Delirio, dinero y poder

Lou Bloom es un joven solitario, que vive en un oscuro apartamento en una zona genérica de Los Angeles. Es ambicioso pero no tiene trabajo y está desesperado por conseguir uno. Habla en frases que parecen resonancias de lecturas no digeridas pero bien aprendidas. No parece tener sentido del humor.

Una noche, en medio de su frustración, es testigo de un accidente en la autopista y mientras ve a la policía maniobrar la zona del accidente y tratar de rescatar a la conductora del vehículo, llegan unos individuos armados de cámaras y filman el accidente. Intrigado, conversa con ellos y le informan que venden estos reportajes de primicias a las estaciones de televisión. En ello Lou ve una oportunidad para comenzar un negocio.

Se inicia de forma modesta y vende a bajo precio sus primeros reportajes, pero poco a poco se va haciendo más eficiente en su trabajo, cada vez gana más dinero, entiende mejor el poder que concede dar al público lo que quiere ver y va pasando de reportar incidentes, a manipular los hechos que filma hasta convertirse en el generador de la noticia. Se obsesiona con su trabajo.

Tuvo la suerte, o la astucia, de vender sus historias a Nina Romina, una directora de noticias matinales del canal local de menor popularidad. A riesgo de perder su trabajo por su pobre desempeño en las encuestas, acepta lo que Lou le trae, incluso cuando sabe que las escenas son manipuladas y que camina la cuerda floja al borde de la ilegalidad. Existe entre ellos una malsana relación erótica que es consecuencia del depravado placer que otorga el conspirar en secreto para obtener poder.

Lou se mueve a lo largo de la película con muchas obsesiones, pero sin pasiones. Es un individuo capaz de cualquier atrocidad con tal de realizar sus ideas. Carece de sentimientos más allá de su egocentrismo. Expresa una sutil crueldad muy propia de algunos personajes del cine de los setenta, sobre todo el Travis Bickle de Robert De Niro en Taxi Driver, pero a diferencia de éste, que reside en su marginalidad, Lou quiere salir de ella.

Jake Gyllenhaal, en el papel de Lou, desarrolla una actuación impecable, llena de matices y expresada con sutileza, haciendo transiciones dramáticas con gestos de una naturalidad que a veces, por lo imperceptibles que parecen resultan asombrosos. Ha sido nominado a los Globos de Oro y es probable que lo sea a los óscares. Su interacción con Nina, una mujer mucho mayor que él, muy bien interpretada por Rene Russo, genera una irresistible sexualidad que se revela de forma implícita. El filme descansa en los hombros de estos dos actores y en su relación.

Dan Gilroy debuta como director. Es un veterano guionista que se dio a conocer con Freejack, y cuya carrera continuó con Chasers, Two for the Money y The Bourne Legacy. En este filme, cuyo guión también escribió, asume un ritmo narrativo pausado, con interrupciones dramáticas para acentuar el ambiente. Presenta un Los Angeles nocturno y desglamorizado, que puede también ser una ciudad genérica. Evita una explicación psicológica del personaje de Lou, pero lo describe tan bien a partir de su comportamiento, que parece estar presentando un caso psicológico sin tener necesidad de didactismos. Es un personaje creíble a pesar de lo delirante de las situaciones.

Las secuencias de cacería de autos son de las mejores que he visto en los últimos años. A pesar de la cantidad de efectos especiales que tuvo que utilizar, la técnica nunca se ve. Hay horror y ferocidad en estas escenas, que llegan a resultar incómodas. La fotografía de Robert Elswit (There Will Be Blood, Syriana, Magnolia) utiliza la oscuridad de una manera muy eficaz para acentuar la brutalidad inherente de la trama y para ofrecer esa visión de un ambiente que puede resultarle cercano a cualquiera en cualquier ciudad americana. Posee una toque ominoso que cautiva.

Nightcrawler no es un filme perfecto ni mucho menos. A veces hay secuencias repetitivas, pero es una película que a pesar de ser construida conforme a los estándares del cine comercial, siempre se las arregla para sorprender al espectador. Es bastante original y nunca resulta lo que parece ser. Toca, además, temas interesantes, como los límites y el poder del periodismo en la sociedad actual, la inmoralidad de la ambición, los excesos delirantes del egocentrismo y de la búsqueda desenfrenada del dinero. Todo ello sin gravedad pedagógica y sin soluciones fáciles. Su final feliz es una broma macabra.

Nightcrawler (EEUU, 2014). Guión y dirección: Dan Gilroy. Director de fotografía: Robert Elswit. Con: Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Bill Paxton y Riz Ahmed. De estreno amplio en todas las ciudades de Estados Unidos. También de estreno en casi todos los países europeos y en Canadá, México y Argentina, donde se conoce como Primicia mortal.

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