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¿Cuba se perdió en Guanabacoa?

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¿Cuba se perdió en Guanabacoa? Así se titula el último post del poeta Denis Fortún en su blog Fernandina de Jagua.

Se trata de una especie de respuesta a la propuesta adelantada por el pintor José Ramón Morales en su blog Cuba Española, y que ya comentamos aquí en la entrada Cuba, España y la solución anexionista. Recomiendo leer el artículo completo en Fernandina.

Sólo quería detenerme ante este párrafo, que nos remite a la muy discutida decisión de Pepe Antonio y la embrionaria sociedad cubana, quienes, con motivo de la toma de La Habana por los ingleses en 1762, decidieron apostar por un caballo que hoy muchos sostienen cojeaba de una pata, rechazando a los invasores:

“Pero no me vengan a decir que la Península Ibérica es la solución. ¡Por favor! Visto desde esa perspectiva, en todo caso el gran culpable es Pepe Antonio y su guerrilla. Y si me piden que vote entre posibles candidatos, de convertirse la anexión en única alternativa viable para el desarrollo social y político de Cuba –en lo que, reitero, no creo para nada y no me resulta serio, porque hemos de ser nosotros mismos quienes resolvamos nuestras miserias y problemas….-, pues me quedo definitivamente al amparo de la Comunidad Británica de Naciones. Que sin dudas los ingleses eran los tipos y en Guanabacoa se perdió a Cuba…”.

Diríase que aquellos vientos trajeron estos lodos. Vientos de Guanabacoa.



Cuba, España y la solución anexionista

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¿Ha cuajado realmente el fenómeno cubano -resulta crecientemente tentador llamarlo “fenómeno”- en nación? ¿Llegó a ser alguna vez Cuba una nación? El tema se ha llevado a debate en múltiples ocasiones, tanto como lo ha sido una posible anexión de la Isla a Estados Unidos.

En cambio, la figura de la anexión a España, luego de más de un siglo de “independencia nacional” –no cabe más alternativa que entrecomillar el concepto- ha sido mucho menos debatida. Incluso, a muchos les parecerá una broma de mal gusto. Sin embargo, el pintor y bloguero cubano José Ramón Morales se la toma muy en serio, como deberíamos tomárnosla todos, en su blog Cuba Española.

Escribe José Ramón Morales en su artículo Partido Autonómico Cubano, una opción de futuro:

“Se debe crear el Partido Autonómico Cubano con miras a una integración de Cuba al estado español. Sería como continuar una obra inconclusa que comenzó primero el 25 de noviembre de 1897, al equipararse las leyes reinantes en la España peninsular e islas españolas de Europa con las que existían en la isla. En enero de 1898 se crea un gobierno provisional autónomo, en abril de ese año se hacen las elecciones parlamentarias cubanas, en mayo se reúne el Parlamento Autónomo Cubano Definitivo y en diciembre España pierde a Cuba mediante la guerra hispanoamericana. El 1 de enero de 1899 se arriaba la bandera española y se izaba la norteamericana.

“Creo que este es un trabajo en conjunto con España, que tiene que estar de acuerdo con el reto. Han pasado muchos años y me imagino que habrá cierto temor por parte de la población española. Esto lleva un periodo de estudio y análisis.

“Para España, la unión equitativa con Cuba supone, además de ampliar su territorio, para nada extranjero, pues España fue quien la creó después que la isla fue un gran bosque por más de 400 años, un lugar con todos los ingredientes para desarrollarse muy rápidamente”.

Desde un punto de vista sociológico, y partiendo del presupuesto de que Cuba no ha conseguido cuajar como país independiente, la anexión a España podría llegar a constituir una alternativa razonable para el nacionalismo cubano. El punto (y apunto que, en lo personal, la opción que nos ocupa no me parece la idónea) es que, ya se sabe, los cubanos o “no llegamos o nos pasamos”. La racionalidad no es precisamente un rasgo distintivo de la cultura nacional.

¿Nacional? Mejor les recomiendo leer el artículo completo de José Ramón Morales directamente en su blog. Que lo disfruten.



Proposiciones indecentes

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Supongamos que de un día para otro, y es algo que definitivamente va a ocurrir de un día para otro, se impone la solución biológica y la vieja guardia castrista desaparece. Una nueva generación ocupa el poder en Cuba y desde el exilio le brota una propuesta de negociación a primera vista disparatada: Miami y su periferia –New Jersey, Madrid, Ciudad México, Estocolmo, Barcelona…- están dispuestas a oficializar los términos de una definitiva ruptura nacional.

Una ruptura asentada en intereses mutuos: el exilio, quienes en el exilio estén dispuestos a ello, ocuparían una ínfima parte del territorio cubano, instalando allí un sistema de economía de mercado regido por un Estado de Derecho. A cambio subsidiarían con impuestos a su contraparte totalitaria, garantizando, como ha dicho Primera Interrogante, “la subsistencia de la libreta de racionamiento y las pipas de cerveza aguada”.

Podría ser Isla de Pinos. O Guantánamo más otro cacho. O un tercio de Pinar del Río. O Artemisa y el puerto del Mariel. Cuba es un país de población anestesiada y cuerpos represivos largamente cultivados en el caldo de la impunidad. La población cubana es fácil de evacuar. En nombre de la revolución, abanderadas del nacionalismo y en la estela de la irresponsabilidad ciudadana, las elites insulares pueden darse el lujo de conseguir casi cualquier cosa. ¿No enviaron al continente africano, a matar y morir durante décadas, a decenas de miles de cubanos?

¿Y no hace ya medio siglo que una base “yanqui” en la Isla enturbia el discurso triunfalista del castrismo? Y sin embargo, ¿no han seguido estando las elites “orgullosas” de la “independencia nacional”? ¿Y por qué no habrían de estarlo en caso de que sean cubanos de distinto color ideológico quienes ocupen “la base”, reinventándose a sí misma, más un cacho?

La Cuba actual es un país parasitario. La nación misma, entre las cuatros paredes del enclave ultranacionalista, se ha vuelto limosnera. Si Chávez cae o los precios del petróleo caen todavía más, y Obama no impulsa un levantamiento de las restricciones a los créditos y las inversiones norteamericanas en la Isla, ¿quién va garantizarle a las elites los subsidios indispensables para mantener en stand by a la ciudadanía? ¿Rusia? ¿China? Podría garantizárselos, oficialmente, una segunda Cuba abastecedora, con cabeza de playa en territorio insular. Israel metido en el Medio Oriente cubano. El Muro, su derrumbe, a la vuelta de la esquina.

Teniendo en cuenta que, en líneas generales, las elites cubanas no pueden ser tomadas en serio –ni las de adentro ni las de afuera, ni las políticas ni las intelectuales-, ¿cuántas personalidades del exilio estarían listas para, a su vez, tomarse en serio una propuesta por el estilo de Las Dos Cubas? Una segunda Cuba, si mereciera ese nombre, debería estar dispuesta a hacer proposiciones indecentes.



Operación Retorno

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El fotógrafo Delio Regueral nos hace llegar una tentadora iniciativa, que ya recorre, en forma de rumor, las calles de Miami, así como varios blogs centrados en la temática cubana. Reproducimos el texto íntegro, que hemos subtitulado Operación Retorno:

“El Movimiento Retorno a Cuba (MRC) simplemente promueve el uso del derecho internacional de cualquier ciudadano del mundo a viajar libremente a su país de origen. Lo hace de un modo impositivo porque no pretende pedir permiso, y pacífico, porque su objetivo es recuperar el país, no terminar de perderlo.

“El llamado es a todos los cubanos del mundo para que el próximo 1ro de enero llegue a Cuba una oleada de exiliados que regresen para quedarse, y que pongan en práctica la famosa campaña de no cooperación, integrándose en la sociedad con todas sus consecuencias, buscando vivienda, trabajo y empezando de cero. El MRC propone como método de regreso el que con motivos turísticos o humanitarios o religiosos se ha venido usando por cincuenta años: viajes directos, por terceros países y por vía marítima. Es decir, se trata de los mismos mecanismos que hemos usado tanto para viajar a la isla como para salir de ella, con la ventaja de poder cambiar la balsa por el bote.

“Se calcula que un cinco por ciento de los exiliados (más de 50.000) volvería simultáneamente a la isla o llegaría días antes, como turistas navideños, el próximo 1ro enero. La oleada masiva, otros 500.000, se espera después de la caída de el régimen, en no más de quince días. Estos cálculos no son sacados de la nada, sino que forman parte de un estudio minucioso de la realidad económica, política y social por la que atraviesa lo que queda de Cuba. Ya están dadas las condiciones ideales para que un hecho como el que proponemos desemboque en una verdadera desobediencia popular a todos los niveles, desde las calles hasta los ministerios y el ejército.

“De más está decir que no descartamos actos violentos por parte de los órganos represivos, pero si una oleada de barcos frente a las costas de La Habana, sin dispersarse a lo largo de la isla, cubierta por los medios de comunicación del mundo entero, coincide ese día, sería más difícil para el gobierno recurrir a la violencia. Por otra parte, de haber dentro de la isla unos cuantos miles de exiliados llegados días antes, ellos también podrían hacer valer su presencia desde tierra.

“Imaginemos el panorama, la reconquista de la isla por su pueblo dentro de la isla, en una invasión pacífica de los exiliados regresando a su tierra”.

Tentadora la iniciativa, como decía al inicio, y todo un desafío para quienes desde el exilio han insistido, reiteradamente y sin que carezca de lógica su planteamiento, en que el problema cubano debe ser resuelto por el pueblo cubano.

A continuación, un artículo indirectamente relacionado con lo anterior. Se trata de otra “operación retorno”, un nueva ofensiva antiembargo desatada por la oficialidad cubana a raíz del paso de los huracanes Ike y Gustav:

Tras los huracanes, el embargo

un artículo de Armando Añel

La costumbre de responsabilizar al vecino de los problemas propios, o de trasladar hacia afuera los problemas de adentro, es tan antigua como la historia misma y no parece susceptible de remisión en un futuro cercano. Precisamente, el embargo estadounidense contra el régimen castrista, clavo ardiendo del que se agarran los simpatizantes del totalitarismo para justificar sus desmanes e incongruencias, engrosa, como referente, los anales de ese victimismo justificativo que ha frenado históricamente a la especie humana. La culpa invariablemente es del otro, del vecino, del “enemigo”. Del “imperialismo yanqui”.

Aunque en el caso de Cuba la ofensiva antiembargo tiene implicaciones adicionales. No sólo disimula la ineficacia del modelo comunista, sino que resulta medular en términos de conservación del poder. Es de sobra conocido el carácter parasitario del sistema cubano, el hecho de que sólo a través de subsidios consigue mantener la cerrazón política y económica que lo caracteriza. La subvención soviética apuntaló durante décadas la parálisis castrista, función que en la actualidad cumple el petróleo venezolano. En esta cuerda, el levantamiento de las sanciones norteamericanas regalaría al castrismo una nueva fuente de subsidios, pero, a diferencia de los chavistas –demasiado sujetos a vaivenes internos y externos-, de subsidios estables, duraderos.

El castrismo es improductivo, luego el castrismo es parasitario, luego el castrismo es dependiente (en su momento de la antigua Unión Soviética, más tarde de Venezuela y siempre de Estados Unidos). Así, tras el paso de los huracanes Gustav e Ike, una nueva ofensiva antiembargo está en marcha, expuesta en la aberración de condicionar las ayudas humanitarias ofrecidas por Estados Unidos al levantamiento de las sanciones. Como siempre, la intelectualidad oficialista, nucleada en torno a la UNEAC, ha salido al rescate de la clase gobernante, circulando una carta en la que alrededor de cinco mil firmantes exigen el cese del embargo. Si alguien dudaba de la absoluta falta de escrúpulos de la dirigencia castrista, esta jugada la retrata hasta la médula.

Y es que cuando el régimen ha carecido de subsidios, ha debido abrirse paulatinamente a la iniciativa ciudadana. Recuérdese la uniformidad social o la inexistencia de una disidencia pública durante los años dorados del neocolonialismo soviético. Recuérdese el Maleconazo y las tímidas medidas aperturistas de mediados de los años noventa, posteriores al subsidio este-europeo e inmediatamente anteriores a la subvención chavista. Recuérdese, en fin, el retroceso de esas mismas reformas tras la aparición de la ubre venezolana. De ahí que la vieja guardia vuelva una y otra vez sobre el levantamiento incondicional de las sanciones estadounidenses, mientras observa de reojo la inestable presidencia de Hugo Chávez.

Pero existe una lógica histórica inexorable. Un régimen que confiscó ilegítimamente las propiedades norteamericanas en Cuba, y se pasó al bando comunista en la Guerra Fría, y amenazó con misiles nucleares a Estados Unidos, y ejerció de rampa de lanzamiento del imperialismo soviético en el hemisferio, y ha acogido calurosamente a los prófugos de la justicia estadounidense, y ha presidido la retórica antinorteamericana durante medio siglo, no puede pretender que Washington, nada menos que Washington, le dé respiración asistida.

Un régimen que ha obligado a cerca del veinte por ciento de la población cubana a exilarse -calificándola de “mafia”, “escoria”, “vendepatria” y otras lindezas por el estilo-, no debería sorprenderse de que algunos de esos mismos exiliados, convertidos en políticos y funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, aboguen por el endurecimiento de las sanciones. Es como clavarse un cuchillo y esperar que no brote la sangre. Se cosecha lo que se siembra. Debería saberlo la vieja guardia reaccionaria.



Cierre: Carta abierta al presidente de Estados Unidos

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Sobre el mediodía de este martes, hora de Miami, Cuba Inglesa tiene previsto cerrar la recolección de firmas para el pedido de acción humanitaria, y con ello este post. Esta carta abierta tiene un recorrido relativamente limitado, y muy concreto: aspira a promover desde Estados Unidos, o con mucha suerte a propiciar, un movimiento de ayuda masiva a los damnificados en Cuba. Sobre todo -pues no es tiempo lo que les sobra ahora mismo a las víctimas de los huracanes-, de ayuda expedita, directa.

De ahí la economía del texto y el breve “rodaje”. El documento debe ser entregado personalmente al presidente George W. Bush, aunque también será enviado por los canales tradicionales.

Agradecemos enormemente a todos los firmantes, incluso a aquellos que sin haber contribuido con su firma han propiciado el debate en torno al pedido, lo cual –salvando los esporádicos exabruptos- siempre resulta enriquecedor.

En lo que a mí respecta, quiero ofrecer mis disculpas a los lectores de este blog si en algún momento puedo haber sonado excesivo, o no me he hecho entender. Si algo no soy es un activista. Pero el azar y la importancia del asunto jugaron su papel, y eso también hay que asumirlo.

Como decíamos en el post anterior, estamos convencidos de que no es momento de consideraciones políticas o partidistas, ni de regodearnos en detalles colaterales, sino de contribuir a que el pueblo cubano pueda recibir ayuda masiva, directa y efectiva, desde Estados Unidos. Y mientras más, y más rápido, mejor.

Pedido de acción humanitaria

Carta abierta al gobierno de los Estados Unidos tras el paso de los huracanes Gustav e Ike por Cuba

Honorable George W. Bush

Presidente de los Estados Unidos de América:

La situación de los damnificados en Cuba, tras el paso sucesivo de los huracanes Gustav e Ike, se ha hecho desesperada, y empeora por momentos. Nunca antes un acontecimiento meteorológico de esa magnitud se había ensañado con la población cubana. Teniendo en consideración el alcance de los daños, la hambruna y la desesperación que comienzan a adueñarse de los cubanos, y la incapacidad logística y política del régimen de los hermanos Castro para enfrentar la situación, pedimos a la administración que usted encabeza:

1- Que emprenda unilateralmente, o en conjunto con sus principales aliados, una acción humanitaria que garantice el arribo directo a Cuba de alimentos, insumos y medicinas. Dicha acción podría concretarse por mar o por aire.

2- Sería conveniente que dicha acción fuera respaldada por una campaña informativa que ponga en claro su propósito eminentemente humanitario. Dado que el régimen cubano se ha interpuesto reiteradamente entre el apoyo ofrecido por Washington y las víctimas en Cuba, y teniendo en cuenta que es el gobierno de Estados Unidos el más capacitado para hacer llegar a la Isla ayuda masiva, dicha campaña seguramente sería respaldada por todas aquellas personas genuinamente interesadas en evitarle más muerte y sufrimiento a los cubanos.

Firmas:

1- Armando de Armas

2- Luis Mario

3- Armando Añel

4- Luis de la Paz

5- Carlos Alberto Montaner

6- Denis Fortún

7- Emilio Ichikawa

8- Pablo Rodríguez Carvajal

9- Oscar Peña

10- Heriberto Hernández

11- Enrique Collazo

12- Juan. A. Granados

13- Arnaldo Yero

14- Joaquín P. Estrada

15- Roberto Soto

16- Joaquín Gálvez

17- Mercy Sanabria Cala

18- Silvia M. Méndez Rosado

19- Luis M. Casacó Valido

20- Esteban Cereijo

21- Arturo González Dorado (Desde Cuba)

22- Mickey Garrote

23- Raúl Estévez

24- Zoila Estévez

25- Roberto Lozano

26- Ivonne Martin

27- René Hernández

28- Vicky Ruiz-Labrit

29- Delio Regueral

30- Pablo Kleinman

31- Alejandro Fernández

32- José Bermúdez

33- Raisa Metauten

34- Manuel Vázquez Portal

35- José M. Betancourt

36- Augusto Gómez

37- Diorgis Luna

38- Luis M. Camejo

39- Ibrahim Bosch

40- Sara Pimentel

41- Nury Rodríguez

42- Luis García Fresquet

43- Leticia Margorit

44- Efrén Córdova

45- Aida Levitán

46- Rodrigo de la Luz

47- Isabel R. Martínez

48- Ramón González Rayo

49- Juliana E. Villaverde

50- Gustavo Villaverde

51- Ramiro O. Casañas

52- Armando Alvarez Bravo

53- Yusdelei Peña

54- Carlos Manuel Molina

55- Pedro Furré Cremata

56- Marta Salinas (Desde Cuba)

57- Juan A. Salinas (Desde Cuba)

58- Gonzalo Quevedo (Desde Cuba)

59- Daymis Sánchez

60- Alicia Cruz

61- Jorge Sánchez

62- Amanda de Armas

63- Andy de Armas

64- Yanelis Lozano

65- María de los Angeles García

66- Silvio Cárdenas

67- Mirtha de Armas

68- Rodrigo Zúñiga

69- Alberto García

70- Juan García

71- José de Armas

72- Julio Rasta

73- Rolando Lameira

74- Yolanda Millares

75- Ricardo Bofill Pages

76- José Luis López

77- Marcos Reinaldo Salazar

78- René M. Padrón

79- María Ordaz

80- Heriberto Leyva Rodríguez

81- Mayda Solano

82- Jacobo Machover

83- Nestor Herrera

84- Aurora Escobar

85- Albertina Paredes

86- Teresita Alvarez

87- César Méndez

88- Ofelia Santiago

89- Lilia Corujo

90- Enrique C. Herrera

91- Antonio Rubio

92- Ania Hernández

93- Gabriel Baldo

94- Heriberto Mora

95- Pedro Romanach

96- María Victoria Romanach

97- Aida Gálvez

98- Enrique del Risco

99- Lourdes Favia

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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