Actualizado: 25/04/2024 19:17
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De cómo Errol Flynn jugó a ser reportero

El documental 'Cuban Story' recupera unas imágenes filmadas en Cuba, que permanecieron almacenadas en Inglaterra durante cuarenta años.

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Guardado durante cuarenta años

Cuban Story tiene como introducción un testimonio de Kyra, la hija de Victor Pahlen, quien fue productor de varias películas. De All Day's se pusieron en contacto con ella para pedirle la autorización de uno de esos filmes, dirigido por Arriane Ulmer. Fue entonces cuando descubrieron dos trabajos de Pahlen que nunca se habían visto en los Estados Unidos: Gunmen in the streets y el que es objeto de estas líneas. Cuando este último estuvo listo para que se estrenase, la imagen de la revolución cubana entre los norteamericanos no era exactamente la misma que cuando se filmó. Su propaganda procastrista lo hacía mucho más apropiado para un país como la antigua Unión Soviética. Fue allí precisamente donde The Truth About Fidel Castro Revolution único se proyectó, como parte del programa del Festival Internacional de Cine de Moscú. Tras eso, los negativos estuvieron guardados en Inglaterra durante cuarenta años.

Pero remontémonos varias décadas atrás, pues la historia de cómo se hizo Cuban Story es muchísimo más interesante que el documental mismo. A fines de los años cincuenta Flynn vivía en La Habana, donde era propietario de un cine, junto con su amigo y compañero de negocios Victor Pahlevin. Cuando ambos se dieron cuenta de los hechos políticos que estaban ocurriendo en el país, determinaron realizar juntos un documental. En lo que al actor se refiere, el proyecto no respondía a que simpatizase con la causa de los rebeldes. De hecho, como apunta David Kalat, Flynn se había reunido varias veces con su admirado Batista, y urdió con él un extravagante complot para asesinar a Castro. Tampoco es un secreto el hecho de que Flynn era un simpatizante declarado del fascismo. Pero se hallaba en sus horas más bajas como actor, y cuando vio que la caída del dictador estaba cercana, pensó, con más oportunismo que sentido de la oportunidad, que podía sacar de la situación un rendimiento económico.

Con un propósito parecido, Flynn se enroló también, como guionista, productor y protagonista, en otro proyecto sobre la recién triunfante revolución cubana. Me refiero a Cuban Rebel Girls (1959), una película que se mueve entre el documental y la ficción. En ella Flynn interpreta a un corresponsal de guerra que ayuda a Castro a derrocar a Batista. Al lado suyo trabaja Beverley Aadland, una chica de diecisiete años con quien entonces andaba (al parecer, tuvo una irrefrenable atracción por las jovencitas: en 1942 fue procesado por tener sexo en su yate con dos menores).

La película tuvo muy mala recepción en la prensa. En la reseña de The New York Times, uno de los diarios que la trató con menos dureza, se dice: "Con alguna experiencia adicional, la señorita Aadland podría calificar como aficionada. El señor Flynn no puede ser culpado por dar la apariencia de estar muy, muy cansado a lo largo de esta flemática cadena de acciones". Según los biógrafos de Errol Flynn, una vez que Cuban Rebel Girls estuvo terminada las buenas relaciones entre él y Castro cambiaron (hay quienes afirman que el proyecto contó con la colaboración del hoy convaleciente líder cubano), y que se vio obligado a tomar un avión para librarse de las represalias por haber hecho un filme cuyo contenido fue considerado como anticastrista.

Volviendo a Cuban Story, su principal valor hay que buscarlo en el testimonio que proporcionan esas imágenes tomadas desde dentro de los hechos. El haber sido sometidas a un proceso de remasterización para el DVD les da una calidad muy estimable, algo con lo cual se benefician. Pero como documental, no pasa de ser una sucesión deshilvanadas de secuencias, que no consiguen llegar a dar un panorama aunque sea rudimentario del nacimiento de la revolución cubana. Otro detalle en contra de Cuban Story es el hecho de no poseer sonido directo. Aparte de la narración, lo único que se escucha es la ya citada Marcha del 26 de Julio. Y a propósito del narrador, en el texto se da a entender que lo dice Flynn. Por ejemplo, al aludir a las gestiones que llevó a cabo para dar con Castro, comenta: "I think what helped was the fact that quite a few people know me. They may know that off the screen, I'm a simple, peace-loving, home-loving, law-abiding man with the heart of a child". (Decididamente, este señor o era gilipollas o nunca soltaba la botella). Pero la voz que se oye no es la de Flynn, y su acento es incluso muy británico. Hay quienes afirman que pertenece al propio Pahlevin.

Para concluir, quiero dejarles con un fragmento extraído de una de las numerosas reseñas que se escribieron sobre Cuban Story. Una aclaración necesaria para quienes no son muy cinéfilos: el largometraje Plan Nine From Outer Space fue realizado por Ed Wood, quien se consideraba a sí mismo el peor director del mundo. (Por cierto, Johny Depp hizo de él una entrañable caracterización en el largometraje que le dedicó Tim Burton). Hecha ya la aclaración, copio aquí el texto prometido: "Si a usted le gustó Cuban Rebel Girl, el semidocumental que fue la última película de Errol Flynn, le encantará Cuban Story. Pero ¿a quién en su sano juicio le puede gustar Cuban Rebel Girls? (Bueno, a los fanáticos de las películas realmente malas les gustará. Aparentemente, Michael Medved, Randy Dreyfus y Harry Medved no estaban al tanto de esto: Cuban Rebel Girls podría haberle arrebatado el puesto a Plan Nine From Outer Space en su Las peores películas de todos los tiempos). (…) Así que si usted está interesado en los años finales de Flynn, o en rarezas históricas de los últimos días de la Guerra Fría, Cuban Story despertará su interés. De lo contrario, Plan Nine From Outer Space le parecerá El ciudadano Kane".


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