Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Clint Eastwood, Cine, Arte 7

El avatar del guerrero

American Sniper es un filme de guerra que sin tener mensaje pacifista es esencialmente anti-bélico

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En sus primeros tres fines de semana de exhibición, American Sniper no solamente ha recaudado más de $250 millones en la taquilla sino que ha provocado una gran controversia en los diferentes medios de prensa, tanto impresos, como televisivos, como de la internet. La mayoría de las críticas se centran en el enfoque con el cual Clint Eastwood se aproxima a la figura de Chris Kyle, el Navy SEAL quien en la vida real se considera como el francotirador más letal que jamás haya tenido dicha organización y en cuyo libro de memorias, titulado American Sniper: The Autobiography of the Most Lethal Sniper in U.S. Military History se basa mayormente el filme.

Michael Moore, quien es propenso a dar opiniones sin que nadie se las pida, declaró que los francotiradores “son unos cobardes”, lo cual no tiene nada que ver con los objetivos de la película, que trata de muchas otras cosas. Matt Taibbi, el crítico de cine de la revista Rolling Stone parece haber tenido una idea tan preconcebida del filme que escribió una crítica que parece pertenecer a otra película. Un poco más acertado, Bill Maher, en su programa de HBO, declaró que Kyle más que héroe era un psicópata, lo cual no está lejos de la realidad, pero resulta una conclusión simplista.

Chris Kyle, en la vida real, fue un Navy SEAL que debido a su extraordinaria habilidad de tirador, se convirtió en un francotirador imprescindible para proteger a sus tropas en la guerra de Irak, operando principalmente en Fallujah y Sadr City, y se destacó como el más preciso de todos los que han pasado por las fuerzas armadas americanas. Pero Kyle cumplió otras misiones y fue herido varias veces. Fue tan temido por el enemigo que se puso una jugosa recompensa por su cabeza.

Los Navy SEALS son las tropas de operaciones especiales de la marina de guerra americana. Sus integrantes son sometidos a un entrenamiento que pudiera ser calificado, en tono de subestimación, como brutal. Es una preparación dedicada a crear algo que más que un ser humano temible, este se convierte en una eficiente máquina de matar. Esto es lo que interesa a Eastwood y lo que trata de navegar en su filme.

En el cuerpo de Kyle, como en el de casi todo guerrero, convive el asesino preciso, que mata por deber, por convicción o por obediencia con el ser individuo que es capaz de reflexionar sobre las diversas connotaciones de sus acciones y el valor de la vida humana. Esa duplicidad esquizofrénica es lo que quiere exponer Eastwood. Es a su vez la, en este caso, contradictoria relación entre el intelecto y la emoción, entre el reflejo y la racionalidad.

American Sniper logra sus mejores momentos cuando establece las conductas y actitudes paradójcas entre Kyle el guerrero y Kyle el paterfamilias. El guerrero, en su entorno, es un hombre ajustado porque responde a estímulos que requieren una respuesta inmediata y con un enfoque bien definido y sin matices. El paterfamilias que después de cada gira regresa a su hogar encuentra un ambiente en el cual sus acciones anteriores no tienen cabida ni justificación, a no ser a través de actitudes estereotipadas que nunca llegan a funcionar. Se ve obligado a reprimir cada vez más sus emociones.

Eastwood enfrenta la grandilocuencia de los valores de la Patria, el Deber y la Lealtad a sus camaradas, lo cual sucede en muchas organizaciones gubernamentales en todas partes, con la sencillez de las emociones primordiales y más espontáneas del amor por los hijos y por la pareja. Estos a su vez, están de cierta forma dependientes de la visión que la sociedad tiene del individuo. El ente público enfrentado al ente íntimo en un mismo individuo. El director no editorializa, solamente presenta.

Para mí el mejor momento del filme es cuando en una ceremonia de enterramiento de un compañero de Kyle, las imágenes contrastan con sutileza el dolor de una madre que lee emocionada una carta de su hijo muerto con la pompa del rito militar de los disparos de honor y el doblamiento de la bandera. Toda la fanfarria queda como un acto inútil de vanidad institucional.

El filme trata de dar la personalidad de Kyle comenzando por su niñez, cuando su padre le enseñaba a disparar y a tener disciplina y coraje. Esto está basado en pasajes del libro, pero es lo más flojo de la película, ya que lo que se presenta no singulariza a Kyle. Muchos niños comparten esa crianza y toman caminos muy diversos en la vida. Es un teleologismo barato en el cual caen muchas películas mediocres.

Aunque las reacciones de Kyle a su regreso definitivo de la guerra son exactamente como se le presentan a los individuos que luchan contra el síndrome de estrés post-traumático, resulta tan preciso su retrato que es demasiado clínico y no hace ningún aporte artístico al personaje de ficción. En el arte, lo que se ajusta perfectamente a la vida real no necesariamente funciona como una realidad aceptable. Arte es eso y algo más.

El cine de Eastwood siempre se ha caracterizado por la lentitud intencional con la cual desarrolla sus personajes. Es su patente y no la abandona aquí, pero compensa esto con unas extraordinarias secuencias de guerra, que a pesar de que sabemos el final del filme de antemano, no dejan de estremecer y crear anticipación. Es una maestría que ya mostró en Letters from Iwo Jima. Estas secuencias no solo funcionan como aceleradoras de la acción, sino que son además un alegato contra la guerra y sus consecuencias. Es un filme de guerra que sin tener mensaje pacifista es esencialmente anti-bélico.

Se le ha criticado que los personajes de los iraquíes están dados simplificadamente, en blanco y negro, sin gradaciones, pero es que lo que quiere mostrar el director es la visión que del enemigo tiene Kyle, la necesaria visión del guerrero. Para contrarrestar un poco esto crea al personaje de Mustafá, que en el libro solamente tiene una breve mención. Aquí lo convierte en la némesis de Kyle. Otro francotirador tan letal como él, con un conflicto familiar similar y lo convierte en un sirio que fuera campeón olímpico de tiro y que aquí está al servicio de las diferentes facciones islámicas. Si bien el recurso a la larga no resulta muy convincente, le añade acción a la trama y evita caer en el exceso.

El drama familiar de Kyle, su relación con su esposa y con sus hijos, y su abrupto final, están bien esbozados, pero a veces adolecen de abulia narrativa. Kyle, quien trataba de rehacer su vida después de la guerra, terminó asesinado por un veterano al cual trataba de ayudar. Pero a pesar de un final un poco incoherente con el resto del filme, Eastwood nunca lo juzga, no le dedica ni flores ni coronas, no lo endiosa ni lo demoniza, deja que el espectador saque sus propias conclusiones.

Bradley Cooper no solo se transformó físicamente para interpretar a Kyle, sino que reprodujo a la perfección y con el tono preciso los ademanes, gestos y expresiones de todos aquellos que han pasado por situaciones similares. Su actuación no tiene ni una nota falsa y maneja las difíciles transiciones del personaje, con una soltura pasmosa. Su Kyle es precisamente ese hombre en eterno conflicto con su otredad. Es el centro de la película y su actuación es su espina dorsal. Sienna Miller está muy bien como Taya, la esposa de Kyle. El resto de los actores, sin mucho destaque, cumplen sus roles a cabalidad.

La fotografía de Tom Stern (Robocop) es acertada en los cambios de tonalidades entre las secuencias de guerra, las de la familia y las de los planeamientos bélicos. El buen uso de la banda sonora, una característica distinguida de la obra de Eastwood, es aquí bastante discreta pero cumple bien su función sin distraer de la trama.

American Sniper es la trigesimoséptima película de Eastwood como director. No llega a ser Unforgiven ni Letters from Iwo Jima, pero está entre sus mejores obras. Muestra una longevidad artística, a sus 84 años, bien lúcida que muy pocos directores han alcanzado.

American Sniper (EEUU, 2014). Dirección: Clint Eastwood. Guión: Jason Hall basado en la auotobiografía de Chris Kyle, escrita por Chris Kyle, Scott McEwen y James Defelice, titulada

American Sniper: The Autobiography of the Most Lethal Sniper in U.S. Military History. Director de Fotografía: Tom Stern. Con: Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes y Kevin Ryan. De estreno amplio en todo Estados Unidos.


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