Actualizado: 17/05/2024 12:58
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'El derecho de nacer' vuelve a la radio tras medio siglo de su estreno

La nueva versión es transmitida por Radio Angulo, la emisora provincial de Holguín.

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AFP/ La Habana. La más famosa radionovela de América Latina, El derecho de nacer, se está transmitiendo nuevamente en la Isla más de medio siglo después de su estreno, en el marco de la conmemoración este año del aniversario 30 de la muerte de su creador, Félix B. Caignet.

Periodista, poeta, músico y escritor radial, Caignet fue recordado el viernes en la Isla al cumplirse 114 años de su nacimiento en un cafetal en San Luis, Santiago de Cuba.

La nueva versión de El derecho de nacer es transmitida por Radio Angulo, la emisora provincial de Holguín.

Don Rafael del Junco, el famoso personaje cuya agonía silenciosa Caignet prolongó durante semanas en 1948, es conocido ahora por los jóvenes en la nueva transmisión de lunes a viernes que comienza a las 11:10 hora local y concluye media hora después.

"Está como Don Rafael del Junco" es una expresión popular que se aplica a las personas de prolongado mutismo, pero cuyo origen desconoce la mayoría de la población.

La primera versión de Caignet constó de 314 capítulos y se transmitió durante todo un año, y aunque históricamente no fue la primera en emitirse, fijó la estructura de un género que sobrevive en nuestros días, según los expertos.

Caignet tuvo la habilidad de mezclar "lágrimas, susurros y una felicidad siempre pospuesta" como elementos consustanciales del melodrama radial, dijo uno de sus estudiosos, el escritor Reynaldo González.

Pero aún más, esa estructura, que rápidamente saltó a Brasil, Colombia y a otros países de la región, fue tomada años después por la televisión para sus culebrones, por lo que Caignet es una especie de padre no reconocido de ese género de la telenovela, tan popular en la actualidad.

"Sin proponérselo fue este autor quien dejó como herencia, en primer término a los latinoamericanos, el llorar por los mismos personajes, hoy en Caracas, mañana en Río, luego en Bogotá, después en Buenos Aires, etcétera, algo así como una especie de integración lacrimal", dice Orlando Castellanos en su libro Palabras Grabadas.

El mismo Castellanos, periodista radial ya fallecido, logró entrevistar a Caignet cuando ya estaba jubilado en La Habana a los 80 años de edad, en 1972, cuatro años antes de su muerte, el 25 de mayo de 1976.

"Cuando llegué a Brasil, después o durante, no recuerdo bien, de la transmisión allí de El derecho de nacer, me encontré con que me esperaban miles de personas en al aeropuerto", contó Caignet en la entrevista.

"Lo mismo sucedió en Perú, en Argentina y en cada uno de los lugares donde se me recibió de una manera que jamás soñé", agregó.

Caignet se refirió a su obra y al calificativo "lacrimógeno" que le endilgó la crítica: "Me di cuenta de que mucha pobre gente que había nacido con el dolor y la miseria como un tatuaje en su alma y en su vida escuchaban mis novelas" y aprovechaban para llorar "su propio dolor", dijo.

A sus 80 años, el autor se definía como un hombre enamorado de los demás, apolítico, "muy cubano", que había tenido "mucho dinero, mansiones, éxito", que había viajado y también que había pasado "más hambre que un ratón de ferretería".