcha una serie de estrategias para impedir y retardar la votación, principalmente en los centros donde hay mayor concentración de opositores. "Ellos han aplicado la operación morrocoy, es decir, le dicen a la persona que no aparece en el listado de las captahuellas o que hay un problema con el sistema, como excusa para consumir tiempo", apuntó el vocero opositor.

Apoyo europeo

Otro de los elementos de intimidación que utiliza Chávez son los llamados "círculos bolivarianos", especialistas en asaltos contra las oficinas de la oposición. Recientemente, cuando estuvieron en Caracas, miembros del Partido Popular Europeo fueron "atacados" con frutas y piedras por mostrar su apoyo a Rosales. Según Gustavo de Arístegui, portavoz de Asuntos Exteriores del PP de España, el ambiente en Caracas es de "coacción y amenaza" contra todo el que se oponga al gobierno.

Al regresar de esta visita, Arístegui instó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a apoyar públicamente al socialdemócrata venezolano Manuel Rosales. Arístegui se mostró "profundamente preocupado por el futuro democrático y por las libertades" en ese país y consideró que el PSOE tiene que explicar su "complacencia inexplicable" con el régimen chavista.

El portavoz popular destacó que Rosales ha conseguido reunir a una treintena de partidos de la oposición a Chávez, entre ellos uno perteneciente a la Internacional Socialista, en la que también participa el PSOE, e instó a esa formación a apoyarle ante la "deriva totalitaria" que vive el país.

El pasado 6 de noviembre, en Caracas, el eurodiputado español Jaime Mayor Oreja declaró que el Partido Popular Europeo (PPE) está "preocupado" por la democracia venezolana y trabajará para que la Unión Europea envíe una misión que observe de la forma "más profunda e intensa posible" las elecciones presidenciales.

"Creemos que la Unión Europea (UE) debe estar especialmente presente en un momento en que nuestra preocupación es muy importante, por lo que puede significar la defensa de la democracia y de la libertad para el presente y futuro de Venezuela, y de un continente como el americano", dijo Mayor Oreja a los periodistas en Caracas.

Oreja, vicepresidente del Grupo Popular Europeo, resaltó que la Unión Europea debe observar los comicios presidenciales porque la "oposición democrática" venezolana "tomó la sabia decisión de participar" con un candidato unitario. Expresó que al PPE le "preocupan muchas cosas que están pasando" en el país, entre ellas que Chávez diga "que va a ser presidente hasta el 2021", o que "la Fuerza Armada Nacional es roja, rojilla", el color del partido oficialista Movimiento Quinta República (MVR).

La UE debe tomar en serio la advertencia de Chávez.

© cubaencuentro

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