cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Historia

El papel de Cuba en el narcotráfico

Contrabando, juego y consumo de drogas en la Isla entre los años veinte del pasado siglo y comienzos de la revolución.

Enviar Imprimir

El escritor norteamericano Carletton Beals advirtió en 1933 que "el cubano exclusivamente adora al dios de la fortuna. Un jugador empedernido gastará hasta la última moneda en tickets de lotería (…) La propensión cubana para la diversión y el juego demuestra poca consideración por el día de mañana".

Una comisión de académicos norteamericanos, invitados por el gobierno cubano, señaló en un reporte a mediados de los años treinta que "el juego es un vicio extendido" entre todas las clases sociales y la compra de tickets de lotería desestimulaba la capacidad de ahorro de los cubanos.

Una misión del Banco Mundial que visitó Cuba en 1950 y presentó un voluminoso informe sobre el desarrollo económico de la Isla, señalo que el juego iba contra el espíritu empresarial y la capacidad de ahorro del país:

"El espíritu del juego en la economía distorsiona el espíritu de empresa. Es una de las razones de la escasez relativa de capital y de iniciativa empresarial en el desarrollo de nuevas industrias. Para el dueño del gran capital, lo que se puede ganar en el fluctuante e impredecible mercado del azúcar —casi comparable con la lotería— puede enseguida opacar todas las ganancias posibles de una empresa nueva que necesariamente tomaría mucho tiempo, trabajo y molestia…".

"Para el hombre pequeño —en una economía en la que las oportunidades de crecimiento en la industria y la promoción en el empleo parecen ser pocas— un ticket de lotería o cualquiera de los muchos juegos de apuesta que florecen en toda Cuba, puede parecer un uso más atractivo del dinero que el ahorro. Además de proveer emociones, parecen ofrecer una mayor esperanza de salir adelante que el proceso prosaico de ahorro constante, planeación y trabajo duro".

En 1959, unos meses después de la revolución cubana, el influyente intelectual e Historiador de la Ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, escribiría en su libro Males y vicios de la Cuba Republicana, sus causas y remedios:

"Desde los primeros tiempos coloniales hasta los presentes republicanos, el juego ha sido el vicio máximo característico y contumaz del cubano".
"Herencia directa de nuestros antepasados, los primeros españoles establecidos en la isla, el juego arraigó bien pronto entre nosotros".
"Esta viciosa afición tan violenta y extendida que bien puede llamarse la pasión dominante de los cubanos…".

En los años cincuenta había muchas quejas de los turistas norteamericanos de que los estafaban en los casinos. Batista llamó a Meyer Lansky, quien tenía relaciones de vieja data con los casinos en Cuba, para reformar la industria. Batista también instruyó a la policía para evitar las estafas a los turistas en los casinos.

Curiosamente, años atrás, el mismo Eduardo Chibás, fundador del Partido Ortodoxo y crítico implacable de la corrupción, había defendido el fomento del turismo en Cuba "como la más importante y trascendental de cuantas empresas pudiera acometer nuestra patria para su definitiva liberación política —a través de su no menos definitiva redención económica—".

En forma similar a las quejas de los norteamericanos en Cuba, Chibás criticó a aquellos cubanos que "a ciencia y paciencia de nuestras autoridades se dedican a explotar y piratear a todo género de desafueros y violencia (…) explotan al turista (…) sin frenos ni sanciones (…) Es más perjudicial que el turista se constituya en detractor de Cuba, que dejar que se dirija a otras playas donde lo acojan y le brinden una hospitalidad más en consonancia con las normas de civilización".

En 1955 se abrió un casino en el Hotel Nacional, propiedad del gobierno, que puso a Lansky a manejarlo. El gobierno expidió una ley dando beneficios tributarios para la construcción de nuevos hoteles, y facilitando la instalación de casinos en los hoteles y clubes nocturnos. Lansky tomó ventaja de esta ley y empezó a construir en 1956 el hotel-casino Riviera, que fue inaugurado en diciembre de 1957.

Entre 1952 y 1958 se abrieron 28 nuevos hoteles en Cuba. Pero contrario a lo que afirman escritores como Enrique Cirules, los mafiosos norteamericanos como Lansky, que se dedicaron al negocio de la hotelería y el juego durante los años cincuenta en Cuba, no estaban involucrados en el narcotráfico.

Después de todo, los casinos eran legales, altamente rentables. Cirules no muestra prueba alguna para sustentar su argumentación. De hecho, en nuestra investigación no hemos encontrado ningún indicio serio que conecte a personajes como Lansky o el mismo Lucky Luciano con el tráfico de drogas en Cuba.

La conexión andina

Durante la Segunda Guerra Mundial y con la ocupación japonesa de las plantaciones de coca de los británicos y holandeses en Asia, aumentó la demanda de coca peruana. Al finalizar la guerra y con la reapertura de las fuentes de aprovisionamiento asiáticas, la demanda legal por hoja de coca peruana cayó de forma precipitada.

Sin embargo, para ese entonces, Perú ya se había convertido en la primera fuente de cocaína ilegal en el Hemisferio Occidental. Los reportes señalaban el fuerte aumento en los decomisos de cocaína proveniente de Perú y transportada desde puertos peruanos y chilenos.