Actualizado: 02/05/2024 23:14
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Sociedad

Un falso primer lugar

Sin la existencia de fuentes independientes, ¿cómo los organismos internacionales pueden certificar los 'logros' cubanos en salud y nutrición?

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Alimentación: motivo de inquietud

En cuanto a la mencionada vanguardia continental en los índices de nutrición infantil, con independencia de los parámetros y referencias que se hayan utilizado para hacer la valoración y la ventaja que otorga al gobierno cubano el ya disminuido e insuficiente sistema de alimentación básica garantizada, el país exhibe deficiencias y retrocesos considerables que el control, la omisión o la manipulación de la información no pueden esconder.

La profunda crisis económica que el pueblo sufre desde principios de los años noventa, motivada por el derrumbe de los subsidios soviéticos, los efectos del control estatista de la producción, la distribución y el comercio, y la persistencia del gobierno en no liberalizar la economía, ha provocado la reducción galopante de la canasta básica, la permanente escasez de productos alimenticios y los inaccesibles precios que convierten la alimentación diaria de la familia en un permanente motivo de inquietud y preocupación.

No cabe duda de que es ciertamente encomiable que La Habana haya garantizado por tantos años diariamente la leche a los niños hasta los 7 años. No se sabe cuántos gobiernos en el mundo son capaces de ofrecer "tanto"; pero es tan inexplicable como absurda la persistencia en imponer un monopolio de la incapacidad que niega a la sociedad (entiéndase productores no estatales) el espacio y el respaldo que puede ayudar a cubrir las necesidades por tanto tiempo insatisfechas.

En Cuba se manifiesta una especie de determinación que parece decir al ciudadano: "o te lo doy yo, o no recibirás nada".

El hecho concreto es que La Habana ha logrado mantener ese control político y económico que tanto parece interesarle, pero no ha encontrado respuesta a la carencia y los altos precios de los más codiciados renglones alimentarios, ni solución al retraso productivo y el deplorable estado de la red estatal de establecimientos comerciales y gastronómicos.

Sin soluciones

A lo largo de los últimos tres lustros esta realidad ha generado serios y extendidos déficits y desequilibrios nutricionales, así como la considerable disminución del consumo per capita de proteína animal y calorías en general, lo cual ha provocado fenómenos de tanta gravedad como altos índices de amenaza y ocurrencia de aborto espontáneo, bajo peso al nacer, y la mengua de la talla y el peso del cubano promedio. Esto puede apreciarse en el somatotipo de los atletas de alto rendimiento o en la complexión física de los adolescentes y jóvenes.

Sin dar cuentas ni información, como casi siempre, hace pocos años las autoridades se vieron obligadas a realizar un profundo estudio sobre la condición física y nutricional de niños y adolescentes, que según trascendidos oficiosos arrojó resultados preocupantes, sobre todo en algunas regiones del país.

Las medidas de urgencia que el gobierno tomó al respecto, sin asumir responsabilidades ni promover las necesarias transformaciones estructurales, poco pueden aportar a la solución de un problema de graves repercusiones para el presente y el futuro de Cuba.

La propaganda oficial y las estadísticas frías pueden decir lo que deseen, pero ni las desfasadas y esquemáticas comparaciones de los organismos internacionales, ni la incontestable manipulación informativa de las autoridades cubanas pueden crear las condiciones sociales y económicas que garanticen la salud y el bienestar material y espiritual de los ciudadanos de hoy y mañana.


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