Analistas políticos advirtieron a mediados de este año que la nueva oposición venezolana saldría de las formaciones que apoyaron al mandatario en las elecciones presidenciales de diciembre de 2006. Las opiniones disidentes sobre la conformación de una organización única de gobierno, el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), apuntaban en esa dirección.

En esta oportunidad, las diferencias expresadas por el Movimiento por la Democracia Social (Podemos) sobre el proyecto de reforma a la Carta Magna, han sido el motivo de una nueva división en el seno del oficialismo. A principios del mes de septiembre, el jefe de Estado venezolano les advirtió: "Déjense de tonterías y díganlo de una vez: ustedes están en mi contra".

Y es que los dirigentes de la izquierda moderada salvaron su voto cuando se fijó el cronograma para la discusión del texto que fue presentado ante el parlamento y, más tarde, durante la segunda discusión del proyecto de modificación al texto fundamental, expresando diferencias acerca de la geometría del poder que se plantea en la nueva Constitución, además de los apartados dedicados a las reservas internacionales y el Banco Central, entre otros.

El diputado de Podemos, Ismael García, ha insistido en que "el poder reside en el pueblo y no en el Estado, el gobierno o sus funcionarios". El artículo 16 de la propuesta da potestad al poder nacional de designar a las autoridades de los nuevos territorios, provincias, municipios y ciudades federales, sin elección popular.

A propósito de la propiedad privada, García ha sido más crítico aún: "Si bien el concepto de propiedad implica el uso, consumo, disfrute y disposición del bien, nos preguntamos por qué no se deja mención expresa en el artículo 115", tal y como figura en la Constitución actual.

Ricardo Gutiérrez, parlamentario de la misma organización, ha sugerido incluso la convocatoria a una Asamblea Constituyente, tomando en cuenta que se tocan aspectos fundamentales de la Carta Magna vigente.

En respuesta a estas y otras críticas, el canciller Nicolás Maduro ha salido al paso recomendando a los dirigentes de Podemos verse en el espejo de otros que apoyaron al presidente Chávez y luego pasaron a las filas de la oposición. A Ismael García le sugirió "verse en la cara de (Luis) Miquelena, (Ernesto) Alvarenga, (Leopoldo) Puchi, (Pablo) Medina, porque ha tomado el mismo camino".

Objeciones en privado

Las otras organizaciones que acompañaron al mandatario venezolano en los comicios presidenciales de 2006, se han visto en el espejo de Podemos y han decidido presentar en privado sus objeciones sobre la reforma.

Dirigentes del Patria para Todos (PPT) anunciaron que enviarían una carta al jefe del ejecutivo, para expresarle sus observaciones y opiniones. Gustavo Ladino, diputado por esta formación, consideró preocupante que los "revolucionarios" ventilaran sus diferencias a través de los medios de comunicación.

Desde el Partido Comunista de Venezuela (PCV) hicieron lo propio, también anunciando la remisión de un documento al Palacio de Miraflores, con aportes, observaciones y recomendaciones sobre las modificaciones propuestas al texto fundamental. Para Oscar Figuera, secretario general de la organización comunista, "no es una Constitución socialista, pero sí una reforma que crea las condiciones para alcanzar el socialismo".

La actitud asumida por los seguidores del presidente Chávez que todavía se debaten sobre su participación en el partido único de gobierno, el PSUV, ya fue calificada en su oportunidad por el politólogo Ricardo Sucre Heredia, como parte de un planteamiento leninista, en una estructura que tiene como centro Miraflores (sede del ejecutivo).

Habrá que esperar a la campaña del referéndum aprobatorio, que será convocado posiblemente para el 2 de diciembre, para conocer la posición definitiva que asumirá Podemos, uno de los partidos que vienen acompañando al jefe del Estado desde su nacimiento, en el año 2002, y saber si decide apoyar la reforma o llamar a votar por el "no", con los más de 700.000 seguidores que acudieron a las presidenciales y que lo ubicaron como la cuarta organización política del país, tras el Movimiento Quinta República, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia.

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