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Actualizado: 15/05/2024 1:03

Ecuador

Los polos del populismo

Casi diez millones de ecuatorianos elegirán presidente este domingo, entre Álvaro Noboa y Rafael Correa.

Este domingo se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, en medio de un ambiente de incertidumbre política alimentado por la prohibición legal de difundir encuestas. Están convocados para ir a las urnas 9,1 millones de ecuatorianos, con el fin de designar al sucesor de Alfredo Palacio a partir del 15 de enero de 2007.

La imposibilidad legal de revelar sondeos de opinión ha sido superada por los avances tecnológicos en los sistemas de comunicación, y diversas encuestas han trascendido por medio de correos electrónicos, lo que ha generado gran incertidumbre al favorecer, indistintamente, a los dos candidatos.

En otras encuestas, en cambio, están igualados el multimillonario empresario Álvaro Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), y el economista Rafael Correa, del movimiento Alianza País.

Algo de cierto debe existir en este eventual final muy reñido, cuando el diario cubano oficialista Granma se muestra cauteloso y no canta victoria anticipada para el populista de izquierda Correa, públicamente apoyado por el mandatario venezolano Hugo Chávez.

En su edición del pasado 18 de noviembre, el Órgano del Comité Central del Partido Comunista de Cuba dejaba constancia de que "encuestas de última hora vaticinan una cerrada disputa en la segunda ronda de los comicios ecuatorianos del 26 de noviembre, debido a un anunciado empate técnico entre los candidatos Álvaro Noboa y Rafael Correa. Según los resultados de CEDATOS, Noboa acapara el 52% de la preferencia electoral frente al 48% de Correa, pero el margen de error de este estudio alcanza el 4%, lo cual indica un empate técnico".

El invitado incómodo

El presidente venezolano Hugo Chávez se ha convertido en un invitado incómodo en la campaña electoral de Ecuador, donde casi no hubo un día en que su nombre, por una u otra razón, no fuera mencionado. Todo comenzó hace meses, antes de que arrancase la campaña electoral, cuando Correa se reunió con Chávez en Venezuela e, incluso, durmió en la casa de sus padres.

El pasado 7 de noviembre, en plena campaña electoral ecuatoriana, el presidente Chávez, sin dar nombres pero aludiendo a Noboa, dijo en un acto público que éste es "el hombre más rico de Ecuador, el rey de las bananeras, que explota a los trabajadores, que explota a los niños y los pone a trabajar, no les paga prestaciones".

Asimismo, Chávez dejó la duda en cuanto a la limpieza del proceso electoral en Ecuador, al anotar que Noboa, postulado por el PRIAN, era cuarto en las encuestas y, "de repente, aparece en primer lugar en primera vuelta".

Las expresiones de Chávez obligaron al canciller ecuatoriano, Francisco Carrión, a convocar a su despacho al embajador de Venezuela en Quito, Oscar Navas, para protestar por la "injerencia", pero descartó que la situación haya afectado las relaciones entre ambos países.

Unos días después, Correa calificó de "inoportunas" las declaraciones del mandatario venezolano.

Lógicamente, Noboa no ha perdido la oportunidad de advertir a los ecuatorianos de que la elección de Correa significaría el tutelaje de Chávez y la aplicación en Ecuador de la política del "socialismo del siglo XXI", que preconiza el vecino venezolano. Noboa también pondera la amistad de Chávez con Fidel Castro, alerta a sus compatriotas sobre la condición de vida de los cubanos y advierte que si llega al gobierno no mantendrá relaciones políticas con Caracas y La Habana.

"Quiero que Ecuador no caiga en manos de Correa, quien es sólo un títere de Chávez y Fidel Castro", dijo recientemente Noboa.

En las últimas semanas, Chávez adoptó una política más discreta. El analista ecuatoriano Mario Monteverde advirtió que, conocedor del daño que hizo a Ollanta Humala —y a otros presidenciables de América Latina— con su "mala presencia, lengua larga e ideología comunista, el chad venezolano está callado, calladísimo. Y peor, después de la declaración que hizo en días pasados, y que logró que la sonrisa de Correa se convirtiera en mueca".

Recuerdos de Correa

En el actual gobierno, Correa fue durante 106 días ministro de Economía, una experiencia considerada "traumática" por varios comentaristas ecuatorianos de ese sector. En mayo de 2005, Correa planteó la reforma al Fondo de Estabilización, Inversión y Reducción del Endeudamiento Público (Feirep), que buscaba acumular 700 millones de dólares, de los cuales el 70% estaba destinado a la recompra de deuda.

El Ejecutivo se apropió de la idea y envió un proyecto para incluir ese dinero en el presupuesto estatal. El Congreso lo aprobó. La respuesta fue inmediata: en junio de ese mismo año, Standard & Poor's bajó la calificación de la deuda ecuatoriana de B- a CCC+, la peor nota de la región, atribuyendo su decisión a la debilidad institucional del país y al riesgo de una moratoria. El Banco Mundial (BM) retuvo un crédito por 100 millones de dólares, pese a que había sido aprobado en abril de 2004 por su Directorio.

Correa ha prometido durante la campaña electoral "villas y castillos", como dice el viejo refrán, pero lo cierto es que Noboa no se ha quedado atrás en utilizar el populismo como arma de campaña, lo que hace difícil para los ecuatorianos escoger entre uno y otro.

El partido de Correa no presenta candidatos para el poder legislativo, porque su propósito es "refundar el país" (concepto que Chávez puso de moda y ahora copia su alumno Evo Morales). O sea, la prioridad sería una Asamblea Constituyente, para cambiarlo todo.

A propósito de estos eventuales cambios, el analista ecuatoriano Carlos de la Torre advierte:

"Correa ha tenido una actitud instrumental ante la democracia. Por ejemplo, en nombre de la mítica asamblea no ha dado respuestas claras sobre quiénes podrán ser elegidos representantes y qué hará en caso de que las instituciones del Estado, como el Congreso y el Tribunal Supremo, se opongan a su plan. Su respuesta es que la presión del 'soberano' desde las calles nos llevará a la constituyente y que se limitará el rol de los partidos y se utilizarán mecanismos cooperativistas camuflados en la quimera de que las organizaciones de la sociedad civil serán quienes elijan a los representantes. La Corte Suprema, el Congreso y todas las instituciones serán transformadas por esta asamblea, donde, según parece, no habrá garantías para la oposición. Correa también debe aclarar cuál es su posición frente a los medios de comunicación. Si busca crear medios estatales, ¿qué garantías dará a los medios privados, habrá censura?".

Álvaro Noboa Pontón, con aires mesiánicos, carga sobre sus hombros el pecado original de ser empresario, político y poseedor de una de las mayores fortunas de Ecuador y que por tercera vez consecutiva intenta conseguir la presidencia de su país. Estos factores hacen pensar a algunos analistas ecuatorianos que Noboa podría gobernar a favor de sus propios intereses, o de los círculos más poderosos del país.

Sin duda alguna, no resultará tarea fácil decidir entre los dos candidatos.

© cubaencuentro

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