“Cuban Ballet”, de Octavio Roca: el libro que faltaba

El libro Cuban Ballet, escrito y compilado por el crítico de danza cubanoamericano Octavio Roca, es un documento paradigmático de gran relevancia. El libro per se es una joya de colección, exquisitamente ilustrado con fotos de archivo de los principales protagonistas del ballet cubano, donde Roca ha logrado una misión casi imposible: complacer (si hipotéticamente fuera leído), tanto a ese sector del exilio militante —ya minoritario pero controlador de los medios en Miami—; a la mayoría silenciosa de cubanos exiliados que no mezcla el arte con la política —pecado original del castrismo—, y a los principales “implicados”, que para el bien del ballet —solo del ballet— decidieron apostar por el régimen, y continúan en la Isla contra viento y marea, sobre el rompeolas de los privilegios así ganados.

Digo “complacer” —con las lógicas reservas de cada lado por supuesto—, porque Roca ha cribado minuciosamente las arenas del tiempo para obtener el oro de la esencia, sin privar a su criatura del placer de anécdotas de primera mano, fotos de documentos originales, y una “novelización” de la biografía de la inconmensurable Alicia Alonso con todas sus luces —hay detalles inéditos sobre su estrecha relación con su hermana Cuca, y de su gestión para sacar de la oprobiosa UMAP a varios de sus bailarines—, sin escamotearnos sus aspectos controversiales, sobre todo políticos.

Y es que Alicia se habrá equivocado en lo intangible, pero no en lo palpable: su legado rebasa con creces su compromiso con el régimen que ha destruido a Cuba, pero que ha apoyado el ballet como nunca antes, y como no lo apoyan en Miami hoy en día los políticos ni la clase pudiente, esos culpables que son la explicación de que en 1959 Fidel Castro haya embaucado a casi todo un pueblo hasta decirle: “Esta es tu casa, Fidel”, y que Alicia siga fiel a quien tanto le debe.

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