Avatares de la vida cotidiana

Tras realizar Bergman Island (2021), que en mi opinión fue una aventura desastrosa, Mia Hansen-Love regresa, con One Fine Morning, a los temas y personajes que acostumbra a estudiar. Vuelve a cuestionarse cómo enfrentar la cotidianidad cuando la vida parece escapar de nuestras manos. ¿Cuánto debemos aferrarnos al pasado para enfrentar el futuro? ¿Qué hacer cuando el hábito y la memoria se convierten en un mundo que se hace trizas? Preguntas que todos debemos enfrentar en algún momento y que nunca parece que estamos preparados para responder, que siempre nos atrapan por sorpresa, pero de alguna manera seguimos adelante.

Sandra Kienzler (interpretada magistralmente por Léa Seydoux), es traductora e intérprete, enviudó hace cinco años y tiene una niña de unos 8 años. Su padre, un antiguo profesor de filosofía, germanófilo y devoto de la literatura de Thomas Mann, padece de una extraña enfermedad neurodegenerativa, síndrome de Benson, muy parecida al Alzheimer, por la cual va perdiendo sus facultades mentales.

Sandra visita a su padre y tiene que lidiar con su traslado a un hogar de ancianos, ya que no puede seguir viviendo solo. No está sola, cuenta con la ayuda de su hermana y de su madre, todos hacen lo que pueden. Las soluciones no son fáciles dada la situación del sistema de cuidado geriátrico en Francia. Por otra parte, reconecta con un antiguo amigo, Clément quien era además amigo de su esposo. Este es un químico que viaja a lugares remotos para recoger y analizar polvo cósmico.

Sandra y Clément comienzan una relación que va de sexual a romántica y se involucran cada vez más. El es casado y aprovecha la naturaleza de su trabajo para escapar de su esposa con frecuencia. A Sandra se le hace cada vez más difícil aceptar ser solamente la amante de Clément y la relación se complica.

La trama, narrada linealmente, puede ser material para un meloso y horrible soap opera, pero Hansen-Love la narra con gran economía de elementos dramáticos y las dos historias que vive Sandra, se van entrelazando mediante elipsis efectivas que rompen oportunamente el ritmo dramático y mantienen el discurso dentro de los avatares de la cotidianidad. No hay recursos tramposos. Todo fluye de la manera en la cual seres ordinarios enfrentan situaciones extraordinarias y resuelven sus problemas de la mejor forma posible. No hay actos de heroísmo.

En los filmes de Hansen-Love, las mujeres son personajes centrales, fuertes y determinadas, Sandra es una extensión de la Nathalie de Isabelle Huppert en Things to Come (2016) o la Sylvia de Chiara Caselli en The Father of My Children (2009), por citar dos ejemplos. Son mujeres que enfrentan una o varias crisis en la vida y lo hacen sin titubeos. Son los pequeños triunfos, los momentos aparentemente intrascendentes en los cuales se sobreponen a un obstáculo los que le dan su vitalidad. En su ordinariez está su fuerza.

Léa Seydoux es una actriz capaz de desempeñarse con facilidad en cualquier papel. Lo mismo hace de la lesbiana seductora de Blue is the Warmest Color, que es la ingenua amante de María Antonieta en Farewell, My Queen, que se transforma en un personaje de James Bond, o en la amante sometida de Deception, o la mujer cómplice enCrimes of the Future. Su versatilidad no parece tener límites. Interpreta a Sandra de una manera que pudiera parecer casual, pero le da el vigor y la personalidad de quien enfrenta la vida como le viene, pero sin resignación. Además, con una sexualidad madura, tremendamente atractiva y sin necesidad de grandes maquillajes ni poses de diva.

Pascal Greggory está impresionante en su papel del padre de Sandra. Convence como el enfermo debilitado que ya no cuenta en la vida. Su grandeza pasada nos viene dada por su colección de libros y la admiración de sus estudiantes. La veterana y excelente Nicole García, como la madre de Sandra, se destaca en un papel relativamente menor, al cual su presencia le da realce. Melvil Poupaud (Time To Leave; The Young Lovers), encarna su rol de Clément con gran naturalidad y le da al personaje la exacta ambivalencia dramática para hacerlo creíble.

El extraordinario director de fotografía Denis Lenoir, trabaja por cuarta vez con Hansen-Love. Ilumina la pantalla con poco contraste, pero resaltando la fuerza que los diferentes locales tienen sobre el desarrollo dramático. Al igual que los personajes del filme, no se hace destacar, pero se nota que es imprescindible.

El filme ganó el premio de Label Europa Cinemas que concede el festival de Cannes en la sección de la Quincena de los Realizadores. Hansen-Love cuyo cine muestra una refinada asimilación de la Nueva Ola francesa, ha sido premiada varias veces en ese y muchos otros festivales internacionales. Está de vuelta en su territorio temático, lejos del intelectualismo de Bergman island. Este es un filme que hace comentarios sobre la sociedad, medita sobre la existencia y cuestiona la permanencia de valores tradicionales sin pretensiones. Es un filme que, dado el estado de la distribución en nuestros días, puede pasar desapercibido en las salas americanas. La noche que la vi, yo era el único espectador. Espero que cobre una segunda vida cuando pase a los medios digitales.

One Fine Morning (Francia/Reino Unido/Alemania, 2022). Guion y dirección: Mia Hansen-Love. Dirección de fotografía: Denis Lenoir. Con: Léa Seydoux, Pascal Greggory. Melvil Poupaud y Nicole García. De estreno limitado en ciudades selectas de Estados Unidos.

Haga clic en el título para ver la reseña de Roberto Madrigal sobre Bergman Island: “Solo para bergmanófilos (si acaso)”.

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