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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Sudamérica

Pulso a Brasil

Hugo Chávez se queja de la 'apatía' del gigante sudamericano ante lo que considera proyectos clave para la integración.


En una demostración de arrogancia y desenfrenado populismo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dejó en su más reciente estancia en Brasil una estela de críticas y exigencias a las instituciones políticas locales. Estas últimas calificaron de insolentes las palabras del venezolano, quien estuvo en Manaos para una visita de trabajo con los presidentes Lula da Silva y Rafael Correa, de Ecuador.

El mandatario venezolano dijo que sentía pena y vergüenza por la demora y la apatía de los brasileños para la concreción de los proyectos de integración suramericana propuestos por él, fundamentalmente los relacionados con el Gasoducto y el Banco del Sur. Criticó casi con fiereza la no aprobación por parte de los congresos de Brasil y Paraguay de la entrada de Venezuela al Mercosur, asunto que le provocaba profunda decepción, según dijo.

Chávez afirmó en conferencia de prensa que "Venezuela ni se arrodillará ni implorará a nadie su entrada al Mercosur" y que, en caso de no ser aprobado el ingreso, su país, su gobierno, "continuaría trabajando en aras de la integración regional".

Visiblemente molesto, el mandatario indicó además que "por detrás" de los atrasos y desencuentros entre países del continente, estaba la mano del imperio, en referencia a Estados Unidos, y acusó a las instituciones políticas de Brasil de obrar según las exigencias del Congreso norteamericano.

Poco entusiasmo

Sobre el Gasoducto del Sur, un proyecto que llevará gas venezolano hasta Argentina, pasando por territorio brasileño, Chávez dijo que no le era posible entender la resistencia de ciertos sectores económicos de Brasil y admitió impedimentos burocráticos aún no superados entre ambos gobiernos.

Ni el Congreso ni el Senado brasileño, de mayorías opositoras, han dado luz verde a un proyecto que disminuirá de manera sustancial el nivel de exportaciones y de intercambios comerciales entre Brasil y los países del sur, especialmente con Argentina, Uruguay y Paraguay, en opinión de muchos expertos locales.

Las entidades del ejecutivo brasileño también se muestran poco entusiasmadas con la idea del Banco del Sur, al que Brasilia tendría que aportar cerca del 35% de los ingresos que se utilizarán para los programas de integración que Chávez plantea. Los dos mandatos del presidente Lula, pese a evidenciar talento para el mantenimiento de los niveles económicos del gigante sudamericano, han sobrecargado los gastos federales y ya comienza a preocupar el desenfreno económico en la actual coyuntura de la economía internacional.

No obstante, el presidente venezolano aseguró que la institución financiera comenzará a trabajar en noviembre próximo con la integración asegurada de los gobiernos de Ecuador, Argentina, Bolivia y Venezuela, por supuesto.

Para legitimar la urgencia que este órgano económico precisa, Chávez mostró como argumento las turbulencias financieras ocurridas en las últimas semanas en Estados Unidos y calificó al presidente Bush de "irresponsable", por provocarlas y ser incapaz de solucionarlas.

Viaje perdido

Más allá de sus declaraciones, el mandatario venezolano se fue de Manaos mucho más lejos de encontrar solución a las apatías mostradas hacia sus ideas y planes, no sólo por diversos sectores de la política brasileña, sino, incluso, por casi todos los segmentos sociales.

Sus encuentros más amistosos fueron con el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, y no con el presidente Lula, como era de esperar. El brasileño aprovechó su estancia en la capital del estado de Amazonas para lanzar programas sociales, especialmente para las poblaciones indígenas.

Manifestaciones contrarias a la presencia de Chávez en Manaos, en compañía del presidente brasileño (quien ha visto disminuir el apoyo social del que gozaba), se hicieron sentir en algunas de las avenidas de la ciudad.

De los acuerdos que debían firmarse, sólo unos pocos se concretaron; a tal punto que ambos mandatarios decidieron encontrarse el próximo mes en Venezuela para discutir en un clima menos hostil los asuntos y programas abordados.

Partidos de la oposición brasileña han catalogado de "dementes" las tentativas de Chávez de presionar a un país profundamente democrático como Brasil. Senadores de prestigio, incluso afiliados y representantes de partidos y movimientos de izquierda, calificaron de demagogas, populistas y arrogantes las declaraciones rrealizadas la última semana por Chávez.

Casi toda la prensa brasileña se hizo eco de esta impresión. Las palabras altisonantes y burlonas del presidente de Venezuela fueron respondidas con descrédito, desprecio y hasta con risas por muchos de quienes le ven como el próximo integrante de la lista de dictadores latinoamericanos.

© cubaencuentro

2 Comentarios


2 by Esto esta bueno para que lo lean los...... (Usuario no autenticado) 06/10/2007 21:00

IDIOTAS................. Tomado de un diario argentino y fue posteado en la internet hace un tiempo. Idiota no es cualquiera Sr. Director: Se necesita vocación y entrenamiento. Sea cual sea el empaque. Porque hay varias clases de idiotas: los invisibles y los que encandilan. Los inoloros y los que apestan. Los insípidos y los que empalagan. Hay idi..otas con toga e idi..otas con botas. Hay idiotas de reciente cosecha y los hay añejados. Hay idiotas por conveniencia y hay idiotas por convicción. Todo idiota, sin embargo, tiene su equipamiento básico: una serie de rasgos peculiares que lo definen y lo separan del resto de la especie. El idiota típico, por ejemplo, no distingue colores ni matices. Ve el mundo en blanco y negro. Alimenta su discurso con dicotomías. Pobres y ricos. Patriotas y lacayos del imperio. Buenos y malos. Capitalismo y socialismo. Bush y el otro. El idiota practica el autoengaño. Cree que maneja a los demás... y los demás lo usan. Lo ponen, verbigracia, a dar insultos a un gringo en tierra ajena, mientras el anfitrión voltea su estrabismo para desentenderse. O algún analfabeto presidente, embutido en un poncho, le organiza un acto de adulación para vaciarle la bolsa mientras habla. El idiota no sabe lo que dice. Usa la lengua pero no el cerebro. Le rinde culto a la consigna. Llama a formar 'uno, dos, tres Vietnam', sin recordar el sufrimiento que un solo Vietnam le causó al mundo. O grita a todo gañote 'Patria, socialismo o muerte', como opciones alternativas de futuro. Como una amenaza enarbolada a los cuatro vientos, que deja sin espacio a quienes creen en la humanidad, la libertad y la vida. El idiota no sabe sacar cuentas. Se mira en el espejo y grita '¡Somos dos!'. El idiota, en efecto, asocia a su país con tres países pobres y pequeños...y cree que el imperio está temblando. Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua se embarcaron en esa aventurilla que es ALBA. Unidos suman unos 50 millones de habitantes. La mitad de los que tiene México. La cuarta parte de los de Brasil. La sexta parte de la población del imperio. Bush no se ha dado ni cuenta de que el ALBA respira. El idiota no sabe que los demás lo ven. Persigue al hombre de su vida (sino existiera Bush lo inventaría) por toda América Latina, y luego dice que aquél lo anda buscando. Monta un show de bostezos y de insultos en un pequeño estadio de un barrio bonaerense y luego va a dormir en el Sheraton hotel. Prédica y conducta por distintos rumbos. El idiota no tiene identidad política. En Argentina se proclamó hijo de Bolívar, de San Martín, de Tupac Amaru, del Ché Guevara y de Perón. Cuando visita Cuba es hijo de Martí. En Nicaragua es hijo de Sandino. En Perú, de Velasco. En la China, de Mao. Esa mezcla de padres tan disímiles tal vez sea responsable del desorden ideológico que el pobre idiota carga entre verruga y ceja. El idiota prefiere lo parejo. Le tiene miedo a la diversidad. Por eso quiere un partido único donde todos complazcan sus caprichos. Y un pensamiento único que evite la comezón de la disidencia. Y un líder único y eterno, cuyo dedo decida el rumbo del país. El idiota no asume responsabilidades. La culpa es siempre de otro. Del neoliberalismo. Del imperialismo. De la oligarquía. De los medios de comunicación. De sus ministros, incluso. Es un experto en el arte de lavarse las manos. El idiota se cree grande porque hay otros idiotas que lo aplauden. El idiota se cree tigre de acero. El idiota no sabe que el acero también se derrite.

1 by De verdad que cada cosa que hace (Usuario no autenticado) 25/09/2007 12:00

o palabra que dice Evo Chávez es de verguenza ajena. Pero esto no es lo peor, sino el eco que encuentra entre los pobres. De alguna manera el metamensaje es justo -para las clases altas latinoamericanas- haber desatendido las necesidades de los pobres de sus paises y no haber tratado de desarrollar sus paises tiene esto como consecuencia. Ahora el drama será intentar sacárselo de encima.

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